La bandera nacional nos unió en los momentos más difíciles que forjaron nuestra Patria, es nervio vital de nuestro nacionalismo: Miguel Barbosa


Discurso pronunciado por el senador Miguel Barbosa Huerta, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante la ceremonia en Conmemoración del CXCIV Aniversario del Día de la Bandera.

 

Miguel Barbosa Huerta, (MBH): En esta ceremonia del Estado mexicano, saludo a los representantes de los poderes de la Unión:

 

Al presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto; al representante del Poder Judicial, el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo; al presidente de la Cámara de Diputados del Poder Legislativo, Silvano Aureoles Conejo.

 

Saludo a los gobernadores de Michoacán y de Colima; saludo a los integrantes del Gabinete del Poder Ejecutivo.

 

Y de manera muy especial saludo a los titulares del Ejército y de la Armada mexicana: al General Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional y al Almirante Vidal Francisco Santiago, de la Secretaría de Marina y Armada de México.

 

Saludo y en mi nombre hago en este momento un reconocimiento de parte del Senado de la República al Ejército y a la Marina, dos instituciones en donde su desempeño se construye a través de un principio: la lealtad, la lealtad al comandante supremo de las Fuerzas Armadas, al titular del Poder Ejecutivo y al pueblo de México.

 

Bajo esos dos principios, estas dos instituciones (inaudible) su comportamiento y por eso estamos acá.

 

Pero también saludo a las autoridades y a los habitantes de este pueblo, de este municipio de Coalcomán.

 

Qué importante que esta ceremonia del Estado mexicano se haga en este lugar, se haga en un municipio; qué importante, pasará a la historia de este municipio y de este pueblo que aquí se hayan reunido los poderes de la Unión y se haya celebrado este día tan importante para nuestra historia.

 

Los felicito, el Senado de la República los felicita.

 

Señoras y señores:

 

Se me ha conferido el alto honor de hablar este día, cuando conmemoramos un aniversario más de nuestra bandera nacional.

 

Sabemos lo que nuestra bandera significa. La sangre y los sacrificios que han costado. Dependerá del pueblo de México y de los poderes de la Unión, que continúe así, ondeando en todo lo alto en este cuartel, en este lugar tan alejado, intrincado en la sierra, entre montañas, acá que ondee la bandea nacional, que hoy inauguramos, y en todas las plazas de nuestro país, como símbolo de soberanía y de la libertad.

 

La bandera nacional nos ha unido en los momentos más difíciles que forjaron nuestra Patria, es nervio vital de nuestro nacionalismo y un factor de unión de los mexicanos.

 

Hoy más que nunca, México necesita estar unido. Esta unidad no sólo debe ser un propósito discursivo, sino sustentarse en el diseño de un proyecto y en la suma de voluntades, para la construcción de un futuro mejor para todos los que sentimos en el corazón lo que representa nuestra bandera.

 

¿Unidos en qué?

 

Unidos en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, que padece la  mayoría de la población.

 

Unidos en la construcción de un futuro mejor para niñas, niños, adolescentes y adultos mayores y para garantizar la igualdad plena entre hombres y mujeres.

 

Unidos para lograr el desarrollo, el crecimiento económico  y alcanzar el bienestar que, desde hace décadas, se ha postergado a millones de familias, a través de la creación de más empleos y de un salario digno, tal y como lo establece la Constitución.

 

Unidos en contra de la violencia y en el respeto de los derechos humanos; en el combate a la  corrupción,  a la impunidad y a la delincuencia que tanto han dañado la credibilidad de nuestras instituciones y la vida y patrimonio de nuestra sociedad.

 

Unidos para consolidar la democracia y para que ésta se traduzca en beneficios para la sociedad.

 

Unidos en torno al dolor y a la pérdida que padecen las víctimas de la violencia y del crimen.

 

Cada nación posee símbolos que definen su identidad. Los mexicanos estamos digna y honrosamente representados en nuestra bandera.

 

La bandera representa la importancia que tienen nuestras instituciones. Por lo tanto, es indispensable que juntos caminemos rumbo al fortalecimiento de la gobernabilidad del país. Debemos de reconstruir el tejido social que ha sido severamente dañado por décadas de crisis económicas, por el aumento desordenado y por hechos violentos que han lastimado severamente los Derechos Humanos.

 

Ante una pérdida de credibilidad hacia las Instituciones de la República, debemos revitalizar la confianza en el futuro del país como una nación libre, justa, tolerante y respetuosa de los Derechos Humanos.

 

Nuestra bandera es un símbolo que requiere una profunda reflexión sobre aquello que debe cambiar en el México contemporáneo para fortalecer la cohesión social, dignificar el ejercicio de la vida pública y avanzar en las tareas que hoy están pendientes como el combate a la corrupción, el fortalecimiento de la trasparencia de las fondos públicos y la defensa de los derechos políticos, económicos y sociales de la población.

 

La bandera se honra con justicia y solidaridad.  Honrar a nuestra bandera requiere una visión de futuro y esperanza.

 

Tenemos que actuar con decisión. No son momentos para vacilaciones, cálculos políticos o intereses particulares. Basta ya de mirar al país desde una sola perspectiva.

 

Elevemos la mirada, seamos conscientes del momento interno e internacional  por el cual atravesamos y nos percataremos de la realidad: La situación de nuestro país reclama del concurso de poderes y sociedad, para superar la complicada situación por la que atraviesa.

 

Corresponde al Ejecutivo ejercer el gobierno a favor de la sociedad, y lo hace señor Presidente, sin tintes partidarios y buscando el bien común; al Poder Judicial toca impartir justicia, para que en nuestro país imperen las leyes; el Congreso tiene la alta tarea de hacer la buena ley que garantice los derechos y libertades del pueblo de México.

 

Respetuosamente, desde esta tribuna, donde nuevamente vuelvo a reconocer el papel del Ejército y la Marina y felicito a Michoacán y a Coalcomán, y hay que trabajar en mejorar la imagen, no sólo de Michoacán, sino de todo el país, respetuosamente desde acá y ante la presencia de los representantes de los tres poderes de la Unión, reitero, reitero mi propuesta, realizada hace dos años, de la conveniencia de conmemorar en un mismo día a nuestros símbolos patrios.

 

Hoy no se conmemora al escudo ni al Himno, sólo a la bandera, los tres son símbolos patrios, los tres símbolos,  la  bandera, el  escudo y el glorioso Himno Nacional.

 

Presentaré iniciativa cuando logre, cuando logre el consenso de los poderes federales, la opinión del Ejército y la Marina, de los organismos de cultura y desde luego del Poder Ejecutivo, la opinión del Legislativo y de los grupos parlamentarios que integramos el Senado de la República, una iniciativa para que los 24 de febrero sea el día, no sólo de la Bandera, de los símbolos patrios.

 

En este día tan especial, honremos con esta ceremonia republicana a nuestros símbolos patrios y a nuestro país.

 

Gracias por permitirme hablar en esta ceremonia del Estado mexicano, gracias.