El gasolinazo no responde a ninguna racionalidad económica: Luis Humberto Fernández


Intervención en tribuna del senador Luis Humberto Fernández Fuentes, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar en contra del acuerdo de por el que se solicitan diversas acciones en relación al mercado de gasolinas y diesel.

 

Luis Humberto Fernández Fuentes, (LHFF): Buenas tardes.

 

Con su venia, sus señorías.

 

Estoy en contra del acuerdo propuesto, estoy en contra del acuerdo, primero además soy un miembro de la Mesa Directiva, primero porque no resuelve nada, porque es pensar que con una explicación se avanza, es renunciar a nuestra capacidad de proponer una solución, es ignorar la realidad nacional, es voltear a ver a otro lado y no considerar el enojo social y el absurdo de todo lo que es lo que está detrás de todo este gasolinazo.

 

No voy a suscribir yo este punto porque no es entender que no se trata de una irritación, si no es una incomodidad, no es una molestia, estamos hablando de saqueos en prácticamente todo el país, en manifestaciones sin liderazgos claros en prácticamente todo el país, situación que no se ha visto en México prácticamente desde la Revolución.

 

Para los indolentes y los profesos de la nómina gubernamental -porque hasta ahorita no he oído a alguien que diga que fue una buena medida que no esté en la nómina, hay que aclarar-, el incremento en los precios de la gasolina y el diesel es un gasolinazo más.

 

Sin embargo es mucho más que eso por diversos factores: el tamaño del incremento, el enardecimiento social que existe y el que va a generar los impactos económicos como el aumento en la inflación, la disminución en la competitividad, pero sobre todo el efecto acumulativo que ya se suma a otras afectaciones al bolsillo de los mexicanos como es la devaluación del peso, el incremento también en la energía eléctrica, lo que generaría un daño mayor y de largo plazo.

 

Tenemos que entender que esto va a generar un cambio sustantivo en la vida pública mexicana.

 

El impacto más ofensivo es que no obedece a ninguna racionalidad económica. Se han comentado aquí los precios de las gasolinas. Si vemos las evoluciones en los próximos años y no nada más en los últimos meses, veremos que los precios de las gasolinas han bajado, ha habido algunos incrementos marginales y aislados.

 

Que incluso se comenta que el precio de la gasolina es pertinente. Sí, pero si revisamos, es pertinente de qué tamaño, es con países que no son productores ni que tienen refinerías.

 

Todos estos efectos son síntomas de una enfermedad mayor, la reforma energética fracasó y la evidencia es irrebatible y está a la vista: Pemex está, para términos prácticos, quebrado; no mejoró la competitividad del país ni la de la empresa; se han declarado vacías las licitaciones, desiertas; no se capitalizó a la industria, al revés, se le endeudó más; los intereses políticos en Pemex siguen intactos; las pequeñas y medianas empresas están devastadas; el robo en combustibles iba en incremento y a esto se suman las catástrofes regionales como en Salamanca, Ciudad del Carmen y Poza Rica, por mencionar algunos.

 

La reforma se mostró tal cual es: la empresa de recursos a las empresas internacionales. Pero ni para eso sirvió. Se limitó al negocio de importación de gasolina, que hoy representa el 50 por ciento de la que se consume en el país y a una extracción que buscamos favoreciendo a los capitales, no a los mexicanos.

 

¿Dónde están las refinerías?, ¿dónde están las inversiones? No hay nada, sólo se quedó en el vil y suculento negocio de la importación de gasolinas.

 

¿Cómo llegamos aquí?, ¿cómo llegamos a esta crisis de las gasolinas? Pues la realidad es que se abandonó la infraestructura para la refinación, no se le dio  mantenimiento, no se amplió, no se reconfiguró la existente, no se construyeron nuevas refinerías.

 

Más allá de eso, el ridículo y el escándalo de que se hayan destinado 600 millones de dólares a la construcción de una refinería y lo único que queda es un muro en donde debiera de estar.

 

La reforma ha sido una impostura y a confesión de parte, relevo de prueba: en enero de 2015 Peña afirmaba que ya no habrá gasolinazos, que no habrá incrementos mensuales. Impostura que hoy no se sostiene.

 

Voy a entrar muy rápidamente antes de que se me agote el tiempo a dos cosas: todos los argumentos que ha planteado el Gobierno rayan en lo absurdo. El hecho de que Peña diga que no había alternativa se me hace muy triste porque es renunciar a su capacidad para proponer un futuro diferente, es renunciar a su capacidad de no ser indolente con el pueblo que le está diciendo en las calles.

 

Y, bueno, para decir que sí había que hacer, ahorita comentaban que si resolvemos el tema del robo de gasolina, se resolvería una parte importante, pero también si hubiéramos, y hubiéramos como instituciones, detenido a los Duartes a tiempo, pues tendríamos mayor cantidad para invertir en la energía.

 

Bueno, al final del día y para no exceder el tiempo, yo no voy a compartir la apuesta a la omisión, yo no voy a compartir la apuesta por la indolencia, la verdad es que con este punto de acuerdo no abonamos a nada, renunciamos a nuestra capacidad de proponer.

 

Entendamos, ya estamos en la crisis, la reforma no funcionó y no existen elementos que permitan suponer que van a mejorar las cosas.

 

¿En qué torcido concepto de progreso se puede decir que la reforma funciona para los mexicanos cuando hay saqueos en todo el país?, ¿en qué sentido tan torcido de la estabilidad se puede decir que se tienen estas medidas por estabilidad cuando están generando inflación y movimientos sociales que no habíamos visto?

 

La verdad que estos llamados los beneficios me recuerdan a las arengas de López Portillo cuando decía que “los beneficios llegarán”, el beneficio no ha llegado desde entonces al pueblo y es, como diría Sabines, “siempre el paso siguiente, el otro, el otro”.

 

Al final del día, y con esto concluiría, el punto es si estamos a favor de la política que dio origen al gasolinazo o no, lo demás es acrobacia, es jugar con el lenguaje, tenemos que tomar definiciones política y es este momento: ¿quién está a favor del gasolinazo y quién está en contra?

 

Es cuanto, sus señorías.

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