Manuel Camacho siempre tuvo una visión estratégica de la política: Miguel Barbosa


Discurso pronunciado por el senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, durante la presentación del libro Manuel Camacho Solís y la transformación de México.

 

Miguel Barbosa Huerta (MBH): Gracias, Gerardo.

 

Primero me disculpo por el tono de mi voz, no he podido recuperarme, que me sirve para justificar o para argumentar de manera libre en este momento.

 

Bueno, yo quiero hablar en tres rangos, como presidente del Instituto Belisario Domínguez, como coordinador parlamentario de esta bancada, la del PRD, y como senador de la República, si me permiten.

 

Como presidente del Instituto Belisario Domínguez, debo decirles que es un centro de investigación legislativa que está conformado por investigadores que están electos mediante un proceso de oposición conducido por universidades, por académicos, por ninguna recomendación política.

 

Ésa fue la transformación que hicimos del Instituto Belisario Domínguez en este Senado de la República. Que todos los fondos del Instituto, como presidente del Senado, los entrego al manejo de investigación y editorial del Instituto, no hago ninguna otra actividad desde el Instituto más que la estrictamente académica editorial y de investigación.

 

Y es así como logramos la edición de muchísimas obras, por ejemplo, también estamos por presentar la edición, una compilación de todos los números de esa revista que fue un medio de comunicación oficial del Partido Comunista, El Machete, ya la tenemos terminada, es una obra de colección.

 

Y así conseguimos esto. Una tarde estaba yo en mi oficina trabajando y le llamo a mi coordinador de asesores, Onel Ortiz, para decirle que deberíamos de hacer algo con la obra de Manuel Camacho y me dice “Caro ya se nos adelantó”, ya tiene recopilado, ordenado –no me detuve a ver si había índice o no, ahora el doctor Valadés descubre esa omisión y le encargamos que él haga el índice, para terminar bien la obra.

 

Y fue así como pudimos conseguir esto, por eso en el aniversario luctuoso, cuando usted sugirió la impresión de esta obra, yo dije que estaba en curso, se pudieron conseguir las autorizaciones necesarias y aquí está la obra, por cierto de ella tendrán todos los que vinieron hoy un ejemplar a la salida del evento.

 

Como coordinador parlamentario. Fíjense que qué difícil para mí empezar una coordinación con personajes tan importantes en mi bancada como Manuel Camacho, como Alejandro Encinas, como muchos otros, ya con historia política y con enorme capacidad de deliberación y de debate, de verdad que sí.

 

¿Cuál era el reto de Miguel Barbosa coordinador? acreditar que podía ser coordinador de personajes como Manuel Camacho. Tuve primero que aprender a hablar con ellos, tuve el privilegio de aprender a hablar con ellos.

 

Manuel Camacho tenía una visión estratégica de la política, con él hacíamos reflexión estratégica de cada momento que estaba ocurriendo en la política nacional y la visión y posición que tenía que tener el Grupo Parlamentario, nunca fue opositor dentro del Grupo Parlamentario, por el contrario fue constructor, como todos los que están en el Grupo Parlamentario, sin duda que sí.

 

Yo identifiqué la inadversión que el actual gobierno tenía por Manuel Camacho y por Marcelo Ebrard, la identifiqué, la ubiqué y tuve conocimiento de ella, la razón no la conozco, pero era una posición adversa de manera absoluta.

 

Le dije a Lety “¿lo digo o no lo digo?”, me dice “dilo”, eso existió, pero ante eso, él con su consejo y nosotros formamos un grupo parlamentario opositor que se diferenció (inaudible) de muchos, hasta de la dirección de nuestro propio partido, así lo hicimos y así los asumimos.

 

Un hecho a destacar en este sentido, fue cuando arroyados por el Pacto por México, todo se estaba construyendo en una mesa de Gobierno y partidos, no de grupos parlamentarios, habiendo querido corregir esa situación para que el Congreso tuviera el papel que debía desempeñar, porque eran reformas legislativas, una madrugada, porque yo saco conclusiones de madrugada –le consta a mi esposa, que por ahí está sentada- dije “hagamos nuestra propia propuesta de reforma política”.

 

A las siete de la mañana le marqué a Ernesto Cordero y le digo “órale, nos puede costar el puesto, le dije”, al final le costó el puesto a Ernesto Cordero como coordinador de los senadores.

 

Y después de hablar con Cordero, hablé con Manuel, “veámonos temprano, Manuel”, a las diez de la mañana estábamos anunciando Ernesto Cordero y Roberto Gil, Miguel Barbosa y Manuel Camacho, que haríamos nuestra propia propuesta de reforma política, y así lo hicimos.

 

Somos opositores, dignamente opositores, participamos de la política y en la construcción de los productos legislativos, participamos de la coyuntura política y formamos parte de acuerdos, votamos a favor y votamos en contra, pero siempre con un comportamiento digno, dignificante, nunca de denigración ni autodenigración.

 

Manuel Camacho fue un constructor, un permanente estratega de cada momento que se vivió. Yo le llamaba a mi oficina Manuel “quiero hablar contigo” y aprendí a hablar con Manuel Camacho, así como dice Lety, no es fácil al principio hablar con Manuel Camacho, más cuando se te quedaba mirando así, y no movía ni las pestañas, pero yo aprendí a hablar con él.

 

Y aprendí a poder aprovechar su talento, que es el valor de la eficacia en la vida de la política, si está rodeado de talento, aprovéchalo. Pero para aprovecharlo, primero se necesita identificar la esencia del talento de cada quien.

 

Y les cuento una anécdota, bueno, no fue en el 94 como Lety Bonifaz, no fue en el… no, yo era un abogado litigante en la ciudad de Tehuacán, Puebla, era yo priista, era el 88, Manuel Camacho estaba diferenciándose del poder público en ese momento, buscaba ser candidato a la Presidencia de la República.

 

Miguel Barbosa, mi esposa y unos amigos habíamos decidido irnos cuando Manuel Camacho se fuera y habíamos hecho una frase que decía Con Camacho y sin partidos.

 

Yo no conocía a Camacho, yo lo veía en televisión, pero había yo decidido seguirlo en la ruta que él asumiera. Es una historia personal, se la conté a Manuel en más de una ocasión.

 

Entonces claro que hoy estamos, yo quiero decir de plácemes, porque cada vez que recordamos a una persona querida que falleció, podemos estar lamentándolo y lo vamos a seguir lamentando, pero hoy estamos de plácemes porque presentamos su obra, la obra que ayudará a perdurar la memoria de Manuel Camacho, es la obra de perdurar.

 

Yo sí creo que la muerte lo sorprendió, yo sí creo, como lo dijo Lety Bonifaz, esta jugada de la vida fue muy cruel porque de lo contrario hubiera escrito sus memorias y tradición oral hubiera reinado también en la rica, abundante vida de un hombre como Manuel Camacho.

 

Debiéramos grabar las pláticas con nuestros padres, yo tuve esa pretensión antes de que mi padre muriera, pero no lo hice, háganlo ustedes, porque no sé si en el caso de los hijos de Manuel Camacho pudieron tener la previsión de grabar conversaciones con él, ojalá así fuera.

 

Es una recomendación que ahorita yo le hice a Lety Bonifaz, que parece que le caló.

 

Entonces de verdad que muy contentos, muy agradecidos, su padecimiento me hizo conocer a Mónica, me hizo conocer a las niñas, a todas ellas, la animosidad de la chiquita, porque este libro lo entregamos hace tres, cuatro meses y la que se lo llevó fue Leonor, te lo llevaste y no lo querías soltar, ese día que tenías otra ocupación y mandaste a las niñas, Mónica, ella se llevó su libro.

 

A Manuel, un profesionista de primera, hombre serio, de no muchas palabras; pero el estilo del papá ahí está, igualito.

 

Y desde luego a Juan Salvador, gracias por venir, qué bueno que viniste, nos da gusto que hayas salido de la selva chiapaneca por un rato.

 

A todos gracias, a sus hermanos, a su hermana, a su familiares y sus amigos.

 

Tenemos un magnífico recuerdo de Manuel Camacho. Lo respetamos en vida, tuvimos el privilegio de tratar con él, tuve el privilegio de aprender a hablar con él, ¿verdad que sí? Y creo que todos en el grupo parlamentario mantenemos un recuerdo de enorme respeto por Manuel Camacho.

 

Y por cierto, le hemos puesto ofrendas aquí en mi oficina a Manuel Camacho –no sé si saben, pero así somos los provincianos, ni modo; le pusimos ofrenda a Manuel Camacho-.

 

Gracias a todos por su presencia. A Diego Valadés, doctor gracias, Diego Valadés siempre, yo recurro mucho a él.

 

Les voy a decir qué, porque decía Lety que ella no alcanzó a tener forma de comunicarse por chat con Manuel Camacho, y yo le dije a Alejandra y al doctor Valadés: “oigan, pero el teléfono de Manuel Camacho no servía para tener chat, era muy viejito”. ¿Verdad que sí? Era muy viejito.

 

Entonces, todos esos recuerdos, gracias Alejandra, la historiadora que acompañó a Manuel Camacho; a Lety Bonifaz, intelectual jurídica de ese equipo político; Ignacio Marván, otro intelectual que acompañó; y a Carlos Monrroy.

 

Por cierto, el equipo de Manuel Camacho trabaja conmigo y por eso le pedí a Carlos Monrroy, el novel del equipo de Manuel Camacho, que está recién llegado de haber estudiado una maestría en Londres, fuera parte de la ponencia, porque se le recuerda bien y se le recuerda con respeto.

 

Gracias, buenas noches.

 

 

 

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