Pide Alejandro Encinas reflexionar sobre mando único y violaciones a derechos humanos


Intervención del senador Alejandro Encinas Rodríguez del Grupo Parlamentario del PRD durante las Audiencias Públicas en materia de Seguridad y Justicia para analizar las propuestas enviadas por el Ejecutivo con especialistas.

 

Alejandro Encinas Rodríguez, (AER): Muchas gracias, senador Burgos.

 

Buenas noches, muchas gracias por sus intervenciones.

 

Yo quisiera retomar lo que ya han planteado mis compañeros senadores y la senadora de la Peña respecto a las intervenciones tanto de Mónica como de Ernesto López Portillo.

 

Mónica nos ha señalado que nuestro país vive una de las peores crisis en materia de derechos humanos y tanto Amnistía Internacional como distintos organismos internacionales han señalado que en los últimos años se han incrementado de manera significativa las violaciones a los derechos humanos, particularmente la tortura, la ejecución extrajudicial y la desaparición forzada.

 

Y puso como ejemplo el caso de Ayotzinapa, que entre otros aspectos ha puesto el dedo en la yaga respecto a la fiscalización y control de los órganos policiacos que planteaba López Portillo y que no viene contemplado en ninguno de los puntos del decálogo que envió el Ejecutivo federal y que dará lugar no solamente a distintas reformas constitucionales respecto al sistema policial y las facultades y competencias de los municipios, sino incluso a leyes generales en materia de tortura y desaparición forzada.

 

Sin embargo, en este incremento de violaciones a los derechos humanos, las denuncias son diversificadas, no se concentran en las policías municipales, están en todos los órdenes de gobierno.

 

En el caso de Ayotzinapa, aquí lo han señalado, efectivamente hay una clara participación de la policía municipal, de la autoridad municipal, y por lo menos omisiones de autoridades federales y locales en ese hecho.

 

En el caso de Tlatlaya, ya hay el reconocimiento de una ejecución extrajudicial por parte de elementos del Ejército mexicano y elementos que acreditan tortura por parte de la autoridades de procuración de justicia del Estado de México sobre las mujeres que fueron detenidas supuestamente para liberarlas de su secuestro que acabaron en un penal de alta seguridad.

 

Entonces aquí yo quisiera hacerles dos preguntas: ¿El modelo de mando único y policía única genera condiciones para superar este problema de violación de derechos humanos? Porque como planea López Portillo, no hay ningún mecanismo de control de Estado.

 

¿Y cuánta viabilidad ven de establecer estos mecanismos de control si aquí mismo hemos tenido debates para establecer mecanismos de control político y parlamentario que el Ejecutivo federal controvirtió cuando discutimos de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal hasta las facultades y competencias del Senado de la República para convocar al secretario de Gobernación, al procurador de Justicia, que perdimos en la Corte, fueron controvertidas e incluso muchos de los temas en materia, ya no sólo de seguridad pública sino de seguridad nacional, son temas que se mantienen en sigilo en donde no hay mecanismo reales de control parlamentario político del Congreso sobre los cuerpos policiales o de inteligencia del país?

 

Yo creo que una reflexión sobre esos temas de  lo que son los controles externos nos ayudaría mucho.

 

Y respecto a la intervención del licenciado Álvaro Vizcaíno, Coordinador del Sistema de Desarrollo Policial, me llamó mucho la atención cuando nos dijo que la ley iba a fortalecer a los municipios aunque todos los argumentos que dio se refirieron a los gobiernos de los estados porque dice: “se mejorará el esquema de de operación de las policías y le permitirá al gobernador distribuir capacidades policiacas y equilibrar el estado de fuerza, incrementar el número de elementos, etcétera, etcétera”.

 

A mí en la escuela me enseñaron que en el ejercicio de la autoridad del poder público, la autoridad se sustenta en dos pilares: En el monopolio en el ejercicio de la aplicación de la ley y en el monopolio del uso legítimo de la fuerza pública.

 

Si se le quita a los municipios esta parte, este instrumento para poder aplicar el mando, por menos de buen gobierno ya que le van a quitar lo de la policía, con qué mecanismos va (inaudible) puede estimarse (inaudible) de ese municipio cuando va a depender de la voluntad del gobernador.

 

Porque qué atribución se le da al municipio para requerir la intervención de la fuerza pública ante el gobierno del estado, ante el mando único y si éste se niega a atender el requerimiento de la autoridad municipal, pues simplemente no va a ser atendido.

 

Y en esto el riesgo de uso político de la concentración del mando pues va a generar más problemas de los que se pretende resolver. Son asuntos que hay que tomar en cuenta antes de definir los alcances de un mando con policía única plenamente centralizado.