Versión estenográfica de la intervención en tribuna de la vicecoordinadora del grupo parlamentario del PRD en el senado, Dolores Padierna Luna sobre el tema de la evaluación docente.


Sen. Dolores Padierna Luna: En diciembre del año pasado, el jefe de Gabinete de Enrique Peña Nieto, Aurelio Nuño, hizo una confesión a la prensa extranjera en referencia a la estrategia de seguridad de este gobierno, dijo: “no vimos la dimensión del problema y la prioridad que debería haber tenido”.

Según vemos no es el único tema importante de la agenda nacional en el que el gobierno no vio la importancia que tienen algunos temas, en este caso el tema de la educación.

Se les hizo fácil culpar a los maestros del desastre educativo, meter a la cárcel a su líder, aunque fuera su aliada, someter a su sindicato y anunciar una reforma educativa que les diera puntos en las encuestas.

Hasta ahora en lo único que han cumplido, y a medias, es en mantener en prisión hospitalaria a Elba Esther Gordillo, aunque al parecer, pronto estará libre.

De lo demás, nada.

La pretendida reforma educativa se redujo a una reforma laboral bis que ni siquiera se ha podido echar a andar.

Emilio Chuayffet volvió a la escena pública, después de que en el periodo electoral había desaparecido y regresó como si nunca la hubiera abandonado la plaza, como si no se hubiera ido de la Secretaría de Educación Pública y dicen que siempre sí, dice él que siempre sí habrá, llueve o truene la evaluación; “que no hay otra alternativa”, dijo Osorio Chong .

Se evaluará a los maestros y aquellos que resulten con promedios altos serán merecedores de estímulos económicos; pregunto: ¿serán merecedores realmente de estímulos económicos?,  eso es un decir, porque quien tiene la última palabra en este tema es la Secretaría de Hacienda.

El documento que detalla el programa de estímulos que sustituye a la Carrera Magisterial, en el numeral VII, 3 advierte que: “quienes hayan logrado los resultados requeridos en los procesos de evaluación para ser sujetos de los incentivos, y que por la falta de disponibilidad presupuestal en el ejercicio fiscal correspondiente no hayan sido acreedores a los mismos, podrán volver a participar en los procesos de evaluación al siguiente año”, dicho de otra manera, aunque sean buenos maestros o maestras, aunque alcancen los  resultados destacados, no recibirán estímulos si la Secretaría de Hacienda no lo autoriza y en épocas de recortes presupuestales eso está por verse todavía.

Recordemos que mediante un escuálido boletín, casi a escondidas porque luego lo retiró de su sitio web, la Secretaría de Educación Pública anunció, el pasado 29 de mayo que quedaban suspendidas indefinidamente las fechas para la realización del proceso de evaluación, quienes se oponen a la reforma educativa quisieron leer esto como un triunfo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en esta lectura el gobierno habría cedido a las presiones del magisterio disidente, pero equivocaron el camino de sus críticas; fue el propio secretario de Educación quien suspendió con fines electorales.

El fortalecimiento de la escuela pública, que debería de ser el eje central de la política educativa no está, ni lo encontramos por ningún lado.

El objetivo declarado de la reforma se ha topado con la falta de compromiso y con la inacción gubernamental, toda vez que el propio sistema educativo nacional sigue padeciendo graves rezagos.

Un prestigiado académico utilizaba la analogía del transporte: se quiso mejorar el servicio de un camión destartalado, que circula además entre topes y baches, simplemente cambiando al chofer, como si fuese el responsable del mal servicio.

El Estado incumple con su obligación  de garantizar las mejores condiciones para la prestación del servicio educativo. ¿Qué ha hecho el gobierno por la educación además de gastar cinco veces más en la fallida evaluación que en la formación de maestros, como dicen los expertos?

¿Qué ha hecho el gobierno para enfrentar y resolver la cruda realidad de las escuelas que nos dejó ver el propio censo del gobierno de 2014?

Casi la mitad de las escuelas públicas siguen sin drenaje, un tercio sin agua potable y el 11 por ciento sin servicio eléctrico. Claro, el gobierno presume más y más escuelas de tiempo completo, que siguen siendo una mínima cantidad en comparación con el número de escuelas y no dice que los padres de familia tienen que pagar los alimentos, y que a veces no se cubre el pago a la plantilla de personal de cocina.

Las desigualdades en el acceso y la permanencia en la escuela siguen afectando a proporciones muy importantes de nuestros niños y jóvenes.

La Secretaría de Educación Pública no hizo la tarea; prefiere evaluar a los maestros mediante un esquema punitivo, mientras la administración de Peña Nieto no ha sido capaz proponer un nuevo modelo educativo; cuando no hay nuevos programas de actualización para los maestros ni reforma de la educación normal; cuando persiste la duplicidad de funciones entre las instituciones de formación como las normales, la Universidad Pedagógica y los Centros de Actualización; vaya, ni siquiera han podido echar a andar el programa de tutores previsto en la legislación para los docentes de reciente ingreso al servicio educativo.

En el colmo de los absurdos a los que este gobierno quiere acostumbrarnos es que deja correr la especie de que los maestros son culpables de todos los errores y todas las torpezas de una burocracia incapaz de presentar siquiera un nuevo modelo educativo.

El experto Ángel Díaz-Barriga nos ha recordado a raíz de esta polémica que “la práctica docente es compleja y no sólo depende de manejo de información, lo que se mide en un examen. Un docente toma muchas decisiones situacionales”, que no se puede medir en un examen como el que se presenta.

A la suspensión del proceso de evaluación se sumó un ominoso silencio oficial que sólo fue roto para proferir amenazas.

En lugar de ello, la realidad debió llevar a la rectificación y a abrir espacios a los expertos en evaluación, este gobierno tal vez hubiera tenido un compromiso con la educación y debiera ser frente a uno nuevo, que conociéramos uno nuevo que nos condujera, como dice Díaz Barriga, a una “evaluación más compleja, donde la escuela sea la unidad de evaluación y no los sujetos y donde los planes de mejora del proyecto escolar tengan metas de tres años”.

Durante el debate sobre la reforma, alertamos sobre estos hechos.

El secretario de Educación, Emilio Chuayffett ha creado un verdadero clima de terror y de sinrazones en el sistema educativo nacional; es por ello que debe ocmparecer, debe explicar las razones verdaderas de sus golpes de timón alocados y explicar por qué incumple la ley en forma reiterada y, deben explicar sobre todo, qué ha hecho por la educación nacional, que no sea estigmatizar a los maestros, es cuanto, muchas gracias.

-0-0-0-