Suasnávar, retratista de nuestra gracia chiapaneca
Por Zoé Robledo
En mi colaboración anterior, compartí algunas reflexiones acerca de la obra del maestro Manuel Suasnávar.
En este número vuelvo sobre el artista chiapaneco y sobre su obra, con el enorme gusto de haberlo acompañado en días pasados cuando presentó en el Palacio de Bellas Artes la publicación con la que conmemora sus 50 años como artista plástico. Me emociona y me deja un gran sabor de boca pensar que Bellas Artes sigue siendo una casa democrática, plural, que un día puede recibir a Noa Noa y al día siguiente danzón y el Pincel de Manuel, y eso creo que es algo que habla bien de nuestro país y de la forma como estamos empezando a entender los procesos artísticos y culturales.
Hace ya varios años, cerca del año 98-99 por ahí, no sé si Manuel se acuerde pero lo fui a buscar a su casa, estaba por iniciar mis estudios en ciencia política en el ITAM —la cuna de la tecnocracia dicen algunos— y yo tenía muchas dudas de cómo iba a hacer para que mis inquietudes creativas, para que la posibilidad de echar a andar la imaginación, no se vieran inhibidas ante el conocimiento tan técnico que iba a recibir, y Manuel me dijo algo que nunca se me ha olvidado: “ La política, la buena política persigue la justicia, la pintura persigue la belleza y ambas son expresiones de la libertad”, y eso me hizo entender que había formas de encontrarnos y de seguir construyendo juntos por el Chiapas que siempre hemos anhelado.
Chiapas
Con su obra, Manuel Suasnávar nos demuestra que en Chiapas también hay pintores, pintores que, como dije en mi columna anterior, a la vez son poetas y que, como todo en nuestro estado, es plural y diverso y no se pinta de un solo color, por mucho que nos quieran hacer creer lo contrario, como dijera él mismo con profunda precisión en su discurso ahí mismo en Bellas Artes
Los parachicos y la tuxtlecada tomamos Bellas Artes acompañando a Suasnávar. Fue día alegre en el que los personajes de los que habla su obra irrumpieron en la sala Manuel M. Ponce de ese extraordinario espacio.
Y hablar de Suasnávar y su obra en esa sala puede parecer algo circunstancial, pero no es en lo absoluto algo casual.
Suasnávar
En el arte no hay casualidad ni coincidencia. Ponce fue el fundador del llamado nacionalismo musical mexicano y Suasnávar es, si hubiera que definirlo limitadamente, el máximo retratista de nuestra gracia chiapaneca, de nuestra gente, de nuestros hechos cotidianos, de nuestro color, de nuestro cochito, nuestro posh y nuestros chuntáes saliendo a echar baile en la Fiesta Grande.
Celebremos que los personajes de Manuel Suasnávar se hicieron presentes en Bellas Artes además, en septiembre, mes en que los chiapanecos celebramos doblemente el orgullo de ser mexicanos.
Festejemos, maestro. Gracias por tu obra, y por enseñarme que al arte y la política las une la libertad.
@zoerobledo
Senador de la República por Chiapas
Suasnávar
