La crisis, la izquierda y el PRD / El Universal


La aprobación de la reforma energética en el verano de este año, sin una oposición social significativa; la renovación de las dirigencias locales y nacionales del PRD; el registro formal de Morena; los lamentables hechos de Iguala, Guerrero, de la noche del 26 y de la madrugada del 27 de septiembre y la proximidad del proceso electoral del año siguiente, provocan diversas reflexiones sobre la situación de la izquierda y particularmente del PRD.

Desde la arena pública se realizan diversos cuestionamientos: ¿Hay crisis en el izquierda? ¿Hay crisis en el PRD? ¿Qué hacer para revertirla?

Una respuesta rápida y fácil sería decir que la izquierda y el PRD siempre han estado en crisis, que es parte de su naturaleza y posiblemente de su destino. En la otra cara de la moneda se encuentran cerrar los ojos y pensar que se puede seguir como hasta ahora o atribuir todos los males al adversario.

Sin embargo, conviene reflexionar sobre estas preguntas y en primer término, precisar qué entendemos por crisis.

Originario en las disciplinas médicas, el concepto de crisis fue adoptado por las disciplinas sociales y en análisis político. La palabra alude a situaciones límite, a un momento de ruptura o a un cambio cualitativo en un sentido negativo o positivo. Existen diversos modelos para caracterizar estos momentos. Para el tema que nos ocupa, conviene clasificarlas por su naturaleza y alcance. Esto significa que existen crisis momentáneas, coyunturales y estructurales.

Las crisis momentáneas son de corto plazo y están relacionadas con una situación inesperada de origen interno o externo, por lo general de alto impacto en la opinión pública y que afectan a un personaje público.

Las crisis coyunturales son las derivadas de cambios en el contexto interno o externo. Su duración está en relación al tiempo en que las estructurales involucradas tardan en asimilar estos cambios.

El tercer tipo de crisis son las estructurales, las cuales afectan a las instituciones y que van más allá de la voluntad de liderazgos y de personalidades. En estas circunstancias, lo que ha colapsado son las bases mismas de un sistema o de una institución. Las crisis estructurales son de transición. Son los cambios de un sistema a otro o de una institución a otra, lo que significa, transformaciones profundas en el ejercicio de poder y de legitimación. Se trata de momentos de ruptura.

El PRD, como partido político nacional, como factor de convergencia de las izquierdas y como heredero de las luchas sociales nacionalistas y progresistas, enfrenta una combinación de estos tres tipos de crisis.

Dese hace años, en los diversos congresos nacionales del PRD se ha intentado abordar una reforma estructural del partido; sin embargo, la dinámica interna ha impedido llegar a una transformación de fondo, los cambios han sido de consenso de acuerdo a las principales corrientes del partido.

La situación que enfrenta el PRD es grave. Los riesgos son muchos y las acciones que debe emprender para salir de ésta implica mente abierta y un gran esfuerzo de todos los involucrados.

En el caso Iguala, el PRD debe ser el principal aliado de las investigaciones. En el tema coyuntural, la actual dirección nacional debe establecer una política de inclusión más allá del control partidario, y desde la perspectiva estructural, debe recuperarse la reforma integral del partido que lo vuelva a convertir en una herramienta útil para la sociedad.

Coordinador parlamentario del PRD en el Senado de la República.
@MBarbosaMX