La desigualdad económica está asesinado a la democracia: Zoé Robledo


Intervención en tribuna del senador Zoé Robledo A., del Grupo Parlamentario del PRD, para posicionarse en contra del dictamen por el que se declara la improcedencia de la petición de Consulta Popular relativa a la expedición de una Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos.

 

Zoé Robledo A., (ZRA): Muchas gracias senador presidente. Este debate tiene que ver con dos cosas fundamentales, con la forma cómo podemos reconciliar al sistema democrático con el sistema de libre mercado.

 

Es un debate que se está planteando en todo el mundo occidental, en el mundo democrático, que como lo he dicho aspiramos a pertenecer, que se está dando, porque cada vez queda más clara la relación entre las afectaciones que tiene la confianza hacia el sistema democrático y el grave problema de la desigualdad.

 

La desigualdad económica termina generando desigualdad política y hoy si se aprobara este dictamen, en esos términos, eso es lo que vamos a arraigar, un establecimiento de la desigualdad política sobre un tema tan importante como el de salarios.

 

La desigualdad económica está asesinado a la democracia y tendríamos oportunidad de revertir esto cono una acción desde el Senado de la República. Desafortunadamente el dictamen de la Comisión de Gobernación viene en otro sentido.

 

Y miren, no lo digo yo, el día de hoy, que como muchos de ustedes saben se están llevando a cabo elecciones en los Estados Unidos, elecciones legislativas y elecciones en algunos estados para gobernador, también justamente se están llevando a cabo consultas sobre 147 modificaciones legales. Fíjense qué curioso.

 

De 147 modificaciones legales, hoy en cuatro estados de la Unión Americana están saliendo a votar sobre el tema de salarios mínimos. Es en Alaska, en Arkansas, en Nebraska y en Dakota del Sur, donde sí los ciudadanos van a tener la oportunidad de votar y de expresar su opinión sobre el tema de los salarios.

 

La democracia más cercana que tenemos, pero además el modelo más abierto del que se pueda imaginar, sí se atreve a hacerlo, pero nosotros no, nosotros desde el Senado decidimos asumir una posición tan conservadora de no permitir vencer o por lo menos hacerle frente al tema de la desigualdad desde una posibilidad como la de modificar el salario mínimo.

 

Nosotros desde la izquierda hemos hecho planteamientos con el tema del salario mínimo y seguido el camino trazado en el mundo por economistas como Thomas Piketty y Paul Krugman y Amartya Sen, porque al final de cuentas el salario mínimo solamente se explica a partir de los salarios máximos, a partir de ese uno por ciento que en las calles escucha que vive totalmente alejado de la realidad y que también forman parte de ella, pues obviamente los funcionarios públicos y también nosotros como legisladores.

 

El tema de los salarios como mecanismo eficiente contra la desigualdad no se puede apartar de la agenda, la discusión no es solamente qué tan remunerativo debe de ser el ingreso mínimo, sino también qué tan altos deben de ser los sueldos máximos, particularmente de quienes ejercen una responsabilidad pública.

 

No se puede alentar desde las instituciones del Estado, un esquema de remuneraciones que nos guste o no porque formamos parte de ella, termina abonando en la desigualdad.

 

El sistema institucional de  salarios máximos hoy afecta la desigualdad de nuestro país.

 

Y esto habría que contratarlo con los niveles que  tiene el país en materia de salario mínimo con quienes siempre nos gusta competir, con la OCDE, bueno, estamos justamente en el último lugar, pero al mismo tiempo estamos en el quinto lugar con el ingreso per cápita más alto.

 

Brasil, para poner un ejemplo, tiene un PIB per cápita equivalente a 0.9 por ciento del nuestro, pero un salario mínimo 2.6 veces más alto que el nuestro, para ponerlo en términos muchísimo más claros de por qué es relevante para combatir la desigualdad hablar de salarios  máximos.

 

¿De qué tamaño es el salario de un senador?

 

Hay que verlo de esta manera, una persona que gana el salario  mínimo deberá de trabajar 52 días seguidos para  ganar lo que nosotros ganamos un día.

 

Por eso hablar de salarios máximos tiene que ver  con hablar de salarios mínimos y por lo tanto hablar de desigualdad.

 

Por eso, compañeras y compañeros, me parece que lo más relevante del dictamen es reconocer la demora en la que estamos de cinco años para poder expedir una Ley Federal de remuneraciones de los servidores públicos.

 

No dejo de decir que me llama muchísimo la atención que este sea uno de los argumentos de la Comisión de Gobernación cuando justamente fue la Comisión que se tardó casi dos años en dictaminar la Ley Secundaria en materia de consulta popular que ahora argumenten e incluso invoquen la opinión de la Suprema Corte sobre la responsabilidad por omisión de los legisladores cuando tienen un tema en su agenda que no están  atendiendo.

 

Qué bueno que hay un cambio de posición, lo sufrimos durante dos años  cuando no pudimos tener una buena ley de consulta popular debido a omisión  justamente de esta Comisión de Gobernación.

 

Por eso compañeras y compañeros, con el dictamen en el sentido que se discute, pareciera claro que el Senado, nuestra posición, nuestros ingresos, nuestras prestaciones y todo lo que recibimos nos está manteniendo a las senadoras y a los senadores en una burbuja que nos aleja cada vez más de nuestros representados, que nos aleja cada vez más  de la experiencia cotidiana que viven ellos y que nos impide entender los desafíos que están enfrenando los mexicanos de carne y hueso y que la economía no sólo lo  está dejando   atrás, sino que los está olvidando.

 

Todo indica, y concluyo, Senador Presidente, todo indica a que el próximo año  le vamos a negar la posibilidad a los mexicanos de tener una consulta  popular.

 

Por eso, desde esta altísima tribuna, quiero expresar aquí un reto, un verdadero desafío social, político y económico que retoma una experiencia norteamericana, la experiencia de “Live The Wage”, que significa de acercarnos y atrevernos como legisladores a vivir una semana con el salario mínimo, lo hicieron en Estados Unidos dos congresistas y el Gobernador de Ohio, vivamos, los invito a que vivamos una semana un Senador, un Gobernador, un Diputado  o un funcionario público de cada partido o un Presidente Municipal con el salario mínimo, con 471.03 pesos durante una semana.

 

Soy el primero que me anoto por parte de la fracción Parlamentaria del PRD y sólo espero que uno sólo  de ustedes, tan sólo uno acepte el reto de   vivir, trasladarse, alimentarse durante una semana con el salario mínimo.

 

Voy en primera línea y hago alusión a todos  y todas y cada uno de ustedes, compañeras y compañeras, senadoras y senadores  para que suban a esta tribuna y públicamente acepten el reto.

 

Quizás sólo así podremos sentir y pensar  como gran parte de los mexicanos y podamos entonces sí, empezar  a tomar decisiones desde su perspectiva, con empatía y a favor de su interés.

 

Es cuanto, Senador Presidente.

 

Muchas gracias.