Versión de la intervención del senador del Grupo Parlamentario del PRD, Antonio García Conejo, durante la Reunión Plenaria de los Grupos Parlamentarios del Partido de la Revolución Democrática, Diputados y Senadores


Ciudad de México, 23 de agosto de 2021.

 

Muy buenos días a todas, a todos. Me da mucho gusto estar esta hermosa mañana en un recinto con tanta historia, en este antiguo recinto legislativo de la Cámara de Senadores. Saludo a Jesús Zambrano Grijalva, presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, obviamente en esta ocasión quien lo representa es Edgar Pereyra, secretario de Gobierno y Asuntos Legislativos; así también saludo a Luis Espinosa Cházaro, coordinador de la Fracción Parlamentaria en la Cámara de Diputados; con el mismo gusto saludo a mi coordinador el doctor, Miguel Ángel Macera Espinoza, quien es nuestro coordinador en la Cámara de Senadores.

Saludo a mi compañero Juan Manuel Fócil Pérez, así también a la diputada Elizabeth Pérez, vicecoordinadora del Grupo Parlamentario en la Cámara de Diputados; a nuestra compañera Gabriela Sodi, diputada electa. Saludo a los medios de comunicación y a todos aquellos que nos ven a través del Canal del Congreso y a través de las redes. A todas y a todos los hoy aquí presentes.

Con la renovación de la Cámara de Diputados, que estamos a breves días de iniciar una nueva Legislatura en el Poder Legislativo Federal, estos nuevos tiempos nos obligan a renovar la agenda legislativa para actualizar las propuestas a las demandas y necesidades que “exige a gritos” el pueblo de México.

La ausencia de soluciones y respuestas a los problemas que padecemos, puede ser la razón por la que no regrese la confianza a nuestro proyecto de nación. Por esta razón desde el Congreso de la Unión, compañeras y compañeros legisladores, debemos construir juntos y en acuerdo con las fuerzas políticas que coincidamos, las iniciativas, reformas y posiciones políticas que respondan a una realidad social.

Apreciables compañeros y compañeras de causa. El proceso electoral del 2018 es, sin ninguna duda, el punto de inflexión política de nuestro país. Desde la transición a este gobierno de turno, México es otro, otro muy diferente para desgracia de nuestra gente. La expectativa y esperanza de la mayoría expresada en las urnas se está diluyendo rápidamente, y nosotros tenemos que prepararnos para ser su opción, desde ahora y no esperar el 2024.

En el México de ayer, ciertamente los distintos indicadores de la vida pública de nuestra nación no eran los mejores, pero los de ahora están en su peor momento. Yo diría impresentables, si queremos hablar y compararlos con otros sexenios. Con ello, no avalo ni consiento los resultados de las anteriores administraciones, pero comparados con los actuales, los de ahora, los que hoy se pueden consultar públicamente, son indefendibles.

La retórica de “yo tengo otros datos” como respuesta a los cuestionamientos duros, pierde seriedad y responsabilidad en el ejercicio del poder público. La Cuarta Transformación no existe, porque no se ve, porque no se siente, porque no se refleja en la realidad que enfrentan todos los días las y los ciudadanos, nuestra gente. Autodefinirse como Cuarta Transformación sin que medie el juicio de la historia, es pura fantasía ideológica para autocomplacencia del egocentrista del Palacio Nacional.

A tres años del Gobierno Federal, ya podemos evaluar los primeros saldos del ejercicio del poder: En primer lugar, la inseguridad pública esta incontenible, ya no hay estado, municipio o región del país que se escape a la violencia que desata la delincuencia organizada. La estrategia de “abrazos y no balazos” no ha funcionado ni funcionará. Es ridículo pensar que con afecto político o buena voluntad o buena intención se enfrente a los delincuentes en sus diferentes manifestaciones y formas de delinquir. Como flagelo de este problema hoy tenemos más de 91 mil muertos y la mayoría son homicidios dolosos, de acuerdo con cifras de Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La crisis de salud provocada por el COVID-19, ha traído, como consecuencia de una mala atención en la estrategia sanitaria, se han contabilizado más de 253 mil muertos conforme a los datos oficiales de la Secretaría de Salud. Conscientes que este problema no es único o exclusivo en nuestro país, sí debemos decir, que por la impericia y negligencia de este Gobierno Federal, ya hay más muertos u ocupamos los primeros lugares en el mundo.

Otras afecciones públicas que sufre nuestro país son los feminicidios con cerca de 8 mil 200 mujeres muertas, en lo que va de este Gobierno. México ya es un lugar donde ejercer el periodismo es una profesión u oficio de riesgo, con 43 periodistas muertos o asesinados. Ante ello, el presidente López Obrador se muestra indolente e indiferente en el mejor de los casos y en el peor, acusa a las voces, a los sectores y movimientos sociales que alzan la voz, como estrategia de los opositores a su gobierno.

Con datos oficiales del CONEVAL y el INEGI, en lo que va del sexenio obradorista ya hay más 3.8 millones de nuevos pobres, es decir, ahora tenemos en nuestro país 55.7 millones de pobres en total, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Queda claro que la Economía no es su fuerte, como tampoco los programas y acciones de gobierno que le ayuden a paliar este flagelo.

Apreciable auditorio, con datos oficiales y verificables, estadísticas públicas, indicadores nacionales e internacionales, podría seguir señalando lo accidentado que ha resultado este gobierno, pero sería ocioso y lamentable la oportunidad que nos hemos dado este día. Estoy seguro que seguiremos encontrándonos para construir y acordar la agenda legislativa que necesita México, con ello doy la bienvenida y aplaudo la Alianza que se ha venido construyendo con el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional, haciendo un verdadero contrapeso para evitar reformas constitucionales y que en su mayoría han sido contrarias a los beneficios de las y los ciudadanos.

Permítanme dejar algunas propuestas. Para nadie es novedad que en este proceso electoral que pasamos, el crimen organizado o los poderes fácticos participaron activamente en las elecciones federales, locales y municipales, esta circunstancia no puede seguir avanzando, la democracia de nuestro país está en un verdadero riesgo y no solamente la democracia, las libertades de las y los ciudadanos.

Por ello propongo y le pido a nuestro dirigente nacional y a los integrantes de nuestro partido, aquí también presente Fany Santiago, y nuestro representante de la dirigencia, nos convoquemos legisladores y partidos políticos a un gran foro nacional, que nos permita diseñar un nuevo y moderno proceso de elección popular donde se respete, se blinde la voluntad de las y los ciudadanos, así como a los órganos electorales, dígase INE, Tribunal Electoral Federal y sus similares en los estados.

Si no atendemos este tema desde el Poder Legislativo, corremos el riesgo de que nuestro país, se convierta en un país gobernado por los poderes fácticos, más conocido como “narco Estado”. Ya hay síntomas de ello, ya se sienten las manos del crimen en la renovación del poder público. Hay una percepción por parte del Ejecutivo Federal, tácitamente, de consentimiento, incluso, hasta reconocer que se portan bien los criminales.

Segundo: México no aguanta un presupuesto centralizado como el que ejecuta el presidente López Obrador, que se ha venido ejecutando en estos dos ejercicios fiscales recientes; es menester entonces, compañeras, compañeros legisladores, que en la discusión y aprobación del presupuesto, luchemos por un presupuesto equilibrado, justo y racional, que atienda las necesidades más apremiantes de la población, se han quedado desprotegidos un sin número de sectores que considero de gran relevancia.

No se han implementado políticas públicas necesarias y urgentes, por citar algunas, el medio ambiente, el tema de salud, de una política que vaya a resolver un grave problema que hoy estamos viviendo que es la contaminación de nuestros ríos, de nuestros lagos, es decir, de lo vital para la humanidad.

No se diga en el sector turístico, no se ha tenido presupuesto para el sector turístico aunque ellos tengan “otros datos”, en este presupuesto que se está ejerciendo se aprobaron cerca de 38 mil millones de pesos dizque para el sector turístico, más de 36 mil millones de pesos fueron aplicados a la construcción del Tren Maya, dejando totalmente desprotegido a los demás entidades federativas y este sector en lo general no cuenta con ese respaldo gubernamental.

Cuando se habla de turismo para el Ejecutivo Federal es hablar de grandes empresarios, cuando en realidad quienes conforman el sector turístico son micro, pequeñas y medianas empresas. Como ustedes saben, el sector turístico es la tercera fuente de economía del país, se generan cerca de 10 millones de empleos directos e indirectos, emplea principalmente a jóvenes y a mujeres, cierto es que la pandemia ha venido a afectarlos severamente, pero agréguenle ahí que no se cuenta con ningún apoyo gubernamental.

Es inaceptable que esta tercera fuente de economía, de nuestro país, no tenga, no cuente con ese respaldo. Si hablamos del programa Pueblos Mágicos, es cero apoyo; hablar de los Pueblos Mágicos, que por cierto tenemos 132 Pueblos Mágicos que son la raíz, la esencia de nuestra nación, que son imanes de atracción turística, pues estuvieron a punto de desaparecer, incluso, el programa y los nombres.

No me voy a cansar de seguir luchando, obviamente los invito a ustedes a que me ayuden a seguir luchando para conseguir recursos para este sector y sobre todo para los Pueblos Mágicos que siguen sin tener, desde el 2018, presupuesto, porque ahí es donde está la generación de trabajo, ahí es donde las mujeres y jóvenes pueden encontrar oportunidades para resolver las necesidades vitales, no son solamente los grandes empresarios, eso que quede claro porque tal parece que hay una confusión ahí.

Tercero: Sobra decir lo ineficaz, inservible e inútil que es la estrategia de seguridad pública del Gobierno Federal y aunque es una prerrogativa constitucional exclusiva del Poder Ejecutivo, lo cierto es que quien sufre y padece las consecuencias es el pueblo de México, en los pueblos, en las comunidades.

Me atrevo entonces a proponer un “Acuerdo Nacional Alterno por la Seguridad de México”. Nosotros los representantes populares no podemos quedarnos inmóviles ante la inacción del presidente de México en materia de Seguridad Pública, hagamos una propuesta amplia, con todos los sectores de la sociedad, académicos, intelectuales, expertos en la materia, hagamos acciones de prevención pero también de corrección.

Tenemos la oportunidad en este nuevo periodo ordinario que se avecina, en hacer la diferencia en la oposición, con ideas, con propuestas y con acciones. Asumamos la responsabilidad que nos ha distinguido día a día, y contribuyamos en la elaboración y aplicación de leyes justas que garanticen y amplíen las libertades ciudadanas, el bienestar social, la economía, los derechos humanos y la participación política en igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

Pugnemos por la unión y no por la polarización, hagamos de los más necesitados, de los jóvenes, de las mujeres, los niños, de las y los trabajadores, de los empresarios, de los ancianos, de la clase baja, de la clase media y de la clase alta, nuestros aliados. Porque todos somos México, y México, requiere de hombres y mujeres que actuemos a la altura de las circunstancias que hoy vivimos. Por su atención, muchísimas gracias.