PRD, cambiar para ser mejores


El Partido de la Revolución Democrática tiene ante sí el mayor reto de su existencia: recobrar la confianza ciudadana; por eso el XIV Congreso Nacional Extraordinario aprobó la actualización de sus documentos básicos: Estatutos, Línea Política, Programa y Declaración de Principios.

 

El conjunto de medidas aprobadas constituyen, quizá, una última oportunidad para que el PRD se renueve y conecte, de manera clara e inteligente, con un electorado que cada vez cree menos en el gobierno de Peña Nieto, pero reparte sus votos en varias opciones políticas incluyendo, ahora, a los candidatos independientes.

 

El PRD aprobó como parte de su nuevo Programa, el documento denominado “Otro México es Posible”, en él se establece la necesidad de impulsar un Proyecto Democrático de Desarrollo Nacional, mediante el crecimiento económico con igualdad,  garantías sociales y democráticas que lo hagan realidad. Dentro de la Agenda para la Protección y Promoción de la Salud y Seguridad Social, contenida en este documento, se acordó como uno de los ejes, instaurar el Ingreso Básico Ciudadano (IBAC) para garantizar condiciones mínimas de bienestar para cada mexicano y mexicana. Dicha propuesta la presenté en forma de iniciativa legislativa el pasado 23 de abril en el Senado de la República y se encuentra pendiente de discusión en comisiones.

 

Como parte del fortalecimiento del PRD, las y los congresistas aprobaron que la apertura del partido a la sociedad se dé no sólo en procesos electorales sino de manera cotidiana, en la toma de decisiones políticas que el partido asuma, esto mediante la nueva figura de Consejos Consultivos que se instalarán para coadyuvar con las direcciones estatales y nacional.

 

Una de las principales banderas que el PRD adoptó desde su fundación fue combatir la corrupción en los gobiernos. La credibilidad del partido frente a la sociedad se ha debilitado en este rubro, por lo que de manera decidida el Congreso Nacional del partido determinó medidas específicas para vigilar el uso y destino de los recursos económicos, tanto en los gobiernos de extracción perredista, como dentro de los grupos parlamentarios en los congresos estatales, así como en la Cámara de Diputados y Senadores; incluyendo, desde luego, a todas las direcciones partidistas en el país.

 

El PRD aprobó, también, medidas para fortalecer su organización interna que serán muy importantes en la formación de cuadros dirigentes y en el necesario relevo generacional. La acción afirmativa aprobada para que uno de cada cinco integrantes de las direcciones nacional y estatales sea joven, junto a la creación de la Secretaría de la Diversidad Sexual y, el cumplimiento de la plena paridad de género en las candidaturas a cargos de elección popular y en los órganos de dirección partidista, son muestra de ello.

 

Los dos temas con mayor difusión derivados del Congreso del PRD fueron la determinación de establecer alianzas más allá de la izquierda partidista «sólo en determinadas condiciones y para propósitos políticos específicos», siempre que se sostengan sobre la base de «agendas legislativas y programas de gobierno que prioricen el interés superior del país y de la gente». Sólo así, y no de manera general, deben entenderse las alianzas electorales que se lleguen a establecer con el PAN en el 2016.

 

El otro tema, la eliminación de la antigüedad para poder aspirar a un cargo en la dirección nacional, fue aprobado por mayoría y se mantuvo en el estatuto la restricción para reelegirse de manera inmediata en el caso de dirigentes interinos. Es importante, también, la decisión de que coordinadores de expresiones políticas no puedan ocupar un cargo en el CEN del PRD, así como no se pueda ocupar más de un cargo de dirección o representación a la vez.

 

Cambiar para ser mejores es el verdadero reto y sólo se logrará con voluntad y decisión política. Al tiempo. XXX Twitter: SenLuisSanchez