Los nuevos dilemas y paradigmas / Revista Siempre


Racismo y xenofobia

Luis Humberto Fernández Fuentes

Hay una maldición china que dice “Que te toque vivir tiempos interesantes”. Hoy estamos viviendo uno de los cambios más trascendentales en la vida política,  estamos frente a un cambio en los paradigmas en la política.

El agotamiento de las instituciones políticas tradicionales, la falta de respuestas a las principales demandas ciudadanas y el desprestigio de los políticos han generado nuevas y diversas expresiones políticas. El triunfo de Donald Trump y el crecimiento de los partidos nacionalistas populistas de derecha en Europa plantean un nuevo choque ideológico entre una política.

Un paradigma de racismo y xenofobia está consolidándose, en este se acepta y justifica la tortura, no cabe el reconocimiento de la otredad o la diferencia, la solidaridad o la conciencia del dolor ajeno. La igualdad significa injusticia y perjuicio. Es la dominancia del fuerte y del autoproclamado superior frente a la visión de la solución global y colectiva. Es un realineamiento en el cual quienes aspiran a ser dictaduras convergen en una agenda.

La visión darwiniana de la política es ahora ideología y se enfrenta a los paradigmas del Estado moderno occidental, ya agotados por la corrupción y la decepción de los procesos democráticos.

Las nuevas tensiones se darán en todos los aspectos: medio ambiente, calentamiento global y su negación; defensa de los derechos humanos vs. prácticas autoritarias; libertades individuales a ultranza vs. derechos sociales; libre comercio vs. proteccionistas; equidad de género vs. desigualdad; culpar al débil o aceptar la corresponsabilidad; los intereses de raza y grupo contra los principios. Es toda una visión de lo público y lo humano.

Este paradigma no es una fuerza perimetral o aislada, tampoco se limita a Trump. De los 27 países que conforman la Unión Europea, más de la mitad cuenta con eurodiputados de partidos ultranacionalistas, populistas y eurófobos, contrarios a la inmigración y, en ocasiones, directamente racistas. En las próximas elecciones presidenciales, en particular, en Holanda, Francia, Austria, Finlandia y Dinamarca, varios de ellos podrían ser competitivos, además de que hay líderes de estos perfiles en Asia, África y Oceanía.

México no es ajeno a esta lógica. Propuestas como la iniciativa de permitir que los ciudadanos puedan contar con un arma en sus negocios o automóviles muestra esta visión egoísta. El querer tener un arma sin considerar que otra persona también podría estar armada, con la conciencia de que no resuelva el tema de inseguridad, lo profundiza, pero sí da la sensación de poder y seguridad. Esta misma visión se traslada a la política social, migratoria, solo por mencionar algunas.

El nuevo eje de la política en todo el mundo radicará en si podemos o no reconocer los problemas del otro como propios. La agenda política global se debatirá sobre un nuevo dilema de cómo enfrentar los problemas, desde una perspectiva global, de libertades, tolerancia, derechos o desde la visión tribal, indolente y de corto plazo. Las tensiones derivadas de este dilema provocarán reacciones y podrían generar una escalada de violencia y odio.

El choque de estos paradigmas nos obliga a replantear nuestras ideas de progreso y a tener respuestas sensibles e inmediatas de las instituciones para evitar que el enojo social alimente este tipo de movimientos en nuestro país.

@LuisHFernandez

Senador de la República