Intervención en tribuna del senador Rogelio Israel Zamora Guzmán, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la Glosa del VI Informe Gobierno en materia de política exterior.


Ciudad de México, 20 de septiembre de 2018

Versión estenográfica de la intervención en tribuna del senador Rogelio Israel Zamora Guzmán, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la Glosa del VI Informe Gobierno en materia de política exterior.

Honorable Mesa Directiva. Senadoras y senadores. Me imagino que con el paso del tiempo, cuando uno pasa mucho tiempo en política se van guardando algunos –no sé si en la piel o en las venas o en el corazón o en la mente– se van guardando cuestiones que México ya no quiere.

México de lo que está cansado es de ver por los intereses partidarios. Y aquí hablo yo, y hago una solicitud a todos los partidos –iniciando por mi partido, el Partido de la Revolución Democrática– también a los compañeros de Morena, que merecen todo mi respeto, a los compañeros del PRI, del PAN; del PES; al compañero independiente Icaza, y la solicitud es:

Me parece, yo como nuevo en esto, como nuevo en la política, veo que a los compañeros que no están aquí, a veces nosotros le ponemos un nombre, Damián Zepeda, la senadora Xóchitl Gálvez, pero no estamos viendo, no debemos de verlos a ellos, sino a la gente que ellos representan.

El hecho de que ellos no estén hoy aquí en el Pleno, pues es la ausencia de las personas que ellos representan. Y creo que nosotros estamos aquí no para atacar o para gobernar solo por quienes votaron por nosotros, sino por todos aquellos que son mexicanos y que merecen el respeto de este Senado.

Entonces, lamento profundamente que no se haya dado por una cuestión formal, fue una cuestión formal la que suscitó este debate, que no se les permitió que hablaran; creo que por respeto a esa gente que estos compañeros senadores –a los cuales respeto, igual que a mis compañeros que se quedaron–, pues respeto a esas personas, pues vámonos a las 12 de la noche, vámonos si se tiene que alargar al otro día, por respeto a esas personas.

Entonces, lamento profundamente que por esas cuestiones no hayamos podido llegar a un acuerdo y les hayamos permitido expresar sus opiniones.

Voy a iniciar, después de esto que comenté, la Glosa relativa a la política exterior mexicana. Y creo que es una oportunidad muy importante, muy valiosa, de que hagamos valer ya como Senado, que quitemos todos los vicios que ha tenido este Senado, imagínense cuántas historias no se han escrito en estas paredes.

Cuanta gente valiosa ha tenido nuestro Senado; ahí tenemos una obra de arte de un senador que fue ejemplar, seamos nosotros también ejemplares.

En la política exterior nosotros tenemos una facultad que nos da el Artículo 76 Constitucional en su Fracción Primera, y esa es la de analizar la política exterior.

Podemos iniciar el análisis que tenemos que ser también cuando haya que decir las cosas con total transparencia, hacer crítica cuando haya que hacerla. Y el Artículo 76 nos permite analizar la política del actual Canciller mexicano.

El actual Canciller cuando tomó posesión marcó su gestión en la Secretaría de Relaciones Exteriores cuando él dijo –y eso voy a tomarlo yo para analizar la política exterior–, el dijo: “yo no conozco la Secretaría de Relaciones Exteriores”; después también de su propia boca dijo: “yo no soy diplomático”. Y también dijo: “vengo a aprender”.

Utilizando, como decía, esas locuciones yo voy a hacer el análisis de su política exterior. Primero, cuando él dijo que no conocía a la Secretaría de Relaciones Exteriores y que no era diplomático, vimos que al parecer no se equivocó, porque él dijo que humildemente lo reconocía.

Y entonces vemos el problema que se suscitó con la venida del señor Trump, del Presidente ahora, que en ese momento era candidato; y el reconoció –el propio Canciller reconoció– que en esa invitación –hablando en plural él, en la primera persona del plural– dijo: “cometimos errores muy importantes”. Es decir, él mismo reconoció que hubo errores ahí.

Después, en la expulsión, otro hecho que independientemente de cómo haya sido la función diplomática del Estado mexicano en este último año, algo que marcó negativamente ese ejercicio de la diplomacia mexicana, fue la expulsión del embajador norcoreano en un procedimiento que muchos dudaron que fuera siquiera legal, que muchos consideraron precipitado además.

La cancelación de las reuniones del presidente Trump y del presidente Enrique Peña Nieto también fueron muestra de la poca capacidad que tuvo el Canciller mexicano de tener un diálogo asertivo con nuestro vecino del norte.

La Cancillería hizo poco, además, en la opinión de muchos de nosotros –puede ser cuestionable por ellos–, pero en nuestra opinión el Canciller no realizó las actividades necesarias o no emprendió las acciones suficientes para contrarrestar la política de “tolerancia cero” que en principio separó a unos pequeños de sus familias, en un hecho que a todo México conmovió, y además indignó en opinión de todo el mundo.

El trabajo del Canciller, también podemos decir, que no fue suficiente para reducir la vulnerabilidad de nuestro país ante el país de Estados Unidos.

Muchos sabemos que fue duramente criticado el Canciller porque mostraba su misión al presidente de los Estados Unidos.

El Comité, hay otro punto que tampoco podemos dejar pasar, que es respecto a la protección de los pequeños.

La ONU desde el año 2014 emitió una opinión en la que decía que los Estados debían manifestarse o de emprender acciones para la protección de los niños que habían sido abusados sexualmente bajo –podemos decirlo-, pues del Estado Vaticano, en la responsabilidad del Estado Vaticano.

Sólo en América Latina tenemos los ejemplos de Argentina, también de Chile, pero en México, ante esos casos de miles de niños abusados sexualmente por el Vaticano, guardó silencio. Eso también es un error que llevará en su gestión el actual Canciller mexicano.

Podemos decir que también, no se equivocó el Canciller cuando dijo –porque se lo estaba diciendo a los miembros de la Secretaría de Relaciones Exteriores– también podemos decir que no se equivocó cuando les dijo que iba a aprender de ellos.

¿Y por qué? Si nosotros analizamos la Secretaría de Relaciones Exteriores y analizamos el servicio exterior mexicano, podemos ver que es un ejemplo, son una entidad ejemplar en la administración pública tanto federal como local.

El proceso de selección –no sé si todos lo conozcamos¬– pero el proceso de selección para los agentes diplomáticos, para los embajadores, para los cónsules, para los secretarios, es sumamente riguroso.

La mayor parte de los cónsules, de los embajadores, de los secretarios, provienen de dos instituciones educativas que en México tienen mucho prestigio: la primera es el Centro de Relaciones Internaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México, y la otra es el Colegio de México.

Ambos han creado y sacado de sus filas a personajes verdaderamente ejemplares, reconozcamos entonces esa labor que históricamente ha tenido México en política exterior.

La política exterior de México es reconocida en todo el mundo. Nosotros mismos como Senado, tenemos un instituto que es el (denominado) Gilberto Bosques, que está constituido para conmemorar a un diplomático mexicano ejemplar, un diplomático –que cabe mencionar– que durante la Segunda Guerra Mundial, en 1939, logró salvar a más de 30 mil personas que se encontraban en riesgo de perder la vida ante la Alemania nazi en la Francia ocupada. Y también podemos hablar de los que rescató durante la época de Franco.

Quisiera avanzar, ya para concluir con el término que por reglamento me ha sido asignado, quisiera avanzar respecto de que este poder soberano debe tener en mente algo muy claro.

Nosotros como Senado no nos podemos vanagloriar de que creamos derechos para las personas, nosotros no venimos aquí a crear un derecho para una persona en particular o para un grupo.

Nosotros lo que hacemos como Senado es reconocer simplemente en instrumentos legales, derechos que históricamente tal vez no se les había reconocido a las personas, pero que nosotros vamos descubriendo, y que consideramos que se deben ya de reconocer.

Es decir, el Senado no crea un derecho, no somos una fábrica de crear derechos, los derechos ya son inherentes a las personas, lo que hacemos nosotros es únicamente irlos reconociendo en la legislación. Hay muchos temas pendientes para la diplomacia de México.

México, con estos actos que ahorita vemos cuántos escaños están vacíos, manda un mensaje negativo que no le conviene al PRI, que no le conviene al PRD, que no le conviene a Morena, que no le conviene al PAN, al PES, al Verde, a ninguno le conviene, a ningún partido político.

Y el mensaje que estamos mandando es que en esta reforma del Estado que estamos por hacer, va a haber nuevamente el viejo autoritarismo. Eso no puede ser. Respetemos todos la opinión de nuestros compañeros.

Es cuanto presidente. Muchas gracias por su atención.