La desindexación no resuelve el problema del salario mínimo, pero es el primer paso que se tiene que dar: Zoé Robledo


Intervención en tribuna del senador Zoé Robledo, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar a favor del dictamen con proyecto de decreto por el que se reforman diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de desindexación del salario mínimo.

 

Zoé Robledo A., (ZRA): Muchas gracias Senador Presidente.

 

Bueno, llegó la hora marcada del día indicado, como decía la canción. Tuvo que pasar un año, y 400 mil 081,651 spots del Partido Acción Nacional para que se dieran cuenta de la necesidad de tomar esta medida. Felicidades, tarde, pero siempre es bueno tomar el camino correcto.

 

Yo no estoy de acuerdo, y creo que este debería ser un debate no de quién se  lleva la bandera; debería ser un debate de cómo puede funcionar.

 

Pues veamos lo que ocurre en el Distrito Federal desde el 25 de noviembre del 2014 cuando la Asamblea Legislativa del DF desvinculó el pago de multas, recargas, cobros, derechos de salud, y eso no ha implicado un aumento en la inflación.

 

Hoy estamos hablando de un tema que supera el asunto de la concentración del ingreso, que supera el asunto del propio salario mínimo.

 

La discusión de hoy tiene que ver con uno de los problemas  más importantes que tiene el país, tiene que ver con la desigualdad. Ya lo han mencionado aquí otros oradores, el Global World    Report de 2014 señala que el 10 por ciento, sólo el 10 por ciento de las personas más ricas de México concentran 64.4 por ciento de toda la riqueza del país, y es más, rico de ese 10 por ciento, el 1 por ciento concentra 21 por ciento del PIB.

 

Ese es el problema que deberíamos estar discutiendo el día de hoy, compañeras y compañeros.

 

Qué decía el 1776 Adam Smith respecto a la pobreza y la riqueza en su famoso texto la riqueza de las naciones, decía: “…Un hombre será rico o pobre de acuerdo a la cantidad de trabajo ajeno que pueda disponer o se halle en condiciones de adquirir…”.

 

¿Qué pasaría si hiciéramos ese ejercicio en México?

 

¿Qué pasaría si hiciéramos el ejercicio de ver cuánto trabajo puede adquirir el hombre más rico de México que concentra gran parte de la riqueza de nuestra nación?

 

Cuántos trabajadores  que hoy ganan el salario mínimo podría haber contratado el hombre más rico, solamente con el rendimiento real de su capital, suponiendo que éste creciera al 5 por ciento anual sin perder un solo centavo de su riqueza en términos reales.

 

Gerardo Esquivel en un documento publicado por OXFAM hizo ese ejercicio, y resulta que el mexicano más rico de México, y además del mundo podría contratar alrededor de 2.1 millones de trabajadores en las circunstancias actuales en las que estamos.

 

Para darnos una idea de lo que esto significa, recordemos que hacia finales del 2014 el número total de personas en desempleo en México era de 2.3 millones de personas.

 

Ese es el centro de este debate, el problema del que estamos discutiendo tiene que ver con la desigualdad, y cómo la desindexación del salario mínimo es un primer paso para combatirla de verdad.

 

Ahí están múltiples ensayos muy famosos, por supuesto el de Thomas Piketty, que publicó el Fondo de Cultura Económica; Paul Krugman, todos han planteado lo mismo.

 

La necesidad de dar respuestas y propuestas al problema de la desigualdad; pero estas propuestas tienen que partir de un hecho, de un hecho que ha estado poco presente en este debate, y yo quisiera, que sí, que lo volteáramos a ver, y lo revisáramos.

 

La situación de nuestro país, y esto ha venido ocurriendo desde 1970, es que el factor capital cada vez ocupa más del ingreso total nacional, mientras que hay una caída de la aportación del factor trabajo, y esto en los últimos 12 años se empezó a agravar.

 

No solamente se trata de la capacidad de consumo del salario, se trata también de por qué a pesar de que México ha tenido momentos de crecimiento económico este crecimiento no ha significado la reducción de la brecha de la desigualdad, ese es el problema principal.

 

Hoy si desindexamos el salario y si pensamos seguir la ruta que la desindexación continúe hacia su incremento, porque es cierto, la desindexación no resuelve el problema pero es el primer paso que se tiene que dar, podríamos entrar en este círculo virtuoso en el cual se incremente la productividad, haya más dinero en los bolsillos de los consumidores, se empuje la demanda agregada, y cuidando siempre las presiones inflacionarias la economía crezca.

 

Pero crezca en un nuevo entorno en el que existan mayores ingresos para el gobierno, y a partir de su capacidad recaudatoria se generen ingresos y capacidad de inversión pública, que a su vez va generando mejores ingresos a los trabajadores, lo que, de nuevo, manteniendo una productividad alta expande la economía. Eso es de lo que estamos hablando el día de hoy.

 

Yo creo, compañeras y compañeros, que hay que preguntarnos, ¿cómo llegamos aquí?, ¿cómo llegamos a ser un gobierno insensible y pusimos un salario mínimo que estaba atado a tantas cosas y generaba a los 6.7 millones de trabajadores, que con salario mínimo se encuentran en el decil más bajo en la línea de pobreza? De eso es de lo que se trata nuestra situación.

 

Ya ha ocurrido en otras ocasiones. Recuerden ustedes que la primavera del mayo francés, en lo que terminó fue en los acuerdos de Grenell, los acuerdos de Grenell, firmados por el Presidente de Gaulle, que dieron paso a un incremento sustancial del salario mínimo francés, de eso se trata, de que la política sirva a la economía.

 

Por eso, compañeras y compañeros, este es un primer buen paso. ¿Qué seguirá? Pues establecer sistemas impositivos progresivos; seguirá eliminar privilegios fiscales; seguirá perseguir la corrupción y utilizar el gasto público como una verdadera herramienta redistributiva.

 

Ahí está la oportunidad de todas y todos quienes estamos hoy aquí en el Senado de la República. De ser la generación que inició el proceso democrático de combatir la desigualdad, y la desigualdad política que vive en nuestro país con un decidido acuerdo y un nuevo pacto social para el incremento del salario mínimo, o somos la generación de políticos que lo utilizó de bandera, que lo utilizó en la campaña, que lo dijo cerca de 500 mil veces, pero que no hizo nada más que sentarse a ver la triste realidad de los demás.

 

Yo les diría, compañeras y compañeros, y particularmente a mis amigos de Acción Nacional, vayamos a esta reforma, vayamos porque principalmente vale la pena.

 

Muchas gracias.

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