Se requieren mayores esfuerzos para concretar la igualdad entre hombres y mujeres: de la Peña Gómez


Intervención de la senadora Angélica de la Peña durante la inauguración del “Balance de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres: a 10 años de su promulgación”.

 

Angélica de la Peña Gómez (ADLPG):

 

Buenos días a todas y a todos.

 

En primer lugar agradezco las gentiles palabras de la presidenta, mi presidenta, de la Comisión para la Igualdad, donde soy Secretaria, y efectivamente tenemos muchos años trabajando juntas, confabulando juntas y a veces nos ponemos de acuerdo y nos da buenos resultados en las cosas que hacemos.

 

Y aquí hay muchas mujeres que no pudiéramos señalar que todo se origina a partir del trabajo que algunas emprendimos en otras legislaturas, aquí hay mujeres que tienen una carrera luchando, literalmente batallando, para poner las causas de las mujeres en la palestra de la política, del espacio público, enfrentando una gran dificultad, y efectivamente una de ellas es de Guadalupe Gómez Magaña.

 

Yo recuerdo nuestra participación en la delegación de Beijing +5, ella iba al frente de la delegación, cómo construyó lo que ella llevaba, no tenía por qué hacerlo, un documento desde el gobierno que no tenía por qué consultar con las demás y ella nos consultó; yo formaba parte del Consejo Consultivo del Instituto Nacional de las Mujeres, es decir, estaba en el ámbito de las organizaciones no gubernamentales.

 

Esta mesa, antes que yo continúe, tengo que agradecer la presencia atípica de una configuración donde solamente hay un hombre, normalmente es al revés, son puros señores, aquí es al revés, nos acompaña el Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, muchas gracias Presidente por estar acá.

 

Y, bueno, son puras mujeres, pero así pasa con nuestros temas, como luego suelen decir, ah son sus temas entonces encárguense ustedes, ¿no?, no, son los temas de toda la sociedad, son los temas de toda la humanidad, pero todavía seguimos batallando para que eso se entienda; no en balde la CEPAL ha señalado que las mujeres han ganado visibilidad en la esfera pública, lo que tiene que ver con la educación, con el mercado de trabajo, incluso con, poco a poco, con la participación política, con grandes dificultades en algunas espacios, sobre todo en el ámbito local, municipal, es verdaderamente terrible lo que tienen que enfrentar las mujeres.

 

Pero esto ha sido a costa de esfuerzos y sacrificios personales, que son lo que han permitido compatibilizar vida privada con la vida pública, y señala la CEPAL: pues su incorporación no se ha visto acompañada de políticas que faciliten el cuidado de las hijas y de los hijos y de su familia, ni ha implicado un cambio en el rol de los hombres en el ámbito doméstico.

 

¿Por qué recuerdo esto de la CEPAL? Porque  justamente en esta pequeña frase se concretan las grandes dificultades que tenemos.

 

Y cuando la LIX Legislatura se discuten dos leyes importantes en las dos Cámaras prácticamente al mismo tiempo, prácticamente se gestan que sean llevadas a los dos plenos de las dos Cámaras y finalmente publicadas en el Diario Oficial de la Federación, me refiero a la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y hombres y a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

 

Lo que hicimos desde la Cámara de Diputados, en la Comisión entonces de Equidad y Género que también presidia la hoy senadora Diva HadamiraGastélum, entonces éramos diputadas federales, es verdad, ella era presidente de esa Comisión que llevaba, por cierto, la pauta junto con la comisión de Justicia y Derechos Humanos, pero la pauta la llevaba la Comisión de Equidad y Género, llegamos a una negociación entre las dos Cámaras porque nos mandaban dos minutas y nosotros teníamos allá otras dos minutas, en las dos materias.

 

¿Y cuál fue el arreglo? Un arreglo diplomático de una gran envergadura, que para el bien de las mujeres y las niñas de nuestro país, decidimos en vez de que aprobásemos la minuta del Senado de la República, de la entonces senadora Aracely Escalante acompañada por el entonces senador Enrique Jackson, en una ley contra la violencia contra las mujeres, nosotros les convencimos, ya no violencia contra las mujeres, sino una ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, que además armoniza con la Convención Belem Do Pará, todo el enfoque de que la violencia de género se padece en el ámbito público y en el ámbito privado.

 

Y que haga la aportación de todo el Sistema que planteaba la minuta del Senado, y llegamos a ese acuerdo y nosotros fuimos mano con la Ley General construida desde nuestras comisiones en la Cámara de Diputados; y en el caso de la Ley General de Igualdad, que también del Senado, entonces promovida por la senadora Lucero Saldaña que entonces también era senadora y acompañada –recuerdo- por el senador Enrique Jackson, lo recuerdo muy bien, tuvimos una conferencia entre las dos Cámaras y dijimos vamos a apoyar lo que nos propone la senadora Lucero Saldaña, y por supuesto, en la revisión vamos a tomar en cuenta, lo que efectivamente aquí mencionó Diva, las observaciones que compaginaban las propuestas de las organizaciones son gubernamentales y, por supuesto, también lo que ya estaba planteado en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, son como dos hermanas estas leyes.

 

Y el gran mérito es que finalmente logramos desatorarlas, ambas, en el caso de la igualdad efectivamente también tenía muchas resistencias, y resistencias que padecemos todos los días y no tenemos por qué volver otra vez a explicar y recordar cada una, lo vivimos todos los días.

 

Solamente en ese entonces nos quedó algo pendiente, el que no pudimos lograr compromisos explícitos en la ley, por las resistencias de los señores; hubiera sido muy importante haber planteado cuotas afirmativas y haber determinado compromisos medibles por parte de los distintos ámbitos gubernamentales y también del ámbito de la iniciativa privada, y eso no lo pudimos lograr, tomando en cuenta, por supuesto, la magnífica ley de entonces de España. No lo pudimos lograr.

 

Sin embargo, fue una parteaguas en la vida de las mujeres en nuestro país, sobre todo, a partir de la siguiente reforma en el año 2012, donde se obliga –quiero destacar que esta es una de las reformas importantes que ha sufrido la ley- donde se obliga  a los gobiernos estatales y al de la Ciudad de México, a etiquetar recursos para implementar acciones específicas para lograr concretar la igualdad entre mujeres y hombres, ahí está en la ley, ¿medir si funciona o no? Eso es otra cosa, pero fue muy importante el avance.

 

Y además, otro impacto que debiese ser ejemplo para los Congresos locales, que en la ley de la Ciudad de México además se establece el permiso de paternidad para los padres que acababan de hacerlo, para que pudieran ayudar a sus compañeras en la atención de las niñas y los niños recién nacidos. Esta fue una característica importante que también sufre la ley de Igualdad de la Ciudad de México.

 

Hay muchas cosas por hacer, a diez años ver toda esta historia y recordar todo lo que vivimos, todos los vericuetos que tuvimos que resolver, los pendientes que se quedaron, pareciera que no hemos avanzado.

 

Siempre que hablamos de los derechos de las mujeres, nos jalamos al final los pelos y nos decimos cómo nos faltan cosas por hacer.

 

Sin embargo, a partir del derecho romano, y lo quiero enfatizar y con esto termino, y el Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos me va a entender muy bien, como jurista que es, y seguramente porque lo enfrenta todos los días desde la propia Comisión, desde este enfoque de los derechos humanos que ahora nos mandata la Constitución, claro que tienen en el derecho romano un obstaculizador tremendo porque se siguen formando a las y a los abogados, a las licenciadas y a los licenciados en derecho en este enfoque del páter familia y por supuesto inscritas en el ámbito doméstico.

 

No es fácil, así lo tenemos y mucha gente que anda por todas partes, en espacios públicos, en espacios desde las organizaciones constitucionales autónomas, desde las propias organizaciones no gubernamentales, desde la parte de la iniciativa privada, desde la sociedad misma sigue, por desgracia, imperando este enfoque patriarcal, sistémico, que nos hemos podido resolver.

 

A diez años de esta ley, lo que tenemos que hacer es tomar nuevos bríos para seguir pugnando por la plena igualdad sustantiva entre niñas y niños, entre mujeres y hombres.

 

Muchas gracias a ustedes por su participación en esta conmemoración.

 

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