Recuperar la legitimidad social de la CNDH para estar a la altura de la crisis de los derechos humanos: de la Peña Gómez


Discurso de la senadora Angélica de la Peña durante la presentación del dictamen de las comisiones unidas de Derechos Humanos y Justicia con la terna de candidatos a presidir la CNDH.

Angélica de la Peña Gómez, (ADPG): Hace 238 años  Thomas Jefferson ideó la frase: «Sostenemos como evidentes estas verdades: …entre los derechos inalienables están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad».

 

172 años después la humanidad queda cimbrada por la valoración horrorosa de los estragos de la segunda guerra mundial y el holocausto nazi y se enfatiza en la Declaración Universal de los Derechos Humanos la consideración de que la libertad, la justicia y la paz tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.
En 1991 se reúnen en Paris Instituciones Nacionales para la promoción de los DH y establecen criterios en relación a sus competencias y atribuciones, así como la composición y garantía de independencia y pluralismo, son Principios adoptados por la Comisión, hoy Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y garantizan entre otras cuestiones, enfatizan que se debe garantizar entre otras cuestiones que las instituciones encargadas de la defensa y protección de los derechos humanos, deben tener una competencia cuasi jurisdiccional, o lo que hemos denominado la magistratura de opinión
Nuestro país ha aprobado prácticamente todos los tratados internacionales en materia de derechos humanos, ha constituyó desde hace 15 años a la CNDH como organismo autónomo. Pero también ha venido siendo señalado por diversas organizaciones defensoras de derechos humanos nacionales e internacionales, pues a pesar de todos esos progresos todavía tiene pendiente por resolver muchas situaciones que llevan a la afrenta de los derechos humanos, a violaciones graves a los derechos humanos en diversas materias, yo señalo muy rápido: desapariciones forzadas; ejecuciones extrajudiciales; por supuesto todavía tenemos mucho por caminar antes de que logremos que entre en pleno vigor el nuevo sistema penal, con muchas dificultades para su implementación sin lugar a dudas.

 

Es preocupante las situaciones que viven, que padecen migrantes irregulares, per también quienes son desplazados en nuestro propio territorio; la persecución de periodistas y defensores de derechos humanos; violencia contra mujeres y niñas; los derechos que siguen sin cumplimentarse de los pueblos indígenas;  en algunos casos hay participación de agentes del Estado, en otros hay aquiescencia para ue se perpetren estas violaciones.
Como se señaló en las comparecencias que realizamos para el proceso de la elección de quien debe presidir la CNDH, también se enfatizó la importancia que tendrá la Comisión a partir de que entre  en vigor la Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, que tendrá que garantixar una protección protección efectiva, observancia, promoción, estudio y divulgación de los derechos las personas menores de 18 años de edad.

El dictamen que hoy presentamos ante esta soberanía ha tenido un proceso arduo: comenzó con una amplia y abierta discusión sobre los términos en que el Senado emitiría la convocatoria para el proceso de elección o reelección de quien deberá de presidir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para el periodo 2014-2019.

 

Se inscribieron 39 aspirantes, de las cuales cumplieron todos los requisitos 22, y finalmente hoy estamos presentando ante ustedes una terna.

 

Se realizaron dos audiencias públicas para escuchar a organizaciones de la sociedad civil y de la academia; además se recibieron y procesaron cientos de cartas de ong’s, de especialistas y de personas interesadas en la materia y por la conducción de la CNDH.

 

Todas y todos fueron escuchados y se les realizaron a quienes vinieron a las comparecencias, se les escucharon sus planes de trabajo y contestaron además las preguntas de senadoras y senadores de las comisiones, que hoy presentamos este dictamen, hicieron.

 

En este sentido  reconocemos que la diversidad y la especialización de las y los candidatos, constituyen aspectos que han venido a reforzar y a consolidar este proceso de selección y ha sido absolutamente respetuoso de los principios de legalidad, publicidad y transparencia.

 

Es indispensable mencionar que todas las candidatas y candidatos ciertamente satisfacen el perfil que se requiere, toda vez que son personas que gozan de reconocido prestigio en la sociedad, cuentan con el respaldo de distintos sectores de la sociedad civil, son mexicanas y mexicanos en pleno ejercicio de sus derechos y cuentan con una destacada trayectoria en el ámbito de la defensa, la promoción y la protección de los derechos humanos.

 

Quienes integramos las Comisiones de Derechos Humanos y de Justicia, reiteramos nuestra satisfacción plena por el excelente nivel de las personas referidas, y enfatizamos nuestro compromiso irrenunciable con la selección de los perfiles más aptos, sin demérito alguno de las y los demás participantes.

 

Es necesario señalar que hay una condición indispensable que debemos considerar para que la sociedad confíe en la decisión que hoy vamos a tomar, y pro supuesto, como yo también mencioné, siga la ruta a partir de que los propios Principios de París nos señalan.

 

Por lo tanto, ¿qué es lo que pensamos que debe distinguir a la CNDH para que cumpla con el objetivo que nos hemos propuesto?

 

En primerísimo lugar, debe ser instancia vital para la vigilancia, defensa y protección efectiva de los derechos humanos, de manera armónica con los preceptos de nuestra Constitución. Debe ser una pieza clave tiene que reinvente acorde a su autonomía  y acorde al régimen democrático de nuestro país, y por lo tanto, tenemos que enfatizar la importancia de que sus recomendaciones sean atendidas cabalmente.
Debe ser capaz de privilegiar el diálogo respetuoso con los homólogos de las 32 entidades federativas, con las ongs defensoras de derechos humanos en toda su diversidad; debe ser
capaz de dialogar con las autoridades de los tres órdenes de gobierno; debe ser respetuosa en su colaboración con el Poder Judicial.
Debe, por supuesto, considerar de las distintas recomendaciones de  los organismos internacionales de ONU y de la OEA le han hecho a nuestro país, y, por lo tanto tiene que ser coincidente en la preocupación de los señalamientos de estos organismos internacionales al Estado mexicano.

 

Por supuesto que nos preocupa, por lo tanto, que haya una obligación irrestricta para la inmediata reparación del daño a víctimas y a víctimas sobrevivientes.

 

Debemos pensar a la CNDH como una Defensoría del Pueblo y desde el primer
día de ascensión de quien vayamos a elegir en unos momentos más, debe trabajar por la construcción de la legitimidad social que requiere para que esté a la altura de la crisis que vive el país, sobre todo, en las decisiones que debe tomar para que esta crisis de violación a los derechos humanos tenga un cumplimiento irrestricto con los estándares internacionales en esta materia.
En conclusión: La independencia de su actuación con los poderes es equivalente a la autoridad ética que deberá refrendar con el aseguramiento de su autonomía en lo político y en lo profesional  y sobre todo, esté firmemente comprometida con la causa y defensa de los derechos humanos. Estas y otras cuestiones tendrán que ser atendidas de quién elijamos para vindicar la CNDH en este cambio que hoy vamos a votar.

 

Y termino con Thomas Jefferson: necesitamos garantizar también la felicidad de las personas.

 

Muchas gracias por su atención.