Nueva realidad, nueva geopolítica / La Crónica de Hoy


Con la victoria electoral de Donald Trump y su arribo a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, comenzará un periodo de transición geopolítica con efectos que perdurarán en el tiempo. El nuevo mandatario abrió varios frentes a lo largo de su campaña electoral, especialmente con México, tanto en el tema migratorio como en el comercial, que nos obliga como país a replantear los términos de nuestra relación con el gobierno de los Estados Unidos, la cual nunca ha sido sencilla.

La crisis financiera de 2008, que resultó incluso mayor que la Gran Depresión iniciada en 1929, evidenció el libertinaje de Wall Street, que provocó el derrumbe de las bolsas de valores en el mundo, la quiebra de diversas instituciones financieras y bancarias, así como la pérdida por parte de miles de personas y familias de sus casas, ahorros y empleos. Buena parte de la clase media y baja que sufrió estas y otras consecuencias a lo largo y ancho de los Estados Unidos fueron factor para el triunfo electoral de Donald Trump, su descontento se expresó en votos.

Pero existe un malestar social aún mayor, incubado durante las décadas en que reinó la idea inasible del libre comercio, la reducción del papel del Estado y la conformación de gobiernos corporativos plenamente aliados al poder económico y financiero. Se trata de una polarización social mundial producto de la desigualdad en la distribución de la riqueza, aunado a una constante y creciente desconfianza a las instituciones del Estado, de la mayoría de las naciones, así como la crítica permanente a las clases políticas dirigentes, que en innumerables casos se asocian con las cúpulas financieras y corporativas, dando lugar a grandes actos de corrupción.

Con crudeza, la directora del gabinete de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) afirmó hace unos días que “gran parte de la población de los países de la OCDE no siente los beneficios del crecimiento económico… nos hemos enfocado en vender los beneficios del libre mercado sin considerar que… hay poblaciones que simplemente pierden”. Una verdad de a kilo del capitalismo que no puede más que tener consecuencias sociales a escala mundial.

Dentro de las paradojas de la historia, atestiguamos en estos tiempos a los dos países, Estados Unidos y el Reino Unido, que hace tres décadas lideraban el comercio libre y forjaban alianzas de intereses comunes con otros países, ahora retraen su papel comercial y político; pretenden responder a las exigencias dentro de sus fronteras, limitando sus relaciones, saliendo de la Unión Europea, cerrando sus fronteras a la migración, renegociando acuerdos comerciales.

Estas decisiones tendrán efectos en la redefinición de zonas de influencia política y dominancia comercial, configurando nuevos bloques de interés, en los que nuestro país deberá definir su rol.

México ha forjado una relación de creciente dependencia con los Estados Unidos desde tiempos de la posguerra en el siglo pasado. Tiene una relación comercial a través del TLCAN que incluye también a Canadá. Más de un siglo de migración de mexicanas y mexicanos al vecino del norte dio lugar a la mayor población fuera de nuestro territorio y, con ello, a desarrollar una interdependencia económica que afecta, para bien y para mal, a miles de familias en ambas fronteras. En suma, nuestros intereses y afectos están vinculados indisolublemente con la nación norteamericana. Eso hace que, de un modo u otro, con apoyo del Estado mexicano o no, la relación bilateral encuentre nuevas formas y reacomodos.

Recientemente, la Junta de Coordinación Política del Senado aprobó, a propuesta de un servidor, un acuerdo para “llevar a cabo reuniones de trabajo a fin de analizar la Geopolítica y los Tratados de Libre Comercio suscritos por México”. Hice esta propuesta motivado por la inminente necesidad de que nuestro país atienda la nueva situación política internacional y defienda los múltiples intereses mexicanos con los instrumentos a su alcance, elaborando la mejor estrategia para cumplir este cometido. Seré parte de dichas reuniones.

Senador de la República (PRD)

Twitter @ SenLuisSanchez