Apenas terminado el periodo de sesiones del Senado de la República, regresé a Villahermosa y, dados los tiempos difíciles que vive el país, busqué en cajas antiguas unos libros y revistas porque quería saber y recordar la sabiduría de algunos políticos de un México que ya se fue, el México del pasado, el de los viejos tiempos.
Encontré una revista política con fecha del 25 de marzo de 1985, en la que consigna el fallecimiento de don Jesús Reyes Heroles, entonces secretario de Educación.
Pienso que los hombres inteligentes y claros de pensamiento de México no le pertenecen a un partido político ni a un grupo en específico, sino que le pertenecen a la patria entera. Y Reyes Heroles era uno de esos hombres inteligentes, estudiosos de las tendencias políticas del siglo XIX e inmerso en los procesos políticos del siglo XX.
En la revista están impresos ensayos sobre don Jesús Reyes Heroles de la autoría de Enrique Krauze y de Carlos Monsiváis. Me llama la atención que ambos intelectuales, de índole tan diversa, hayan encontrado un punto de unión en el político veracruzano.
Leyendo con calma los dos ensayos, me pongo a reflexionar. Comparto con ustedes mis hallazgos:
Uno, en el ensayo de Krauze citando a don Jesús, me conmueve: “Concebir la política como una actividad cultural. Por el verbo, por la reflexión y la decisión, el político del más alto rango procura moldear, valiéndose de ella hasta donde es posible, una realidad rebelde, nada plástica”.
Y ya encarrerado, sabio como lo era, don Jesús definía el papel del político intelectual: “Que el intelectual sea modestamente receptivo a la realidad y se deje influir por ésta, la capte y la exprese sin desprecio, aquilatándola como fuente de cultura; y el político se mantenga vinculado con el mundo de las ideas, procure racionalizar su actuar y encuentre en el pensar una fuente insoslayable de la política”.
De otra mentalidad y otro signo político, el gran Carlos Monsiváis cita a don Jesús Reyes Heroles: “Los excesos en planeación han reducido el campo de acción de la iniciativa personal y de la iniciativa social y han sofocado tendencias naturales de comportamiento y conducta que una planeación debe auspiciar. La suplencia es cambiada por la sustitución, el aliento por los dictados, los estímulos por las coerciones. Amargas experiencias de planeación totalitarias y consecuentes fracasos en contra de la libertad, el bienestar e incluso de los objetivos cuantitativos, estrictamente económicos, han llevado a un importante principio: intervenir en todo y reglamentar las minucias es practicar la antiplaneación”.
¿Los tecnócratas que llevan años inmersos en la planeación podrán entender a Reyes Heroles?, ¿por qué desde la etapa del desarrollo estabilizador nuestro país no puede mantener un crecimiento económico?
Sobre esto me puse a pensar y a reflexionar acerca de lo que ha sido y es nuestro país. Don Jesús murió en marzo de 1985; en ese año ocurrió el terremoto más devastador que haya soportado la Ciudad de México. Como estudiante de medicina, fui uno de los voluntarios que auxilió a la ciudadanía. Grandes jornadas de solidaridad donde los mexicanos demostramos que podemos hacer grandes cosas como pueblo. Me despido con una idea de Reyes Heroles: “Cuesta mucho educar a un hombre, pero cuesta más no educarlo”.
Senador del PRD por Tabasco
Redes sociales.
Twitter: @SenadorMayans
Web: fernandomayans.mx
Facebook: SenFernandoMayans
