La Constitución de la Ciudad de México debe tener como columna vertebral la reivindicación de los derechos individuales y sociales de las personas dentro del principio constitucional de la soberanía popular, donde el pueblo en todo momento tiene la facultad de cambiar su forma de gobierno, afirmó el senador Alejandro Encinas Rodríguez.
En el marco de la Conferencia magistral “La experiencia constituyente de Ecuador”, dictada por la vicepresidenta de la Asamblea Nacional de Ecuador, Rosana Alvarado Carrión, el senador del PRD destacó que la integración del Constituyente de la Ciudad de México tiene un déficit de legitimidad.
Por esa razón, señaló la necesidad de no únicamente establecer los derechos en la norma, sino de generar las condiciones para que sean exigibles y ejercibles en su plenitud por la sociedad.
El mexiquense advirtió que al Constituyente de la Ciudad de México habrá que darle legitimidad y someter a referéndum el documento que se presente
Encinas Rodríguez rescató algunas de las experiencias de Ecuador en su proceso constituyente y que pueden ser contempladas en la redacción de la Constitución de la Ciudad de México y en la propia Constitución General.
El legislador subrayó el concepto de rescate de las soberanías: la económica, la territorial, la cultural, la energética, la alimentaria; el cual, dijo, tendría que ser recuperados como parte de la reconstrucción de la entidad nacional, donde el Estado debe retomar su responsabilidades sociales y en la conducción de la economía asumiendo que el mercado no va a acabar con la desigualdad.
Alejandro Encinas afirmó que también es importante considerar elementos como la reivindicación de la justicia indígena, feminista y basada en el respeto de los derechos humanos; así como del derecho a la naturaleza que contemple un concepto más global de lo que representa la naturaleza.
El senador resaltó también el concepto de ciudadanía universal, asumiendo que la condición de extranjero en una región como la nuestra, donde cada día se diluyen más la fronteras, no pude ceñirse al concepto tradicional de extranjero.
Finamente, enfatizó que, ante la tesis de que el derecho no ha permitido la emancipación de los pueblos, sino su subordinación al poder, es necesario tener una sociedad más organizada, demandante y en condición de ejercer sus derechos.
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