Una escuela que responda a necesidades locales y no a rígidas, se adaptará mejor a su entorno y tiene mayores posibilidades de éxito: Zoé Robledo


Intervención en tribuna del senador Zoé Robledo, del Grupo Parlamentario del PRD, para  hablar a favor del dictamen de las Comisiones Unidas de Educación, y de Estudios Legislativos, con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 13, 51, 53 y 69 de la Ley General de Educación en materia de calendario escolar

 

Zoé Robledo A., (ZRA):Muchas gracias Senadora Presidenta.

 

Compañeras, compañeros.

 

Hay muchos caminos distintos para llegar a un mismo lugar, tenemos todos como un alto objetivo nacional la educación, que sea de calidad, que implica siempre una compleja red  organizativa, métodos, directrices, directrices pedagógicas y de contenido, infraestructura, recursos humanos, recursos financieros, y tenemos también un país enormemente diverso, no solamente en lo geográfico, también en las culturas, las lenguas, y, por supuesto, el clima, las costumbres, las necesidades.

 

Muchas veces hablar de diversidad en México es también hablar de desigualdad, por eso aplicar los objetivos nacionales en el espacio local tiene por tanto múltiples posibilidades, múltiples caminos y es elemental saber que no se puede usar la misma receta para todos.

 

Querer hacer algo igual en todo y todas partes es caminar hacia un objetivo de forma y cambiarlo por uno de fondo, y eso puede ser muy peligroso, porque es forzar circunstancias y es también prohijar la simulación.

 

No es lo mismo los 46 grados centígrados de Hermosillo que los menos de once grados en La Rosilla allá en Durango.

 

No es lo mismo que lluevan 50 mililitros de precipitación al año en San Luis Río Colorado, que los 4 mil 389 que llueve allá en mi tierra en Cacahoatán, en Chiapas.

 

No es lo mismo ir a la escuela caminando tres calles aquí en la Ciudad de México, que caminar tres horas, como ocurre en la sierra de Chihuahua, en la sierra de Oaxaca, o en la sierra de Chiapas, cada estado, cada municipio, y en muchas ocasiones cada escuela tienen condiciones particulares para poder cumplir sus objetivos, por eso los objetivos  no deben de cambiar, pero los modos sí deben de estar sujetos a ajustarse.

 

Por eso me parece que esta iniciativa es positiva, no es tan amplia quizá, no llega al fondo, pero es positivo empezar por algún lugar, porque se reconoce finalmente la necesidad de ajustar la organización y el financiamiento de las escuelas en el principio de sus diferencias, son el referente comunitario del saber, el espacio donde las niñas, los niños mexicanos adquieren las herramientas para el ejercicio de sus derechos y de sus libertades.

 

Ese es el fondo de la educación, hacer hombre y mujeres libres en México, hacer hombres y mujeres libres significa, en el fondo de largo plazo, que no vendan el voto, que sepan leer y escribir, que sepan cómo deben de ejercer sus derechos, que sepan cuándo deben de señalar a la autoridad y denunciarla.

 

Por eso, cómo vamos a pedirle a la escuela que forme hombres libres si lo que menos han tenido son márgenes de autonomía y justamente márgenes de libertad para decidir los aspectos más elementales de su organización.

 

Y aquí sí quiero dejar muy claro que es una buena oportunidad justamente para dotar de esa autonomía las escuelas, pero entendiendo a la escuela no como el edificio, no como la burocracia, no como la parte física, sino como la comunidad, la escuela es la comunidad; la comunidad escolar que forman alumnos, padres de familia, y particularmente los maestros y las maestras.

 

Quienes están frente a grupo, quienes tienen contacto directo con niñas y niños, son quienes conocen realmente la realidad de la comunidad y además son quienes saben cuáles son los objetivos educativos nacionales y cómo deben de cumplirse; son los profes, al final, los grandes referente éticos de las comunidades.

 

Por eso, si ya les hemos dado la confianza de transmitir el conocimiento, de forjar en sus alumnos los valores nacionales, y como dicen los abogados, pues quien puede lo más puede lo menos.

 

Por ello es correcto que ellos también sean ahora responsables de la administración del tiempo para ajustar horarios, calendarios y circunstancias específicas.

 

Me parece que darles esa libertad es darles una mayor responsabilidad también, es, por lo mismo, poderles exigir también mejores resultados de la labor académica que, al final de cuentas, ese es el objetivo importante.

 

Maestras y maestros de México están comprometidos en su inmensa mayoría, no me cabe duda, con su vocación, con su labor profesional, por eso es tiempo de darles más poder y decirlo claramente:

 

Hay que darles más poder a los profesores, sobre todo en el espacio de lo local, de seguir confiando en su talento, en su vocación, en su compromiso social, y ahora también darles reconocimiento a sus capacidades organizativas.

 

La escuela rural mexicana hizo de esta Nación, en un momento convulso, una Nación más ordenada con referentes éticos distintos a los de la iglesia, y eso lo hicieron los profesores, y eso lo hicieron con una capacidad organizativa impresionante, ahí está la verdadera transformación de México, no está ni siquiera en este salón de sesiones, está en los salones de clases.

 

Por eso, una escuela que responda a necesidades locales y no a rígidas, y muchas veces absurdas directrices administrativas generales, se adapta mejor a su entorno y tiene mucho mayores posibilidades de éxito.

 

Maestra y maestros de México con mayor capacidad autogestiva deben y podrán ahora hacer de nuestras escuelas un ejemplo práctico del ejercicio cotidiano de algo que nos hace falta mucho, el reconocimiento de nuestras responsabilidades y el ejercicio pleno de nuestra libertad.

 

Enhorabuena y empecemos ya.

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