22 de septiembre, 2015 137 viewsen Opinión, Opinión Senadores PRD
El Estado mexicano atraviesa por una profunda crisis. A la corrupción y la impunidad imperantes, se suman las incapacidades del Estado para garantizar la seguridad de los ciudadanos. La estrategia contra la inseguridad iniciada con la llamada “guerra contra la delincuencia organizada” durante el gobierno de Calderón no ha cambiado, y lejos de contener al crimen, éste ha fortalecido su presencia territorial, diversificado sus actividades delictivas, y con ello su poder económico y corruptor, que ha alcanzado a las instituciones públicas y a los partidos políticos. Los niveles de violencia son una realidad que, pese a los intentos gubernamentales, no se puede soslayar