Senado de la República, espacio de pensamiento crítico, pluralidad y tolerancia: Miguel Barbosa Huerta


Versión estenográfica de las palabras del senador Miguel Barbosa Huerta, durante la presentación del documental “El ingeniero”, de Alejandro Lubezki, en el Auditorio Octavio Paz del Senado de la República.

 

Miguel Barbosa Huerta, (MBH): Muchas gracias.

 

De verdad, quiero primero agradecer, porque es lo que debemos hacer los políticos de izquierda, las políticas de izquierda, agradecer a Alejandro Lubezki por haber dedicado su tiempo, su capacidad, su esfuerzo, en construir este documental.

 

Quiero darle un abrazo, darle un abrazo fraterno de reconocimiento y respeto al ingeniero Cárdenas, no sólo por su 81 onomástico, sino porque lo queremos, lo queremos todos quienes hemos andado con él por muchos años. Un aplauso al ingeniero Cárdenas.

 

Y quiero destacar la presencia de muchos rostros, muchos rostros que por mucho tiempo nos hemos visto en las luchas, de verdad que sí, la emoción con la que hemos vivido muchos momentos. Por eso, lo primero que debo decir es: hemos disfrutado y nos hemos emocionado al ver estas imágenes.

 

Ver imágenes de tiempos de atrás siempre emociona, para ver cómo estábamos, cómo nos veíamos, qué hacíamos. Y en este caso, no es porque nos hayamos encontrado en las imágenes, no; sino porque formamos parte del conjunto de hechos que configura una campaña en ese año 2000.

 

Amalia García, la presidenta nacional del PRD; Alejandro Encinas, destacado político en la izquierda y en el Distrito Federal, pero muchos rostros. César Buenrostro, con la liga histórica con el Ingeniero; pero muchos, muchos, de verdad que sí.

 

Adriana Luna Parra; la maestra Ifigenia Martínez. Y aun cuando no estuvo en ese momento histórico con la campaña, el licenciado Muñoz Ledo sin duda, con esa pléyade de mexicanos, que sin ellos no se entendería lo que hoy vivimos.

 

Y yo diría qué equipo de gente destacada formó un núcleo, del cual hoy sigue haciendo política y sigue influyendo. Ese núcleo es el que en ese tiempo, desde 1987, 86-87, que se conjugo en los esfuerzos del 88, 94, 2000, bueno, 97, 2000 y siguientes, y que hoy siguen interactuando; por la nación y por México, no por el poder. Esa es la emoción que nos provoca.

 

Yo aparezco de espaldas, era yo presidente estatal del PRD en Puebla. Veníamos de un municipio de la sierra norte, Ahuacatlán, históricamente gobernado por la izquierda y por el PRD; a donde el ingeniero Cárdenas se empeñó en ir, se empeñó en ir. Esa es la idea de un hombre congruente, leal a la visión que tiene del país que debió haber gobernado.

 

Yo recuerdo, y lo voy a decir como una confesión: Cuando íbamos rumbo a Ahuacatlán, yo en una camioneta de guía; atrás venían los camiones, las camionetas, y estaban los niños típicos de los caminos rurales con sus cuerdas, que piden un peso porque están tapando un bache; ¿sí les ha tocado, verdad? ¿Sí?

 

Y llegamos, yo en la camioneta de adelante y les doy el peso o un poquito más y les digo: “Saluden, porque ahí viene el próximo Presidente de México”; y desafortunadamente me contestan –y disculpen que voy a utilizar hasta el tono–: “¿Ahí viene Fox?”

 

Ya había llegado la televisión.

 

Fox nunca supo ni sabrá que existe el municipio a donde íbamos; nunca, nunca.

 

Pero ahí se reflejó el papel de los medios masivos de comunicación en el impacto en la conciencia a votar.

 

Fuimos al municipio, un mitin lleno, repleto; repleto y después nos fuimos a comer a una bodega baja, que era de cultivadores de café y mole.

 

Y un mole pobre, los moles pobres son los moles que no se hacen con todos los condimentos. Y había un calor de más de 40 grados.

 

Yo era el presidente estatal del PRD y no había agua siquiera. Estaba el mole, pero no había agua.

 

Y yo le digo al ingeniero: “¿Quiere usted agua?”

 

Y me dijo: no me contestó. Y a la tercera vez que le volví a preguntar lo mismo, me dijo: “Miguel: entiende que yo solamente como y tomo lo que me dan”. Enseñanza de vida para mí. Después llegó el agua, los refrescos y la cerveza.

 

Y el ingeniero se comió el mole, como si fuera el mole mejor bien hecho de cualquier lugar.

 

Va uno viendo a los personajes cuando tiene uno la oportunidad de estar cerca y aprendiendo de ellos.

 

Veníamos de ese municipio, Huehuetla, nos siguieron parando por los municipios, como siempre le ocurrió al ingeniero en todas las campañas, y llegamos a Ahuacatlán esa noche.

 

Esas son las imágenes donde estamos de noche haciendo el último evento del día. Ahuacatlán, se llama.

 

Yo quiero solamente terminar diciendo que también el pueblo se puede equivocar al ejercer su voto; también.

 

En el 88 nos la robaron; en el 94 y en el 2000 el pueblo se equivocó.

 

Qué diferente hubiera sido el destino de México si hubiera gobernado este país el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Qué diferente. El rumbo de México cambió y no cambió para bien.

 

Pero hoy estamos en el Senado, donde hay un pensamiento crítico, fuerte, que permite la pluralidad, permite la tolerancia, y aquí podemos expresar nuestras ideas de manera libre, todos, aunque opinemos de manera diferente.

 

Así es que bienvenidos. Los felicito.

 

A todo ese gran equipo político, de hombres y mujeres que han acompañado al ingeniero Cárdenas muy de cerca, porque lo que vimos en este documental fueron las tripas de una campaña, la del año 2000, fue eso.

 

Y por eso nos emocionamos los que estábamos en otro lugar en la provincia haciendo cosas, porque estábamos expectantes, nos estábamos dando cuenta de cómo estaban ocurriendo los hechos y desde luego esto nos viene a revelar de manera muy cercana, muy cercana la forma como se dieron cada una de las circunstancias.

 

Alejandro, por ese trabajo, te lo digo de manera personal, como militante del PRD y como hombre de izquierda.

 

Les agradezco y creo que es el pensamiento que, muchos que estamos aquí, tenemos durante este trabajo y nuestro cariño.

 

Abrazo fraterno y fuerte a nuestro comandante, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

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