La causa y lo causado: Las elecciones en Estados Unidos / Milenio


Ante un eventual triunfo de Donald Trump en las elecciones del próximo 8 de noviembre en la Unión Americana, cito una frase de mi hija Rosario: “Donald Trump sería el Presidente de Estados Unidos que merecerían los estadounidenses; pero en tal caso, Donald Trump no será el Presidente de Estados Unidos que merece el mundo”. Si el candidato del Partido Republicano lograra los votos para sumar el número de delegados que lo llevara a ser electo Presidente, quedaría en evidencia que en esa nación hay una mayoría social que valida el discurso antiinmigrante y antimexicano de dicho personaje.

 

La primera consecuencia de un posible triunfo de Trump, la de mayor impacto social y humano, sería el probable incremento de las muestras de violencia y discriminación contra nuestros compatriotas. La población de origen mexicano en Estados Unidos enfrentaría una situación de vulnerabilidad quizás nunca antes vista. Incluso antes de la construcción de un muro, la integración fronteriza sería afectada, lo mismo que la paridad del peso frente al dólar. Y si avanzara la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que ha sugerido Trump, la estabilidad económica de toda la región norteamericana estaría bajo riesgo.

 

México no sería el único país afectado. Resulta pertinente preguntarse: ¿Qué significaría el triunfo de Donald Trump para el resto del mundo? Si este sujeto cumpliera su promesa de revisar los tratados comerciales y echar abajo aquellos que no le gusten, eso tendría un efecto muy dañino no sólo para México, sino también para sus socios en Europa y Asia. La mera incertidumbre pondría en entredicho todas las cadenas productivas globales que dependen de la integración comercial. Probablemente se desataría la especulación, se detendría la inversión y aumentaría el desempleo.

 

Con Trump como Presidente de la nación con el arsenal más poderoso del mundo la geopolítica global también sufriría una profunda turbulencia. Afectaría, por ejemplo, a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una de las alianzas más importantes y que ha generado mayor estabilidad para las naciones de Occidente. Trump ha declarado que desea revisar los términos del acuerdo del Atlántico Norte. Esto implicaría el debilitamiento del principal contrapeso al poderío de Rusia de la era Vladimir Putin. Este posible hecho generaría  inestabilidad en la periferia rusa e implicaría luz verde para el expansionismo ruso, que tal vez cobraría nuevas víctimas como la Península de Crimea, en Ucrania.

 

Otra región que registraría cambios ante un posible triunfo del candidato Republicano sería el Medio Oriente, en particular Siria. El gobierno de Trump probablemente daría apoyo a las fuerzas autoritarias contra las que luchan los movimientos sociales que emergieron tras la Primavera Árabe.

 

Por otra parte, en América Latina no existirían certezas, porque Trump no ha hecho mayor referencia a esta región de nuestro continente. Posiblemente, Latinoamérica simplemente enfrentaría el desinterés o la franca indiferencia del gobierno de Estados Unidos, aun y cuando temas de urgente atención como la migración, el tráfico de armas y de drogas, o la violencia demanden esfuerzos y respuestas conjuntas. Que nuestra animadversión contra Trump no impida ver lo que pasa en Estados Unidos y sus posibles efectos en México y el mundo.

 

En México seguimos los hechos con atención, respetamos la decisión que el próximo 8 de noviembre asuman los estadounidenses. Si eligen al candidato del Partido Republicano, tendrán el Presidente que merecen, aun y cuando el resto del mundo no merezca a un Presidente como Trump al frente de la nación más poderosa del orbe. XXX TWITTER: @MBarbosaMX