Urgente, poner al día nuestras leyes y dotar a los sectores vulnerables con herramientas para la defensa de sus derechos: Raúl Morón


Intervención en tribuna del senador Raúl Morón Orozco, del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar una iniciativa que reforma la Ley General de Salud a fin de garantizar el acceso de las personas adultas mayores a servicios de salud adecuados.

 

Raúl Morón Orozco, (RMO): Con su permiso, senador presidente.

 

Compañeras y compañeros:

 

Vengo a esta tribuna a presentar una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud, para armonizar las disposiciones que regulan el derecho a la salud de los adultos mayores con los compromisos internacionales asumidos por México, esto con la perspectiva de justicia social.

 

Nuestra iniciativa tiene como objetivo la necesaria progresividad de los derechos exigibles por los grupos vulnerables en una época en la que los derechos sociales se están transformando. En el caso particular de los adultos mayores, México requiere ponerse al día en los nuevos conceptos gerontológicos que exigen una gran participación de la familia y de la misma comunidad cercana a ellos. Nuestro objetivo fundamental es contribuir en elevar la salud, la satisfacción y la calidad de vida de los adultos mayores.

 

De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Población, se estima que la edad media de la población se incrementará de 38 a 45 años entre 2030 y 2050. A su vez, la población de 65 años y más aumentará de 4.8 millones a 17 millones entre 2000 y 2030 y alcanzará 32.5 millones al llegar el año 2050.

 

Nuestro país vive una transformación demográfica sin precedentes, en donde el envejecimiento de la población nos lleva a la necesidad de generar respuestas institucionales y sociales en el área de la salud, para encarar los desafíos presentes y futuros.

 

Existe una relación entre la enfermedad y el envejecimiento, el envejecimiento es factor de riesgo para la disminución de la salud y de la funcionalidad. Sin embargo, esto no quiere decir que todas las enfermedades aumenten con la edad, no toda la gente envejece de la misma manera.

 

La Organización Mundial de la Salud define a la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no meramente como la ausencia de enfermedades o padecimientos. Llegar a la vejez gozando de buena salud y bienestar requiere un esfuerzo personal durante toda la vida y un entorno en el que ese esfuerzo pueda tener éxito. La responsabilidad de las personas consiste en llevar un modo de vida saludable; la de los gobiernos, en crear un entorno favorable a la salud y al bienestar, incluso en la vejez.

 

Tanto por razones humanitarias como económicas es necesario brindar a las personas de edad el mismo acceso a la atención preventiva y curativa y a la rehabilitación de que gozan otros grupos. Al mismo tiempo, debe disponerse de servicios de salud concebidos para atender las necesidades específicas de los adultos mayores, teniendo en cuenta la detección oportuna de enfermedades, y canalización para su debida atención clínica, tal y como lo plantea la presente iniciativa.

 

La mayor vulnerabilidad de los adultos mayores a los problemas de salud se traduce en que se requieren recursos humanos capacitados, recursos tecnológicos y recursos materiales diferenciados y apropiados para el cuidado de su salud, en una etapa de la vida en que las enfermedades tienden a ser crónicas y no agudas. Además de que se requiere asignación de recursos suficientes para la prevención de la disfuncionalidad y la discapacidad, los que a la fecha son limitados.

 

Se debe considerar que la promoción de la salud en los adultos mayores empieza con el proceso de empoderamiento para tres motivos: primero, la participación activa en el autocuidado; segundo, la toma de decisiones sobre cambios de comportamiento; y tercero, demandar calidad de atención.

 

Por lo tanto, la educación en salud y la promoción de una cultura de autocuidado son elementos tan básicos para los adultos mayores, situación que se propone en esta reforma.

 

Los adultos mayores también son vulnerables al maltrato, sea físico, sexual, psicológico, emocional, económico o material; al abandono; a la falta de atención y a graves pérdidas de dignidad y respeto. Los datos actuales indican que una de cada 10 personas mayores sufre maltrato. El maltrato de las personas mayores no se limita a causar lesiones físicas sino también graves problemas psíquicos de carácter crónico, como la depresión y la ansiedad y está demostrado que la salud mental influye en la salud del cuerpo y a la inversa.

 

En los establecimientos de atención primaria de salud, la depresión no se diagnostica ni se atiende de acuerdo a su gravedad o con perspectiva clínica e integral. Es frecuente que los síntomas de este trastorno en los adultos mayores se pasen por alto y no se traten porque coinciden con otros problemas que experimentan los adultos mayores.

 

Por eso es importante que el sector salud fortalezca la atención en salud mental y neuronal en los adultos mayores y, sobre todo, los servicios de detección de maltrato e inicio de trastornos de este tipo, esto para prevenirlos y retardar o limitar su aparición.

 

Este compromiso está asumido a nivel internacional, en los “Principios a favor de las personas de edad”, emitidos el 16 de diciembre de 1991, por la Organización de las Naciones Unidas. Dentro del área de los cuidados, el principio número 11 declara que, cito: “las personas de edad deberán tener acceso a servicios de atención de salud que les ayuden a mantener o recuperar un nivel óptimo de bienestar físico, mental y emocional, así como a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad”.

 

Por las razones expuestas, vengo a presentar propuesta de reforma a la Ley General de Salud, a fin de que el sistema de salud incorpore lineamientos específicos a favor de las necesidades de salud de las personas mayores.

 

Esta Iniciativa propone 7 aspectos básicos:

 

  1. Proteger la salud funcional de los adultos mayores;

 

  1. Impulsar una política de reorientación para la  promoción,  la prevención y la prestación de servicios de salud de los adultos mayores;

 

  1. La educación para la salud y la promoción de una cultura de autocuidado;

 

  1. Un enfoque preventivo promocional para lograr una disminución o retraso de la funcionalidad y dependencia, así como una mejor calidad de vida en la etapa de envejecimiento, con una participación fundamental de la Atención Primaria y sus equipos;

 

  1. Aborda los diversos procesos de rehabilitación que apuntan a moderar la disminución de la capacidad motora de la persona mayor, a través de intervenciones centradas en la atención primaria, pero que se extienden también hasta la atención secundaria y terciaria;

 

  1. La identificación a nivel de atención primaria del grado de deterioro de la capacidad cognitiva, para dar curso a intervenciones dirigidas que apunten a moderar el avance de dicho deterioro y, cuando éste es avanzado e irrecuperable, a fortalecer los mecanismos de apoyos familiares y comunitarios; y

 

  1. La formación en geriatría del personal de salud, especialmente en los servicios primarios;

 

Compañeras y compañeros senadores:

 

La creciente necesidad de asistencia y tratamiento de una población que envejece exige políticas adecuadas.

 

Las políticas que propician la salud durante toda la vida, incluidas las de promoción de la salud, autocuidado y la prevención de las enfermedades, la tecnología de asistencia, los cuidados para la rehabilitación, cuando estén indicados, los servicios de salud mental y neuronal, la promoción de los modos de vida saludables y los entornos propicios pueden reducir los niveles de discapacidad asociados con la vejez.

 

Las actividades de promoción de la salud y el acceso universal de las personas de edad a los servicios de salud durante toda la vida son el pilar del envejecimiento sano y activo, ése es el reto a enfrentar por los servicios de salud en México.

 

Es urgente poner al día nuestras leyes respecto a los nuevos paradigmas gerontológicos y empezar a transformar los ordenamientos y las normas para que los sectores más vulnerables cuenten con herramientas actuales en la defensa de sus derechos y que el envejecimiento tanto individual como social, en el caso de los adultos mayores, no sea un factor más de inequidad y de injusticia.

 

Por su atención, muchas gracias.

 

0-0-0