Versión del senador del Grupo Parlamentario del PRD, Antonio García Conejo, para fijar posicionamiento en contra del Proyecto de Decreto en materia de Extinción de Fideicomisos.


Ciudad de México, 20 de octubre de 2020.

Muy buenas noches, compañeras y compañeros todos. Con el permiso de la Mesa Directiva. Quiero iniciar, primero, reconociendo la valentía de las y los senadores que hoy han fijado postura con mucha claridad, hoy reconozco esa valentía porque en otros momentos sentí que solamente recibían una instrucción del Poder Ejecutivo.

Quiero iniciar mi intervención ofreciendo mi solidaridad, reconocimiento y apoyo con los investigadores, científicos, periodistas, deportistas, víctimas de violación de derechos humanos, madres y padres de desaparecidos, migrantes, ex braceros, damnificados y todos aquellos que desafortunadamente dejarán de recibir un apoyo derivado de los fideicomisos que hoy por una cerrazón de los que han mantenido la mayoría en ambas cámaras, y por querer tener a su favor los recursos, buscarán desaparecerlos.

Frases como: “Se robaban el dinero”, “se cometieron actos de corrupción”, y la verdad es que no he detectado ni una sola denuncia. En el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática estamos en contra del dictamen que se propone, porque nunca estaremos a favor de afectar a las y a los ciudadanos que han aportado tanto a México, como por ejemplo los científicos e investigadores, ni mucho menos a los trabajadores migratorios mexicanos o ex braceros que durante muchos años fueron la fuente de ingresos de las familias mexicanas y hoy en día lo siguen siendo, y que ahora cuando se encuentran en un estado de vulnerabilidad, simplemente los olvidamos, yo mismo fui testigo de ello, yo mismo encabecé un movimiento en favor de los ex braceros, esos hombres y mujeres que enfermos buscaban recibir ese fondo que por muchos años ahorraron en el extranjero.

Para un adulto mayor el allegarse de un recurso es doblemente difícil por la situación económica que vivimos y la edad, imagínense aquellos trabajadores que fueron parte del programa del bracero, de 1942 a 1964 y que son los beneficiarios o sus herederos de los recursos del fideicomiso que administrará el Fondo de Apoyo Social para ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, simplemente se les está dando la espalda. Si las intenciones fuesen buenas y en verdad se quisiera apoyar a estas personas de la tercera edad, por qué no justificar la desaparición de este fideicomiso con el cumplimiento de su objetivo. Esa es una de las disposiciones transitorias plasmadas en la ley por el que se crea el fideicomiso para darlo por terminado.

Hay que cumplir, hay que pagarles y entonces ya no tendrá razón de existir este fideicomiso, pero a la fecha sí hay una gran razón; su vigencia inicial era de cinco años, es decir, en el 2005 se emitió la ley respectiva, por lo que en el 2010 debió de extinguirse, sin embargo, otra alternativa fue hasta que se extinguiera su patrimonio, hoy cuenta con 142 millones de pesos aproximadamente, o se diera cumplimiento al fin objeto de su creación. Lo anterior muestra que, a 10 años de su posible extinción, ni gobiernos pasados ni los de ahora han tenido la verdadera intención de apoyar a estas personas que durante muchos años aportaron a la economía de nuestro país, pero quiero decirles que en el Partido de la Revolución Democrática seguiremos apoyándolos.

Aunado a lo anterior, que no se nos olvide que apenas en abril de este año el Gobierno Federal, también de un plumazo extinguió o dio por terminados todos los fideicomisos públicos sin estructura orgánica, mandatos o análogos y, en consecuencia, no se requeriría aprobación del Congreso. En dicho decreto no se trasparentó ni se hizo del conocimiento de la opinión pública a cuánto ascendían los recursos de los que se iba a disponer, solo se manifestó que se reintegraría a la Tesorería de la Federación. Pero más allá de eso, en esos recursos iban varios apoyos que manejaba la Secretaría de Relaciones Exteriores en beneficio de nuestros paisanos y de las representaciones consulares y embajadas, las cuales cada vez las vuelven más austeras, pero con más obligaciones y responsabilidades.

Por el tiempo y el respeto a todos ustedes queridas amigas y amigos, compañeros legisladores solo expresar que la verdad es una pena que se esté buscando dañar a los más desprotegidos. Aquí podrán argumentar mil cosas y podrán decir que todo es basado en la corrupción del pasado, pero lo que sí no pueden negar es que hoy le están causando un daño, si se aprueba este dictamen, le estarán causando un grave daño al país. Por su atención, muchas gracias.