Necesaria, una política transversal de no discriminación, así como garantizar el pleno ejercicio de los derechos del adulto mayor: Raúl Morón


Intervención en tribuna del senador, Raúl Morón Orozco, del grupo parlamentario del PRD, para hablar a favor del dictamen con proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 8º de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores.

 

Raúl Morón Orozco (RMO): Con su permiso, senadora presidenta.

 

Compañeras senadoras, compañeros senadores.

 

Este dictamen que hoy votaremos se inscribe en una serie de reformas que se han venido proponiendo en este Senado y que tienen como sujeto principal de derechos del adulto mayor.

 

Esta reforma propone complementar la redacción del artículo 8 de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, correspondiente al derecho a la «no discriminación», estableciendo una protección más amplia para este sector de la población.

 

Es una reforma de principios, necesaria para ampliar los marcos de protección y de derechos del adulto mayor. Sin embargo, quiero aprovechar la oportunidad de reflexionar sobre este tema y hacer explícita mi preocupación por el largo camino que falta por recorrer para lograr la plena protección, igualdad y equidad del adulto mayor en nuestro país.

 

La misma Secretaría de Salud ha dicho lo siguiente: “El envejecimiento poblacional en la región se caracteriza por la coexistencia de enfermedades crónico- degenerativas, enfermedades transmisibles y desnutrición. Esta mezcla de condiciones de salud representa un riesgo desconocido”.

 

Las instituciones de salud en nuestro país no sólo están siendo rebasadas en su capacidad para atender a sectores como el de los adultos mayores, la misma desprotección social, la no consolidación de una amplia cobertura en protección social y de salud, así como el empobrecimiento acelerado de muchas familias mexicanas que cuentan con uno o más adultos mayores, son claras señales de que la condición de vulnerabilidad de este grupo social está en íntima relación con algunos de los problemas estructurales que México no ha podido resolver en la última década.

 

La misma Secretaría de Salud es consciente de la complejidad de problemáticas que concurren en la vulnerabilidad del adulto mayor, cito: “La situación del adulto mayor en México se caracteriza por la intersección entre las problemáticas de salud asociadas a la vejez, el género y la pobreza en un contexto de escasa protección institucional y profundas desigualdades sociales que se observa tanto en entornos rurales como en entornos urbanos”, termina la cita.

 

Estas reformas de principios como la que hoy votaremos, nos obligan a avanzar hacia una normatividad específica e instrumental que le dé al Poder Ejecutivo más herramientas, así como obligaciones, con problemas estructurales que afectan directamente a los adultos mayores en materia de salud, educación, derechos humanos, entre otros.

 

Necesitamos una política pública que obligue a los gobiernos a implementar modelos específicos de atención a adultos mayores, a revertir situaciones de pobreza extrema en esta población, a la evaluación de los programas dirigidos a ellos; y a identificar necesidades de adultos mayores de mayor vulnerabilidad, como los que presentan adultos mayores indígenas, mujeres o en ámbitos rurales.

 

En otras épocas y culturas, las personas  mayores eran más conocidas como gente sabia, conocedora, y muy bien valorada  de acuerdo a la experiencia que adquirían a lo largo de su vida.

 

Caso contrario en nuestra sociedad actual, ya que es la misma exigencia de “eterna juventud” la que los excluye o los  presenta como personas incapaces de comprender las nuevas ideas o transformaciones actuales.

 

Por tal razón se hace necesario generar una nueva cultura de la sociedad hacia la vejez y el proceso de envejecimiento sano y activo, lo que implica generar política transversal de no discriminación hacia este sector poblacional e implementar acciones desde los diferentes espacios administrativos a fin de proteger y garantizar el pleno ejercicio de los derechos del adulto mayor.

 

Recibo con beneplácito el presente dictamen, felicitando a los compañeros y compañeras que participaron en el mismo, y manifiesto mi voto a favor, ya que se suma a las diversas propuestas de armonización que he presentado en esta Tribuna en materia de derecho a la educación, recreación, cultura y salud del adulto mayor.

 

No hay mucho tiempo, cada generación de adultos mayores nos reclama esta justicia social y nos obliga a actuar con eficacia, rapidez y responsabilidad.

 

Por su atención, muchas gracias.

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