Versión de la participación del senador del Grupo Parlamentario del PRD, Antonio García Conejo durante la sesión del Congreso General, en la que fue entregado el Segundo Informe de Gobierno del Presidente de la República.


Ciudad de México, 01 de septiembre de 2020.

Con su venia presidenta. Señoras y señores legisladores, pueblo de México. El mundo sufre desde principios del año 2020 el terrible flagelo de la Pandemia COVID-19, que ha costado cerca de 800 mil vidas de seres humanos en el mundo y provocado un inédito y grave efecto de fragmentación en la convivencia social, junto a los efectos negativos de esta pandemia en el planeta, han surgido nuevos fenómenos en la economía, la política y la sociedad y se han fortalecido otros que ya existían.

Todo parece indicar que la cultura digital se extenderá por el mundo, profundizando un nuevo paradigma que tendrá que ser asumido por los gobiernos, los partidos políticos, las organizaciones sociales, los individuos y por la sociedad en su conjunto. Estamos ante el nacimiento de nuevos conceptos que modificarán para siempre nuestra visión del mundo como la educación virtual, el teletrabajo, dinero virtual y la comunicación en línea.

En nuestro país, a la fecha, la pandemia COVID-19 le ha arrebatado la vida a más de 60 mil personas y ha ocasionado que durante los meses de abril, mayo, junio y julio se suspendieran las actividades sociales y comerciales, lo que frenó la economía y provocó un estancamiento que aceleró una crisis de escala mayúscula.

Conforme a los datos del Banco de México, el Producto Interno Bruto disminuirá casi un 10 por ciento al final del año, la inflación se incrementará en un 4 por ciento y se han perdido aproximadamente un millón de plazas de trabajo formales. En este año han disminuido aproximadamente cuatro por ciento del monto total de las exportaciones a los Estados Unidos, conforme al Departamento de Comercio de ese país, lo que significan 13 mil millones de dólares menos para la economía mexicana.

Conforme al banco de información económica del INEGI, en lo que va de este año, la actividad agropecuaria, disminuyó un 2 por ciento, la minería se redujo en un 4.8 por ciento, el comercio al menudeo un 24.8 por ciento, la de construcción 34.3 por ciento, el transporte 39.3 por ciento, las industrias manufactureras 29.6 por ciento; en el caso del turismo, sólo por citar un par de ejemplos, los servicios de alojamiento se redujeron a un 70.4 por ciento y los servicios recreativos disminuyeron 76.9 por ciento.

En materia de seguridad, a pesar de la pandemia y las medidas de confinamiento, los homicidios alcanzaron un nivel récord, en los primeros cuatro meses del 2020, perdieron la vida aproximadamente 99 personas al día. En el caso de la violencia de género, que por sus características merece una especial importancia, conforme a los datos publicados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, sólo de enero a marzo de este año fueron asesinadas 964 mujeres, de los cuales 720 casos está clasificados como delitos dolosos y 244 como feminicidios.

Las expectativas para el próximo año no son nada favorables, en palabras del secretario de Hacienda, el señor Herrera Gutiérrez, México vivirá la crisis más fuerte desde 1932, lo que seguramente significará un amplio recorte a las participaciones a las entidades federativas y municipios.

En el combate a la corrupción jamás habrá resultados reales si no se avanza en el combate a la impunidad, es decir, en la construcción de un sistema legal, imparcial y eficiente que garantice que cualquier ciudadano que afecte los intereses de la nación, sea debidamente procesado y sancionado. Nuestro país está sumido en una grave crisis y desafortunadamente, las acciones de la administración pública federal no se han adaptado a la nueva realidad.

El Gobierno Federal insiste en mantener las mismas estrategias económicas que planteó al inicio del sexenio, tal y como si las condiciones del país fueran de absoluta normalidad, como muestra de ello el Programa Sectorial de Turismo 2020-2024, que fue publicado en julio de este año, no modificó en lo absoluto las proyecciones ni el modelo a pesar de que la industria turística sufre la peor crisis en su historia, la pandemia no mereció si quiera una sola línea en justificación del programa. Esta administración considera que los programas sociales, las obras de infraestructura que ya habían sido previstas y el nuevo acuerdo comercial llamado por sus siglas T-MEC, serán suficientes para superar la enorme crisis económica y social que hoy vivimos.

El primer paso para resolver un problema es reconocerlo. México está en el peor momento de su historia, sumergido en una “macro crisis” multifactorial. Tenemos una crisis institucional, con un Gobierno Federal que intenta disfrazar de austeridad su campaña por el desmantelamiento de las instituciones y organismos autónomos, que brinda equilibrio, transparencia y resguarda los principios republicanos, consagrados en la Constitución. Dentro de esta campaña por la concentración del poder, se encuentra la peligrosísima estrategia de intentar debilitar y tensar las relaciones con los Estados y los Municipios. Así como una lucha selectiva contra la corrupción.

No nos engañemos, esta “macro crisis” que vive México tiene muchos factores, no es sólo la pandemia, no es sólo un mal momento que nos tocó vivir, sino es el resultado de malas decisiones y omisiones gubernamentales. Ante esta dolorosa realidad, hoy más que nunca debe imponerse la verdad, la congruencia y la acción. No podemos como país, seguir en esta ruta en la que estamos, tenemos que cambiar urgentemente.

El gobierno de la 4T se ha mostrado ineficiente y se niega a adoptar las medidas económicas, fiscales, legislativas y presupuestales que logren disminuir y contener los efectos provocados por esta crisis múltiple

En el Partido de la Revolución Democrática, nos reconocemos como una verdadera opción de izquierda democrática, que le de prioridad al bienestar de todas y todos, sin distingo de estatus social, por eso consideramos que para atender la crisis de salud debemos incrementar sustancialmente nuestra inversión en el sector. En los últimos diez años la inversión en salud se ha contraído, tenemos que cambiar esta tendencia histórica y acercarnos al 6 por ciento de inversión en salud, en referencia al Producto Interno Bruto, tal y como lo sugieren los organismos internacionales.

Para no tener un Sexenio Perdido, en temas económicos necesitamos crear y ejecutar un programa urgente para la recuperación de los empleos y las empresas mexicanas, sobre todo la micro, pequeña y mediana empresa que son las que generan el 95 por ciento de los empleos de este país; se requiere implementar un plan del 5 por ciento del Producto Interno Bruto. Y, además, como una medida complementaria y de emergencia, necesitamos hacer realidad el Ingreso Vital para los más de 52 millones de mexicanas y mexicanos que viven en condiciones de pobreza según el CONEVAL, y los que se sumarán a esta cifra.

Necesitamos medidas nunca antes vistas. Si hoy tomamos a la ligera esta crisis económica monumental, pensando que con la supuesta vacuna del COVID todo se arreglará, estaremos condenando a una generación entera.

Señor presidente: el mundo y México cambiaron para siempre en solo meses. Los retos que enfrentamos son enormes, y no señor presidente, no, México no ha tenido al mejor gobierno en el peor momento, México ha tenido durante esta pandemia y esta crisis económica sin precedentes, a un Gobierno lento y omiso. Hoy más que nunca se requiere de un gobierno ágil, flexible, adaptable a las nuevas circunstancias, las ideas obcecadas sólo retrasarán la recuperación y sumirán más al país en la peor crisis de la historia moderna.

Es tiempo de dar un golpe de timón, orientar las prioridades de su gobierno a la atención de la crisis sanitaria, económica y de violencia que tenemos. Es tiempo de pensar en el desarrollo del país, y no en las próximas elecciones. Es tiempo de gobernar y no de dividir, de ver a todos los estados y municipios del país, como aliados y no como contrincantes o peor, como enemigos.

Atienda la crítica, abrace al dialogo, está usted en el primer tercio del sexenio y es tiempo de fortalecer lo que funciona y de quitar del camino lo que nos detiene. Destruir es fácil, crear instituciones no lo es. Para ello se requiere de la unidad y del compromiso de todos, de buscar consensos y no de imponer mayorías. Los tiempos de hoy no admiten decisiones basadas en suposiciones, rencores o cálculos electorales.

El Partido de la Revolución Democrática forma parte de la historia democrática de este país como una oposición responsable, compartimos ideales, buscamos el bienestar de todas y todos, nos esforzamos por crear políticas para abatir la desigualdad y la pobreza. Fuimos pioneros en programas sociales, pero sin descuidar la producción económica.

Por ello, hoy al Partido de la Revolución Democrática le corresponde generar un camino alternativo que vaya más allá de las clasificaciones neoliberales o populistas, que proponga abierta y decididamente acciones en contra de la impunidad como la única forma de combate a la corrupción, que establezca una ruta de desarrollo económico confiable, a prueba de caprichos o visiones equivocadas, y que tenga un fin humanista de absoluta responsabilidad, ante los millones de ciudadanas o ciudadanos que se enfrentan a la enfermedad, a la violencia y a la crisis económica.

Las y los legisladores del Partido de la Revolución Democrática, nos solidarizamos y nos comprometemos con todos aquellos mexicanos y mexicanas que han perdido y que perderán a un familiar por esta pandemia, con aquellos y aquellas que han perdido o perderán su empleo, con los que han cerrado o tendrán que cerrar definitivamente sus empresas o negocios, con aquellos padres y madres que triste y desafortunadamente han perdido a sus hijos ante la insuficiencia de medicamentos, con aquellos y aquellas que no regresarán a sus hogares, víctimas de la violencia.

A todos ellos y ellas, les decimos: nuestro respeto, nuestro apoyo, nuestra empatía y el más absoluto compromiso de ayudarlos para transitar juntos en estos tiempos tan oscuros. El sol, siempre vuelve a salir. Muchas gracias.