El Cuarto Informe de Gobierno derivó en la peor caricatura de una ceremonia republicana: Dolores Padierna


VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA INTERVENCIÓN EN TRIBUNA DE LA VICECOORDINADORA DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRD EN EL SENADO, DOLORES PADIERNA LUNA PARA PRESENTAR INICIATIVA QUE REFORMA EL ARTÍCULO 69 CONSTITUCIONAL,MODIFICACIÓN DEL INFORME PRESIDENCIAL

 

Sen. Dolores Padierna: México padece una crisis institucional. Para el actual gobierno federal se trata sólo de una crisis de percepciones. Para la mayoría de los mexicanos se trata de una crisis generalizada por la decepción, la falta de resultados tangibles a 4 años de gobierno y el pacto de impunidad que genera, a su vez, una crisis de confianza.

 

En medio de esta crisis, el Cuarto Informe de Gobierno derivó en la peor caricatura de una ceremonia republicana. En México hemos pasado del culto al presidencialismo al culto a la frivolidad. Pasamos del monólogo del Ejecutivo ante el Congreso que prevaleció hasta 1997 a la ausencia de diálogo que dominó hasta 2008 al monólogo televisivamente controlado como observamos este 2016 con el IV Informe de Gobierno.

 

La intención deliberada de evitar el debate entre poderes de la Unión, el cuestionamiento a la falta de resultados y la rendición de cuentas del Ejecutivo federal nos ha llevado a la situación actual.

 

El Informe Presidencial no es una institución obsoleta creada por casualidad. Es la esencia de la convivencia republicana entre el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y también el Poder Judicial. Así se pensó desde la Constitución de 1857.

 

No podemos olvidar que al término de la dictadura porfirista fue durante un informe presidencial que el senador Belisario Domínguez impugnó al gobierno espurio y fue asesinado por esta osadía.

 

El artículo 69 constitucional, pieza clave que definió el formato del Informe Presidencial vivió cuatro modificaciones importantes después de la Constitución de 1917: en 1923, tras la revolución constitucionalista triunfante; en 1986, en pleno ascenso de la tecnocracia que domina el Ejecutivo federal desde entonces; en 2008, cuando el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa decidió eliminar la obligatoriedad de que el presidente de la República se presente ante el Congreso; y en 2014, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien optó en sus primeros tres años por organizar una ceremonia paralela a la sesión de apertura del Congreso, realizada en Palacio Nacional, con sus invitados, con absoluto control del guión.

 

Estos han sido los cambios legales que respondieron a coyunturas políticas específicas. Fue hasta la presidencia de Ernesto Zedillo que se modificó el formato del informe para intentar un auténtico ejercicio de diálogo entre poderes.

 

En 1997, el político opositor, el entonces diputado federal Porfirio Muñoz Ledo, respondió al informe presidencial. El tribuno, el mismo que, por primera vez interpeló en público al presidente Miguel de la Madrid en su informe presidencial de 1986 advirtió: El informe presidencial “encarna sueños y simboliza aspiraciones democráticas de los mexicanos. Es condensación de historia. Aquí desembocan y toman nuevo cauce luchas perseverantes  y aún sacrificios en contra del poder absoluto, de sus arrogancias y excesos, y a favor de la libertad y la dignidad de nuestros compatriotas. Aquí se reafirma la esperanza de un cambio pacífico y profundo que nos conduzca, por la continuidad del esfuerzo emancipador, a la instauración de una República justa y soberana”.

 

Es esta República justa y soberana la que aún esperamos. En contra de esta aspiración, la República ha retrocedido a una autocracia iletrada.

 

Por esta razón, consideramos indispensable retomar la esencia política, jurídica e histórica del Informe Presidencial.

 

La iniciativa de reforma al artículo 69 constitucional que a continuación presento  tiene las siguientes características:

Uno, el informe deberá ser presentado por el Presidente de la República en la apertura de sesiones de cada año del Congreso de la Unión. Cada grupo parlamentario fijará una posición en la misma sesión. Y el titular del Ejecutivo federal deberá dar un mensaje al Congreso y responder los cuestionamientos que se le formulen los grupos parlamentarios.

 

Para vincular una mayor responsabilidad de los resultados que se informen, el Ejecutivo Federal comparecerá para rendir cuentas del estado que guarda la administración pública federal, bajo protesta de decir verdad.

 

Dos, el análisis del informe se realizará en cuatro etapas: a) Mesa de trabajo por comisiones donde se hagan Observaciones al informe; b) Sesiones de análisis del informe con la presencia permanente del presidente de la República y/o las y los titulares de las dependencias y entidades de la Administración Pública federal donde se pueda generar un debate con los responsables de cada dependencia del Ejecutivo.

 

Tres, por último, se realizará una labor de seguimiento al informe. Se faculta a la Auditoría Superior de la Federación a dar seguimiento a las observaciones realizadas.

 

La semana previa se abrió el debate sobre el formato del Informe del Ejecutivo Federal, invito a que analicemos las propuestas y la experiencia comparada en distintas naciones. Es necesario impulsar nuevas formas de contrapeso entre poderes.

 

Senadoras y senadores, es necesario que le Congreso se convierta en un verdadero control democrático al Poder Ejecutivo.

 

Tomemos una decisión sobre este tema.  De esta manera, estaremos evitando el culto a la personalidad, superaremos el culto a la frivolidad y sembraremos el culto al diálogo y a la verdadera rendición de cuentas. Algo que tanto le hace falta a este país.

 

Ojalá tengan a bien ustedes de aprobar la presente iniciativa.

Muchas gracias.

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