La clase trabajadora mexicana ha sido severamente golpeada en materia de salarios: Fernando Mayans


Intervención en tribuna del senador Fernando Mayans Canabal, del Grupo Parlamentario del PRD, para referirse al dictamen con proyecto de decreto por el que se reforman diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de desindexación del salario mínimo.

 

Fernando Mayans Canabal, (FMC): Con la venia de la sala, señor Presidente.

 

El tema que aborda el dictamen, a nuestra consideración, nos obliga no sólo a reflexionar sobre la desindexación del salario mínimo, sino también sobre otras materias que con estas modificaciones constitucionales aún no se atienden y que son del interés del pueblo de México.

 

El desempeño creciente que padece el país, el empleo informal, el deterioro de la seguridad social, la desvalorización del salario mínimo, son tan solo algunos temas que necesaria y urgentemente el Congreso tiene que abordar con responsabilidad y de cara a la sociedad.

 

Para atender estas realidades hay que reconocer que las últimas Administraciones Públicas Federales no han podido, en las últimas tres décadas, ser capaces de crear puestos de trabajo en la economía formal, para absorber a quienes se incorporan por vez primera al mercado laboral, y proporcionar oportunidades de empleo a quienes se encuentran atrapados en la economía informal y, lo que es peor, en el desempleo.

 

De ahí que el primer reto que no ha podido superarse, es el de colocar al empleo como el aspecto fundamental de la política económica y social, a fin de que se promuevan marcos económicos favorables al empleo y el apoyo a todos los sectores productivos, pero sobre todo a la economía familiar, al bolsillo del mexicano.

 

En materia de salario mínimo es claro que la clase trabajadora mexicana, que en su mayoría gana de uno a cuatro salarios mínimos, ha sido severamente golpeada en su poder adquisitivo debido a que dicho salario no ha tenido incrementos que le posibiliten hacer frente a una vida en familia con dignidad.

 

Ya lo decía el ex Presidente Fox: “No se van a subir los salarios”, y de ahí para el real ni un centavo.

 

Así tenemos que con datos que recientemente diera a conocer un estudio sobre el salario mínimo, del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de nuestra Universidad Nacional Autónoma de México, en tres décadas con un salario mínimo se dejaron de adquirir 45.7 menos kilos de tortillas que entonces, con la misma percepción 243.3 menos piezas de pan, 5.6 kilogramos menos de huevo y 9.5 menos kilos de frijol.

 

Ello señala de manera importante que el ingreso que se requiere para adquirir solamente los alimentos nutricionalmente recomendados y que constituyen la canasta alimenticia recomendable, tendría que ser de 184.96 pesos al día.

 

Bien saben ustedes, compañeras y compañeros, que el primero de octubre del año en curso el salario se fijó en 70.10 pesos para toda la República. Luego entonces, preguntarse de cuánto tendría que ser el incremento para poder satisfacer tan solo las necesidades básicas.

 

Crudamente este estudio señala que México es una fábrica de pobres, donde el poder adquisitivo registró una caída del 77.79 por ciento de 1987 al 2014, por lo que una familia puede comprar sólo el 34 por ciento de una canasta de productos recomendables con un salario mínimo.

 

En contraste a esta realidad que viven millones de trabajadores mexicanos, es momento de recordarles, compañeros, que en 2006 el Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, señalaron que la riqueza del país se concentró en un grupo de 20 personas o familias que consolidaron su poder económico que representó el seis por ciento del producto interno bruto, y que el ingreso de estos multimillonarios mexicanos es catorce mil veces el del promedio de la población.

 

Por todo ello, al impulsarse este cambio constitucional hay que precisar que la figura del salario mínimo se establece con la promulgación de nuestra ley fundamental del 5 de febrero de 1917.

 

Es mandato constitucional que los salarios mínimos deben ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para prever la educación obligatoria de los hijos conforme lo disponen específicamente los artículos 90 de la Ley Federal del Trabajo y 123, apartado A, de la fracción VI, de nuestra Norma Suprema.

 

Con fundamento en el artículo 94 de la Ley Federal del Trabajo, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, tiene como función y objetivo fundamental,  llevar a asignación de los salarios mínimos legales, procurando asegurar  la congruencia entre estos y los atributos que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga a los mismos.

 

Compañeras y compañeros Senadores: En este tema no podemos ser conformistas al aprobar esta reforma que  es un primer paso para establecer una  política de recuperación del poder adquisitivo de los salarios mínimos.

 

Las condiciones de vida de millones de mexicanos trabajadores, claman el resarcimiento, no gradual, sino  inmediato de la pérdida acumulada de estos salarios que han tenido por más de 30 años.

 

Iniciemos ya los procedimientos parlamentarios para encontrar nuevas fórmulas y mecanismos institucionales que permitan fijar el salario mínimo de manera congruente con la realidad económica y social del país.

 

Urge, en los hechos, rescatar el carácter o categoría de salario mínimo como un derecho social humano de todas las mujeres y hombres que forjan la clase trabajadora de México.

 

Es cuanto, muchas gracias.

 

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