Abuso y maltrato amenazan a nuestra infancia / Siempre


La violencia contra niñas, niños y adolescentes tiene muchas expresiones. Si bien el uso de la fuerza a través de las agresiones es desafortunadamente amplia en sus víctimas, también lo es en las distintas formas en que es ejercida en nuestro país.

 

Nos enfrentamos a una situación alarmante por la normalización de la violencia, en algunas zonas de nuestro país, como consecuencia de la guerra contra el crimen organizado; sin embargo, más allá de esta expresión grotesca es importante señalar que la violencia comprende distintos niveles y modalidades de existencia que resulta pertinente hacer visible, denunciar, cambiar.

 

Lamentablemente México va ascendiendo rápidamente en el ranking mundial para ocupar uno de los primeros sitios por la creciente violencia contra niñas, niños y adolescentes, desde la violencia física, el abuso sexual y el homicidio.

 

La Organización de Naciones Unidas ha ubicado a México entre las naciones más violentas del mundo. Además de todo lo que esto implica en lo económico, político y social, su impacto más negativo lo tiene, sin duda alguna, entre las niñas, niños y adolescentes que viven a diario distintas situaciones de violencia.

 

Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reporta que México, Estados Unidos y Portugal tienen el número más alto de niños muertos por maltrato entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), integrado por 30 naciones.

 

La misma OCDE coloca a México en el primer lugar, a nivel mundial, en abuso sexual, violencia física y homicidio de menores de 14 años; es decir, acorde a las estadísticas, 4.5 millones de infantes son víctimas de este ilícito, lo más grave es que sólo dos por ciento de los casos son conocidos.

 

El abuso sexual ocurre entre un menor y un adulto que es el padre, cuidador o responsable de la niña o el niño. Típicamente involucra la explotación sexual del menor o sirve para estimular sexualmente al adulto. El abuso sexual abarca un amplio rango de comportamientos que pueden incluir o no los contactos de naturaleza sexual.

 

Los actos que no involucran dicho contacto incluyen: los comentarios de índole sexual, el exhibicionismo y la masturbación, el vouyerismo y la exposición a material pornográfico. Los actos de contacto, en cambio, incluyen: el contacto sexual, la penetración digital o con objetos y el intercambio sexual. Los abusos sexuales ocurren preponderantemente al interior de la familia en todos los grupos étnicos y clases sociales.

 

La mayoría de las definiciones de abuso sexual infantil establecen dos criterios básicos para identificar el abuso: a) la coerción, dado que el agresor utiliza la situación de poder que tiene para interactuar sexualmente con el menor, y b) la asimetría de edad, ya que el agresor debe ser significativamente mayor que la víctima, aunque no necesariamente mayor de edad.

 

De acuerdo con el registro anual de las Procuradurías de la Defensa del Menor y la Familia de los sistemas estatales del DIF, se reportaron 39 mil 516 casos de abuso contra niños y niñas y fueron comprobados 27 mil 675. Cifra diferente al año 2013 en el que se recibieron 32 mil 652 denuncias de casos y se comprobaron 18 mil 277.

 

Los estados donde se reportaron la mayoría de los casos contra de niñas, niños y adolescentes, en 2014, son: Aguascalientes, Coahuila, Chiapas, Quintana Roo, Sinaloa y Yucatán.

 

Como muestra del aumento en los casos de abuso sexual de niñas, niños y adolescentes, solo basta con hacer una búsqueda en internet para visibilizar las múltiples trabas que enfrentan los padres de estos infantes, al tratar de denunciar el abuso.

 

Tal es el caso del Colegio Montessori Matatena, que a pesar de las denuncias interpuestas y de salir positivas las pruebas que constatan el abuso sexual cometido a por lo menos tres niños, no se haya salvaguardado inmediatamente el interés superior de la niñez con la finalidad de garantizar los derechos de las niñas y niños que asistían a este colegio; finalmente, un mes después de haberse presentado la denuncia, se detuvo a uno de los probables responsables.

 

Conforme a la Ley de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, aprobada en 2014, todas las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a que una vez que se identifica o sospecha de abuso sexual sean llevados a consulta médica inmediata y posteriormente a realizar la denuncia al Ministerio Público.

 

  • La atención hospitalaria que reciban debe ser de emergencia. El abuso sexual debe tratarse siempre como emergencia muestren o no lesión aparente y deben de recibir los servicios de profilaxis, anticonceptivos de emergencia e interrupción voluntaria del embarazo en los casos permitidos por la Ley.

 

  • Tiene derecho a que se les reciba y atienda en cualquier institución de salud. No se les debe exigir condición previa de admisión.

 

  • Todos tienen acceso gratuito a la justicia. Además deben recibir medidas de ayuda, protección, atención y reparación del daño así como un trato igualitario sin discriminación y sin que se les soliciten requisitos para acceder a este derecho.

 

Exigimos que  los Ministerios Públicos en todo el país garanticen el interés superior de la niñez, el cual deberá ser considerado de manera primordial, en la toma de decisiones sobre una cuestión que involucre a niñas, niños y adolescentes; además, proporcionen de manera inmediata asistencia de profesionales especializados cuando la naturaleza de la investigación y del procedimiento lo requiera; y que den aviso a la Procuraduría de Protección, a fin de garantizar la efectiva representación, protección y restitución de los derechos de niñas, niños y adolescentes, tal y como lo establece la Ley de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes. XXXTWITTER: @angelicadelap

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