Intervención en la tercera reunión de legisladores del PRD con dirigentes internacionales de la izquierda


Intervención de la vicecoordinadora del grupo parlamentario del PRD en el Senado durante la tercera reunión de legisladores del PRD con dirigentes internacionales de la izquierda

Sen. Dolores Padierna Luna: … han resultado demasiado ineficaces en sus resultados, pero muy arbitrario al ejercicio del poder

Al miedo y a la incapacidad para enfrentar la delincuencia organizada sea sumado el uso arbitrario y criminal de la fuerza Estado de las “paz de las narcofosas”.

Ahí están los casos más dramáticos y documentados por la prensa internacional: las matanzas de Tlatlaya y Apatzingán; los 43 normalistas desparecidos de Aytozinapa, Guerrero; el caso reciente de jóvenes desaparecidos por agentes de la policía en Tierra Blanca, Veracruz y decenas, cientos de casos más que por incapacidad o miedo de la sociedad no se han documentado.

 

En lugar de asumir su responsabilidad en la crisis, el gobierno de Peña Nieto se lava las manos, emprende una campaña mediática y diplomática en contra de los organismos internacionales, incluyendo el torpe intento de manchar la reputación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a quienes el propio gobierno mexicano llamó para ayudarle a resolver la tragedia de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

 

El gobierno mexicano prefiere “matar al mensajero” antes que modificar el mensaje. Criminaliza a las víctimas, persigue a los críticos, censura los espacios informativos, margina a los opositores que no puede cooptar, maquilla los intentos de rendición de cuentas que acaban siendo máscaras de la corrupción.

La violencia delincuencial va siempre de la mano de la corrupción oficial. No le pueden poner fin quienes ven el servicio público como una oportunidad de negocios personales o de grupo; quienes han erigido fortunas propias con los recursos de todos.

Llevamos tres décadas prácticamente sin crecimiento, con salarios y empleos precarios, con una dependencia alimentaria y energética cada vez mayor.

El fracaso de los primeros pasos de la reforma energética es sólo la evidencia del inservible modelo que este gobierno se empeña en sostener. Una a una, se han ido cumpliendo todas las advertencias que hicimos durante los debates de la reforma energética. Se ha disminuido la producción y la sobernaía energética del país. Les bastaron dos años para destruir a nuestra petrolera, y pretenden malbaratar la riqueza no renovable del subsuelo, a precios de ganga. Ellos construyeron la trampa y ahora nos venden la solución que es peor que la enfermedad. La típica estratagema neoliberal.

La población no se siente satisfecha con las “reformas estructurales” que presume la propaganda gubernamental por todos lados. Por la simple y sencilla razón que el ciudadano común, el mexicano, la mexicana de a pie, no le ha representado no se ve beneficio en nada.

En lugar de enderezar el rumbo, el gobierno se empeña en sustituir la deliberación democrática con el autoelogio. El discurso oficial, marcado por la retórica vacía de propaganda, es un catálogo de cifras maquilladas y de las promesas de siempre. Los hechos más dramáticos: la máscara publicitaria, la máscara publicitaria que esconde, la parafraseo bien el New York Times, hace poco, en el arranque de este año el gobierno de Peña Nieto será recordado más como una administración que “evitó rendir cuentas que como el líder transformador que muchos mexicanos creyeron haber elegido”.

Las reformas llamadas estructurales, de las que llevamos decenas en estos años, no han tocado los problemas centrales del país: violencia y la inseguridad, corrupción, estancamiento económico, la desigualdad social siguen ahí, ahora más profundas que antes.

 

Siempre hay justificaciones externas para explicar el fracaso propio. Nos dicen que la situación es por la “enorme volatilidad externa”, pero no nos explican cómo es posible que la deuda pública haya llegado a 8.9 billones de pesos, más que dos sexenios juntos y en proporción de ingresos la deuda ya arrebozo el 193 por ciento de los ingresos del gobierno de Peña Nieto. Nos volvieron una economía deficitaria y de ese tamaño es el fracaso de las reformas en México.

 

Termino con unos cuantos datos.

 

Al fracaso económico se suma la violencia social e institucional que ha roto el tejido social en varias entidades en México no se cansan de decirnos que “la violencia está disminuyendo en nuestro país”, pero omiten mencionar que hay 56 mil 117 personas asesinadas tan sólo en lo que va de los primeros tres años de la administración de Peña Nieto, que existen 27 mil personas desaparecidas, que se desconoce cuántos casos son desapariciones forzadas que involucran a policías y militares.

Decretaron una “guerra contra el narcotráfico” que resultó ser una guerra contra la población civil. Tan sólo en estados como Guerrero se han realizado 27 operativos federales en los últimos ocho años y la violencia no ha disminuido. Han proliferado las fosas y los cuerpos sin nombre, sin identidad, sin expedientes. Lo peor de la “guerra sucia” contra las disidencias de los años setenta, se ha combinado con lo peor de la “guerra contra el narco” en este milenio.

 

Vienen tiempos difíciles, compañeras y compañeros.

Las izquierdas en México lejos de estar unidas, están pulverizadas bajo una eficaz estrategia para debilitarnos, dividirnos o cooptarnos.

Las izquierdas mexicanas aun así estamos empeñadas a dar lo mejor en los próximos eventos electorales.

No puedo dejar de mencionar, por el carácter de esta reunión, que en México seguimos con mucha atención todo lo que ocurre en la Patria Grande.

Estamos atentos a la especial coyuntura de Cuba, que pronto recibirá la visita de Obama y que avanza en un proceso de normalización de sus relaciones con Estados Unidos, a la par de cambios importantes en lo interno.

Nos indignamos y expresamos nuestro profundo y total apoyo al ex presidente Lula, a la presidenta Dilma Rousseff y al Partido de los Trabajadores que actualmente enfrentan una operación golpista armada desde esferas del Poder Judicial y el mediático. La coyuntura del Brasil nos recuerda, entre otras cosas, la imperiosa necesidad de democratizar los medios de comunicación.

Seguimos atentamente, también, la confrontación en Venezuela, que se expresa en una oposición empeñada en torcer la legalidad para golpear al gobierno. En Argentina asistimos a los primeros efectos, devastadores, del gobierno de Mauricio Macri, igualmente empeñado en torcer la legalidad para cobrar “venganza” de supuestos agravios ocurridos en el gobierno de nuestra compañera Cristina Fernández.

Por nuestro lado, habremos de empeñarnos en la difícil ruta de la reconstrucción de la unidad de las izquierdas en México porque estamos seguras, seguros de que es la única garantía de que un día podamos seguir los pasos que muchos de ustedes ya han dado para tener en sus países justicia, libertad y democracia para todas y todos.

Necesitamos que nos sigan, que nos observen compañeras y compañeros de América Latina, que nos critiquen, que nos acompañen en este difícil proceso.

Los últimos gobiernos mexicanos miraron siempre hacia el Norte nunca hacia el Sur de nuestro Continente, pero la sociedad civil de este país está igualmente hermanada con los estudiantes que protestaron en Chile, con los jóvenes de Argentina que defienden lo ganado en derechos humanos, con las movilizaciones de Brasil que se resisten a claudicar frente a la venganza de los potentados, con el ímpetu de Venezuela frente al acoso interno y externo y con lo mejor de nuestras sociedades que esperan una ruta hacia el futuro y no un largo túnel hacia la oscuridad de los tiempos ya superados.

Muchas gracias

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