Se debe abordar Bullying sin criminalizar a las niñas y niños que ejercen violencia: Lorena Cuéllar


Lorena Cuéllar

Discurso pronunciado por la Senadora Lorena Cuéllar Cisneros, del Grupo Parlamentario del PRD, durante el foro Soluciones y experiencias contra el Bullying.
Lorena Cuéllar Cisneros (LCC). Buenas tardes a todas y todos,

Sean bienvenidos a este evento,

Agradezco mucho la presencia de los ponentes

De manera muy especial quiero agradecer a los promotores del programa AVEE y a los representantes de las distintas organizaciones de la sociedad civil.

Este es un evento muy especial para mí.

Y es que permítanme compartirles que además de Senadora de la República soy Licenciada en Educación Especial.

Son temas sensibles donde me interese que no se vulneren los derechos de los ciudadanos.

Razón por la cual, este tema me ha tenido en alerta desde hace varios meses, siguiendo muy de cerca las acciones que ha implementado el Gobierno y los esfuerzos que varios de mis compañeros Senadores han presentado ya en tribuna.

Cuando hablamos de Bullying nos referimos a un problema de maltrato entre iguales; y de salud de una sociedad en la que está insertada una escuela.

Como sabemos, este problema se ha extendido por todo el país, hasta convertirse en una prioridad dentro de la agenda nacional.

Y considero que debe ser tratado meticulosamente puesto que se trata del respeto a un derecho que tiene todo ser humano a no ser maltratado ni abusado en su dignidad; en público y con la complicidad de quien lo contempla.

Visto en cifras, es alarmante el aumento que se ha dado en los últimos años, en que, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el número de casos ha tenido un aumento del 10 por ciento.

En 2013, el 40 por ciento de nuestras niñas y niños de primaria dijeron sufrir algún tipo de Bullying.

Esta situación hizo que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico colocara a nuestro país en el primer lugar internacional con este problema.

Y más allá de las cifras, en la vida diaria, es común ver este tipo de acciones exhibiéndose en redes sociales. Muchas veces, ver es avalar.

Con esto, quiero darles una muy sentida felicitación a todos los que se interesaron en esta convocatoria.

Seguí muy de cerca las propuestas que nos hicieron el favor de enviarnos y, permítanme decirles con sinceridad, que les tengo el mayor de los agradecimientos por todo su esfuerzo y dedicación para contrarrestar de manera efectiva en sus localidades este problema.

El Bullying rompe relaciones y daña a las personas involucradas sin importar el rol que jueguen, ya sea el de violentadores o receptores de violencia.

No olvidemos que las escuelas son cajas de resonancia de lo que hay en el exterior, y desafortunadamente en nuestro país desde hace varios años la violencia se ha apropiado del espacio público, por lo que no debemos dejar de cuestionarnos hasta qué punto la violencia externa se reproduce al interior de nuestras escuelas.

Dicho de otro modo, entender el acoso escolar implica reconocer que lo que ocurre en un espacio relativamente cerrado como la escuela, está sujeto a lo que pasa en la sociedad y su conjunto; por lo que el Bullying no puede ser desvinculado de temas como la inseguridad y el rompimiento del tejido social.

El diálogo de hoy, nos apoyará mucho en el desarrollo de políticas públicas y programas en la materia, sustentados en un enfoque de derechos humanos, lo que implica analizar los problemas que acontecen dentro de las escuelas, sin criminalizar a las niñas y niños que ejercen violencia, entendiendo que tanto ellos como los demás integrantes de la comunidad escolar son sujetos de derechos.

Sin duda que promover una cultura de paz en la escuela es dar respuesta a la violencia estructural que se ejerce a través de la desigualdad, de la injusticia social, de la discriminación y de la pobreza.

El desafío es complejo y las respuestas no son sencillas, pero creo que la mejor forma de empezar es a través del diálogo. Por lo que considero este espacio muy fructífero para ello.

Para escuchar experiencias locales únicas, que coadyuven a la promoción de ambientes que apunten a una convivencia pacífica en las escuelas y en la sociedad en su conjunto.

Permítanme agradecerles su participación, para nosotros sus experiencias son de gran valor y guía, ya que a partir de estas reflexiones conjuntas podemos entender cuales estrategias han funcionado y podemos tener un punto de partida, cada uno desde nuestra trinchera, para darle a nuestras hijas e hijos un espacio escolar en donde se sientan felices y donde la violencia ya no tenga lugar.

Les agradezco muchísimo.