Intervención de los senadores Zoé Robledo y Armando Ríos Piter, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la conferencia de prensa con la sociedad civil para presentar el documento: Algunas reflexiones en torno al tema de la corrupción.
Zoé Robledo A. (ZRA): Muchas gracias, y bienvenidas, bienvenidos al Senado de la República.
Su presencia hoy es simbólicamente muy poderosa por una razón, hace unos minutos apenas, aquí en este mismo lugar, estuvieron los empresarios representados por la Coparmex pidiéndonos lo mismo.
Y ahora ustedes, que hay que decirlo, en total respeto al Artículo 24 al 130 de la Constitución y el Estado laico, presentan un documento que sin duda puede ser muy valioso.
El documento del entonces cardenal Bergoglio, que sin duda en su visita a México apuntó como esta simpatía por el débil y que el débil a la vez es el más vulnerable a hechos como la corrupción.
Es el que termina siendo la víctima final de la corrupción; si una persona no tiene buenos servicios, si le cobran de más, si no le llegan los apoyos del gobierno de un estado, tiene que ver con actos de corrupción.
Simpatía por el débil significa eso y es lo que yo alcancé a escuchar del Papa Francisco cuando estuvo en nuestro país.
Pero como les decía, habla de cómo hoy todas las posiciones, todos los representantes, toda la sociedad mexicana en su conjunto está apuntando a que este es nuestro principal problema, que esto es lo que tenemos que hacer.
Por eso el compromiso de los senadores –y estoy seguro hablo por quienes están aquí- es por sacar un Sistema Nacional Anticorrupción completo, con todas su partes, como un andamiaje, como una pieza de relojería, tienen que tener todas y cada una de las tuercas, de los tornillos, si se le quita uno, deja de servir, deja de funcionar.
Entonces, ese es el compromiso y de verdad, haremos llegar esto a nuestros compañeros senadores, porque más allá de su extensión, el valor de las palabras y de las ideas servirá, sin duda, a tomar las mejores decisiones y sobre todo para enriquecer una mirada que estoy seguro que no tiene que ver con técnicas, tiene que ver con elevar el espíritu a estar a la altura de las responsabilidades que nos corresponde ostentar.
Entonces, muchas gracias; y de verdad, yo en lo particular a precio mucho este documento que, sin duda, será fundamental como una de las lecturas más que tenemos que hacer.
Armando Ríos Piter (ARP): Muchas gracias, bienvenidas y bienvenidos al Senado de la República.
Yo me siento contento de estar, digamos, en esta convocatoria, porque sin duda alguna fortalece y le da oxígeno al trabajo que estamos realizando, en el tema que estoy convencido que es uno de los parteaguas para la vida del Estado mexicano, el Sistema Nacional Anticorrupción.
Y recuperaba la frase que ustedes comentaron sobre la corrupción, la de Mario Bergoglio, cuando dice que la corrupción tiene olor a podrido. Difícilmente amigos y amigas podríamos entender las páginas más tristes de nuestra vida como país –por lo menos los últimos 10 años- donde la violencia, donde las muertes de hombres y mujeres han escrito páginas verdaderamente tristes de nuestra realidad cotidiana. Difícilmente podríamos entender la violencia y la inseguridad, sino entendemos la corrupción.
La corrupción no solamente es un tema de que alguien tome recursos públicos para llevárselos a su bolsillo; eso sin duda alguna es deleznable por sí mismo.
Pero es por corrupción que policías toman a jóvenes y los desaparecen como en el caso de Tierra Blanca, o en mi tierra, en Ayotzinapa. Es la corrupción la que hace que las autoridades municipales, estatales, federales, de todos los órdenes, de todos los partidos, de todos los confines, permitan que se muera gente, permitan que haya secuestros, permitan que haya extorsiones.
No podríamos entender la ola de inseguridad y de violencia, sino comprendemos que es por la corrupción que nuestro espíritu como país, se está debilitando y se está volviendo una suerte de lombriz, como lo dice aquí el documento de ustedes.
Quiero compartir esa reflexión porque sin duda alguna, si logramos poner el tema en esa dimensión, todos los que queramos un país distinto, una nación diferente, un rumbo totalmente distinto al que tenemos en este momento, tenemos que entender que el combate a la corrupción debe de tener un antes y un después, a partir de las leyes que estamos discutiendo.
Por eso nos da energía; en lo personal a mí me da mucha luz que estén ustedes aquí, apoyando este planteamiento, y sin duda alguna esto le da mucho vigor al debate que estamos dando.
Muchas gracias.
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