¿México está preparado para tener a una presidenta? / Publimetro


  • ¿Estamos dispuestos a centrarnos en las capacidades y aptitudes de las personas, más allá de su género?

Cuestionarse si nuestro país está o no preparado para ser gobernado por una mujer no implica reflexionar sobre la capacidad política, popularidad o experiencia de la persona.

Lamentablemente, hacemos este tipo de preguntas denota la presencia de discriminación y de prejuicios que en gran medida han dificultado el avance de las mujeres en los espacios de decisión y no sólo en la política, sino también en los ámbitos, laboral, público y privado.

Quizá la duda bien a colación en el contexto post electoral y por los destapes que siguieron en los días posteriores. Sin embargo, nadie cuestiona la legitimidad de las aspiraciones o si el papel que desempeñan nuestros gobernantes es bueno o malo por el hecho de ser hombres, lo cual sí sucede en el caso de las mujeres.

Dónde queremos ver a las mexicanas en los próximos años y cómo hacemos para lograrlo son, desde mi punto de vista, preguntas más objetivas, Actualmente las mujeres siguen ganando menos que los hombres, aun cuando trabajen igual o incluso más horas, continúan teniendo menor acceso a puestos directivos, menores oportunidades de crecimiento y desarrollo dentro de las organizaciones.

Hombres y mujeres debemos preguntarnos qué perfil es el más adecuado para alcanzar la calidad en nuestra democracia. En el proceso electoral más reciente, los partidos enfrentaron el reto de proponer a 50% de mujeres en sus candidaturas y el ejercicio dejó mucho qué desear. Los espacios, en su mayoría, siguieron destinándose a los hombres, sin una reflexión más amplia acerca de los perfiles que requerían los electores para captar el voto ciudadano.

Hoy contamos con mujeres en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en el Congreso, hemos tenido y habrá gobernadoras, por eso el cuestionamiento no debe ser si México está preparado para una Presidenta, sino si estamos dispuestos a abandonar los prejuicios y centrarlos en las capacidades y aptitudes de las personas más allá de su género.