Otorgar la medalla Belisario Domínguez a Gonzalo Rivas es reconocer el desorden nacional y la falta de capacidad del sistema político para garantizar la seguridad y velar por la vida de los mexicanos, aseguró el senador Zoé Robledo.
Durante la discusión del dictamen por el que se otorga la medalla Belisario Domínguez a Gonzalo Rivas, quien en diciembre de 2011 intentó cerrar una válvula de gasolina para evitar que se propagara el incendio en Chilpancingo, Guerrero; el senador del PRD reconoció que éste fue un acto heroico.
“El acto de Gonzalo Rivas aquella tarde del 12 de diciembre de 2011 fue sin duda heroico; su heroísmo salió muy caro, Rivas perdió su vida y ese mismo día Jesús Alexis Herrera de 22 años y Gabriel Echeverría de 20 también perdieron la vida en manos de policías”, mencionó.
Sin embargo, dijo debe aclararse que la entrega de la presea a este mexicano no es un acto de división ni de polarización, ni mucho menos representa el reconocimiento de que los normalistas de Ayotzinapan son responsables de esta muerte.
“Es hora de decirlo como es, el reconocimiento que le haremos a Gonzalo Rivas es porque es una víctima del desorden nacional que permite que no haya estado derecho que garantice la seguridad”.
Zoé Robledo señaló al sistema político mexicano como el responsable del desorden nacional que permea en el país y que es la causa de que se utilice a la educación como rehén, que no exista capacidad de diálogo y que crea la desigualdad social, política y económica.
En este sentido, el legislador por Chiapas se manifestó a favor de premiar a Gonzalo Rivas, siempre y cuando se convierta un símbolo para hablar de las víctimas del sistema político mexicano. “Un sistema político en que ser valiente sigue saliendo muy caro”.
El senador del PRD lamentó que el este sistema criminalice a los jóvenes, estigmatice a los estudiantes más abandonados y sea incapaz de proteger la vida de sus ciudadanos.
“Que quede claro; Gonzalo Rivas no sólo murió héroe, murió víctima, víctima de nuestro enorme desorden nacional, como Belisario Domínguez hace un siglo fue una víctima del corrupto sistema político de su época; un sistema político que en ambos casos fue incapaz de proteger lo único que nos debería importar: la vida y la libertad”, concluyó.
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