Los doctores deben salvaguardar la salud y la atención de los pacientes, antes que el interés económico: Romero Lainas


Intervención en tribuna del senador Adolfo Romero Lainas, del Grupo Parlamentario del PRD, para referirse a la conmemoración del Día del Médico.

 

Adolfo Romero Lainas, (ARL): Buenas tardes, compañeras y compañeros.

 

Afortunadamente existe una profesión tan humanitaria que debería de ser la función de todos y todas las doctoras y doctores de nuestro país, y no nada más del país del mundo entero.

 

Creo que es importante resaltar que una de las principales ciencias como es la ciencia de la biología y concretamente de la medicina, que es para salvaguardar, ayudar, promover y preservar tanto la salud de todos y todas como también así prevenir y lograr que la medicina preventiva sea una de las principales herramientas para poder ayudar a la humanidad.

 

Hoy nos aqueja un problema global como es la enfermedad del ébola, esto nos deja de manifiesto la cruel realidad de las deficiencias que tenemos en nuestra aplicación en el sector salud a nivel mundial.

 

Creo que es importante que hagamos esa reflexión de todas y todos los que tenemos hoy la oportunidad de poder ayudar y poder desenvolver proyectos, estrategias que puedan elevar la calidad de vida de los seres humanos en nuestro continente y en nuestro mundo.

 

Y creo que eso debemos entenderlo como una desafortunada lección que la naturaleza no se equivoca, que la naturaleza aunque sea manipulada a nivel científico, también tiene sus deficiencias.

 

Y creo que todos y todas, los compañeros doctores y doctoras, antepongamos el derecho a la salud sin mirar antes al derecho económico como ha pasado en las últimas décadas, donde muchos de mis compañeros han dejado atrás ese famoso juramento de Hipócrates que era: el salvaguardar la salud, la atención de nuestros pacientes.

 

Y que me apena mucho reconocerlo que ha dejado de lado esa loable labor, y que como prueba un botón nada más: en México se han incrementado por decir algo el número de cesáreas que han sido innecesarias solamente para venir a resolver el problema económico de muchos compañeros y compañeras que se dedican a esta loable actividad.

 

Y por qué no decir que en mi estado de Oaxaca ha sucedido lo mismo que ha sucedido en gran parte del país, donde el sector salud a través del seguro popular ha hecho convenios con clínicas particulares y que no solamente han visto el beneficio de poder rentar, si así me lo permite la Asamblea de decirle a un cuarto que está destinado para fines hospitalarios, porque es la única forma en que las clínicas particulares ganan más dinero haciendo que permanezca más tiempo una mujer que pudo dar a luz en un parto natural.

 

Son palabras muy crueles, son palabras tal vez que pensaríamos que no son reales, pero ahí están los números que por desgracia son muy fríos pero que sí nos dicen de la realidad que está pasando en gran parte de nuestro territorio nacional.

 

Hoy 23 de octubre, y que fue en el año de 1823, fecha en que el doctor Valentín Gómez Farías inauguró el establecimiento de Ciencias Médicas de la Ciudad de México, se celebraría hoy, el día del médico.

 

Hipócrates, como lo dije anteriormente, es considerado el primer médico que rechazó las supersticiones, leyendas, creencias populares y que señalaba como causantes de las enfermedades a las fuerzas sobrenaturales o divinas.

 

Los discípulos de Pitágoras, lo consideraban el hombre que unió la Filosofía y la Medicina. Separó la disciplina de la medicina de la religión, creyendo y argumentando que la enfermedad no era un castigo infligido por los dioses, sino la consecuencia de factores ambientales, la dieta y los hábitos de vida.

 

De hecho, no hay ni una sola mención a una presunta enfermedad mística en todo el campus hipocrático. Pese a estos avances, Hipócrates trabajó con muchas convicciones basadas en lo que hoy se sabe que era una anatomía y una fisiología incorrectas, como por ejemplo la creencia de los cuatro humores.

 

Juró Apolo, médico (inaudible) guía y panacea y pongo por testigo a todos los dioses y diosas de que he observado en el siguiente juramento que me obligo a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia.

 

Guardaré secretos sobre los que oigan y vean en la sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea indispensable divulgar, es decir, el secreto médico es lo que siempre se antepone ante lo que nos rodea.

 

Se le ha denominado en mi profesión, considerado como un deber si el ser discreto en tal de los casos es benéfico para nuestros pacientes. Desde entonces, esta gran misionaria estableció las bases sobre las cuales ha venido desarrollándose esta. tan noble profesión, la cual sin duda es una de las más importantes pues sobre de ella descansan vidas, de su buen ejercicio depende la salud de los seres humanos.

 

Hoy debemos dar un gran apoyo a esta profesión que no ha sido ajena a los embates del crimen organizado, 23 de octubre, día del médico.

 

Quiero decirles, que también es justo reconocer que, así como hay malos personajes, también en la medicina existen malos doctores y malas doctoras, pero que también existen un sinnúmero de compañeros médicos que velan por la salud de todas y todos sus pacientes.

 

Yo quiero, desde aquí de esta tribuna, mandarles una felicitación a todos aquellos doctores y doctoras que están comprometidos con la salud de todos sus enfermos y la salud de los seres humanos.

 

Muchas felicidades y gracias a todos ustedes compañeros por escucharme, gracias señor presidente.