Llegar al fondo de la verdad / El Universal
Para enfrentar la crisis en que se encuentra el Estado mexicano y la tragedia humanitaria que vive el país se requiere adoptar, sin demagogia ni ambigüedades, decisiones políticas y acciones concretas.
Para enfrentar la crisis en que se encuentra el Estado mexicano y la tragedia humanitaria que vive el país se requiere adoptar, sin demagogia ni ambigüedades, decisiones políticas y acciones concretas.
Este año termina en medio de una crisis de credibilidad del Estado, cuyo final y efectos aún permanecen en la incertidumbre. Debemos estar conscientes de que el deterioro no tiene límite.
El país es hoy una inmensa fosa clandestina. A lo largo y ancho de su territorio, campean la violencia, la corrupción y la impunidad.
México atraviesa por una crisis política y por la mayor tragedia humanitaria de las últimas décadas. La descomposición política del Estado y la degradación de la moral pública han alcanzado a todos los órganos de gobierno y de representación popular.
Ante la exigencia de justicia y combate a la impunidad, derivada de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, el Estado mexicano debe dar respuestas a la sociedad.
La información presentada hasta ahora por el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, acerca del avance en la investigación de los hechos perpetrados contra estudiantes normalistas de Ayotzinapa, plantean diversas interrogantes.
El país está de luto y exige justicia por los acontecimientos ocurridos en Iguala el 26 y 27 de septiembre. El Estado mexicano debe realizar acciones que, en primer lugar, dejen satisfechos a los familiares de los desaparecidos.
Ha transcurrido más de un mes de los trágicos eventos del 26 de septiembre, ocurridos en Iguala, Guerrero. A lo largo de cuarenta días, la exigencia social ha sido y es primordialmente una: resolver el paradero de 43 normalistas desaparecidos.
Han transcurrido cinco semanas de la barbarie cometida contra estudiantes normalistas en el municipio de Iguala. A lo largo de estos días de indignación y reclamos en todo el mundo, ha prevalecido la incertidumbre respecto al destino de los 43 jóvenes secuestrados por policías municipales convertidos en sicarios al servicio del crimen organizado.
La calle es el espacio público por antonomasia. Lugar en donde se expresan las ideas, los sentimientos, la cultura, la protesta y el apoyo. En México, por muchos años, la calle fue el espacio privilegiado y podría decirse que único de la oposición.