Debemos atender la exigencia de la sociedad para recortar al Congreso de la Unión: Angélica de la Peña


Angélica de la Peña Gómez, (ADLPG).- Poca o nula eficiencia que observan de las instituciones gubernamentales que, en el marco de una crisis económica, está crisis de credibilidad, por supuesto, lleva  la discusión temas que antes pareciera no debían haberse tocado.

 

Sin embargo, creo que en el marco de esta discusión que ha tomado como blanco el que desaparezcan del aspecto de la representación legislativo las plurinominales, las diputaciones o las senadurías que viene por una lista de representación proporcional a partir de lo que cada partido político tiene como resultado de la votación y esta se refleja por consiguiente, en el caso de la Cámara de Diputados, en cinco listas, una por cada una de las cinco circunscripciones, y en el Senado en una lista nacional.

 

La discusión no sería relevante si no distinguimos también que detrás de ella hay una serie de reclamos que es necesario atender y a partir de que también nos hagamos distintas preguntas, retomemos las distintas preocupaciones que desde la sociedad civil se hacen respecto de estos encargos que forman parte de la integración de uno de los tres poderes de la Unión, como es el caso del Congreso de la Unión, del ámbito legislativo, que no solamente repercute a cómo se integran las Cámaras del Congreso de la Unión, también tendrían una trascendencia  a los ámbitos locales, aunque son propiamente el blanco de las críticas cuando menos a nivel nacional.

 

Si alguien hace una revisión respecto del trabajo que realizan los congresos locales, la eficiencia y sobre todo el avance en cuestiones fundamentales que favorezcan a los distintos espectros de la sociedad, pues diríamos que también hay que corregir de lo que acontece o lo que es necesario que distinga al trabajo de los congresos locales, sobre todo cuando hay materias que cuesta mucho trabajo reformar y que todavía siguen estando ahí presentes como asunto consuetudinarios que no van acorde con el proceso que nuestra nación ha emprendido desde el Congreso de la Unión, sobre todo en algunas reformas importantes que visibilizan los derechos de distintos grupos que siguen integrándose como grupos vulnerables o como minorías, que no son tan importantes, en, insisto, en la determinación de las acciones gubernamentales.

 

Yo estoy totalmente a favor de que se haga una revisión, ese es el sentido de la iniciativa que estoy poniendo a su consideración para que se turne a su revisión en comisiones, de que la Cámara de Diputados, si bien hay un proceso importante que vino elevando a 300 distritos uninominales, 100 diputaciones plurinominales, y luego en el 86 integran 100 más, para que finalmente tengamos una Cámara de Diputados 500 integrantes, hombres y mujeres, es verdad que es una Cámara Diputados quizá la más grande en cuanto a la proporción de habitantes de un país respecto a lo que acontece en otras partes del mundo.

 

Y el caso del Senado de la República, si bien los 128 senadoras y senadores, tenemos un trabajo en comisiones que intenso, que permite incluso una posibilidad de una interacción más puntual, incluso más escrupulosa en la atención de la materia de los temas que estamos tratando, también no deja  de estar en el centro de los señalamientos y la discusión que se hacen, de las críticas que se hacen también contra el Senado de la República.

 

Sin embargo, me parece muy grave la pretensión, sobre todo en la Cámara d Diputados, de algunos legisladores que están pretendiendo desaparecer a los plurinominales, también, sin embargo, yo soy radical en el sentido de que hay que recortar el número de integrantes de la Cámara de Diputados y, por supuesto, ya sé que esta iniciativa que yo presento para su consideración en comisiones refleja una posición radical, y además de que reorganiza los distritos electorales, en vez de 300 a 125, por supuesto también legitima la importancia de la presencia de las candidaturas plurinominales como los espacios, efectivamente, del resultado de la votación que se obtiene por cada apartido político es el número proporcional de legisladoras y legisladores, que forman parte de este conglomerado que se conoce como legisladores plurinominales.

 

Hay que entender, hay que recordar de nuevo la historia de la transición democrática en nuestro país; el partido único, que prácticamente, que ineludiblemente se veía como el partido del Estado mexicano, y su transición hacia el reconocimiento de otras fuerzas políticas, de otros partidos incipientes, distintos, y que reflejan la pluralidad de nuestra nación.

 

Así han venido siendo prácticamente las últimas reformas, particularmente las últimas del siglo pasado, la del 77 y luego la del 96, con una transición donde el gobierno deja de organizar y calificar las elecciones, o bien se crea un ente contencioso electoral para que ya sea el colegio electoral que se conformaba por legisladores, y trate desde el Poder Judicial la calificación de las elecciones.

 

De eso trata esta iniciativa que hoy estoy poniendo a su consideración, por supuesto que pido a la Mesa Directiva inscriba la misma de manera textual en el Diario de los Debates, simplemente voy a apuntar parte de la introducción de que hago en la iniciativa, por supuesto recordando en este caso, de manera muy puntual, lo que uno de los grande precursores que tenemos en nuestro país, en nuestra nación, han estado señalando respecto a la transición que nos debe obligar.

 

Quiero recordar parte de las preguntas que se hacen alrededor de esta discusión, de si efectivamente resulta cara la democracia para nuestro país, hay que actuar en congruencia de que no resulte cara desde el punto de vista económico sino más bien que se legitimen los resultados de la eficiencia de las decisiones que se tomen, para que sus resultados sean favorables.

 

Hace poco Lorenzo Córdoba frente a los cuestionamientos a los pronominales, él decía que los sistema electorales se dividen efectivamente en dos grandes tipos, los de mayoría, en los cuales el escaño en disputa en cada circunscripción electoral se otorga al candidato que obtuvo el mayor número de votos y los de representación proporcional que asignan los escaños en representación de la votación obtenida por cada fuerza política.

 

Comparando los efectos de uno y otro sistema, algo es concluyente, dice, la pluralidad política de una sociedad se refleja de mejor manera en los sistemas de representación proporcional, porque dice contribuyen más al carácter representativo de las democracias por el resultado de la diversidad ideológica de las representación política que producen.

 

Es exactamente que tiene que motivarnos, algo que tiene que ser preservado, que forma parte ya de la historia de nuestro país uy que sería muy grave un retroceso que impida el reconocimiento de esta pluralidad en nuestro país, que se garantiza precisamente con la presencia de los plurinominales.

 

Finalizo recordando lo que el jurista Luigi Ferrajoli señala respecto a lo que debe ser la democracia representativa: la idea de que una mayoría puede legitimar cualquier decisión sin límites, contrapesos o controles, representa una concepción de la democracia que es abiertamente inconstitucional, dice Ferrajoli, y lo es ya que las mayorías pueden muy bien emanar leyes injustas, además de indignamente inconstitucionales como lo acredita la actividad de los tribunales constitucionales en los ordenamientos que disponen de esta jurisdicción.

 

Y termino, pero sobre todo, dice, la ilusión de una llamada voluntad general como voluntad buena no sometida a límites legales, ha sido trágicamente desmentida por los totalitarismos del siglo pasado, que ciertamente gozaron de un consenso mayoritario y fueron ensimismo un suicidio de las democracias.

 

No podemos retroceder en nuestro país, lo que ha abonado precisamente a tener esta democracia representativa y plural.

Gracias por su atención.

 

 

 

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