Este periodo constituye un terrible daño a la Nación: Miguel Barbosa


Miguel Barbosa

Intervención en tribuna del senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, durante el cierre del periodo extraordinario para discutir la legislación secundaria en materia energética.

 

Miguel Barbosa Huerta, (MBH). Señoras y señores.

 

Concluyó el proceso legislativo. El resultado de este periodo extraordinario constituye un daño terrible a la Nación.

 

¡México no se los perdonará!

 

Existe un antes y un después de la aprobación de la privatización de nuestros recursos energéticos. Una experiencia individual y colectiva que nos marcará como legisladores y como personas.

 

Se los hemos dicho y repetido en estas largas sesiones que hoy culminan. Hemos utilizado argumentos históricos, datos técnicos, mostrado gráficas y realizado proyecciones; hemos apelado a su responsabilidad, a su compromiso con México, a su patriotismo; se los hemos dicho con poemas, con mensajes en carteles y en las redes sociales, pero se han cerrado a escuchar razones.

 

La decisión de fondo fue plegarse al Poder. Esta sumisión tendrá costos graves para la autonomía del Congreso y para nuestra vida democrática.

 

Los hombres de la Ilustración decían: “El Soberano debe tener las manos libres para hacer el bien y las manos atadas para hacer el mal.”

 

Ustedes le han dado libertad absoluta al Poder Ejecutivo para dilapidar el patrimonio nacional. Le han dado todo sin contrapesos democráticos, ni un compromiso real para combatir la corrupción.

 

Reflexionen, si subordinarse al Poder los honra como legisladores, como dignos representantes de sus estados y de la sociedad.

 

Con su reforma han cambiado de manera sustancial nuestro pacto social. Nos han excluido del Gran Acuerdo Nacional que ha posibilitado la estabilidad y la gobernabilidad de nuestro país.

 

La exclusión sólo ha provocado la polarización, la confrontación y el distanciamiento. El Poder no ha valorado la enorme contribución de la izquierda para circunscribir su lucha a la arena electoral e institucional.

 

Hoy le han otorgado a Don Dinero un poder inmenso nunca antes visto.

 

Como diría Pablo Neruda en su poema Promulgación de la Ley del Embudo: “Estallaron los aplausos, que los bancos aristocráticos: qué elocuencia, qué espiritual, qué filósofo, qué lumbreral!  Y corrió cada uno a llenarse los bolsillos en su negocio.”

 

Así hoy, en esta noche, sus aplausos son sólo son ecos de los aplausos que estallaron en los centros de negocios del mundo.

 

Allá se grita con euforia lo logrado: México ya está en venta. La medida es el dinero, la estrella es la ganancia. Don Dinero vendrá por el petróleo,  por su extracción, su refinación, su comercialización y su distribución; vendrá por el gas, por nuestras tierras, por nuestros trabajos.

 

Después de que se promulgue esta Ley del Embudo:

 

¡Qué viva Oceanografía!, ¡qué viva la corrupción!, ¡qué vivan los hombres de poder que se enriquecen!, ¡qué viva el tráfico de influencias!

 

Pero eso sí, todos se llamaban patriotas. ¡México, México no se los perdonará!

 

Señoras y señores, muy pronto se verán los saldos de sus votaciones y de sus alianzas. Inevitablemente se derrumbará la fachada de éxito y quedarán al descubierto  los resultados de una privatización fallida.

 

El modelo energético que ahora han aprobado tendrá el mismo resultado que en su momento tuvo la privatización del ejido, de los ferrocarriles, de las telecomunicaciones y tantas otras cosas que se entregaron al capital privado en aras de la productividad y que han sido un rotundo  fracaso.

 

Aumento de los combustibles, despidos de trabajadores y desmantelamiento de PEMEX y CFE, serán las primeras noticas que conoceremos de lo que en estos días aprobaron.

 

La razón es simple. Los conservadores de siempre, el sistema de hombres que mal ha gobernado a país, ahora son los reformadores, se presentan como apóstoles de la modernización son los mismos hombres, los mismos grupos y la misma visión que ya fracasaron y que volverán a fracasar, están siguiendo la regla del gatopardismo, “que todo cambie para que todo siga igual”.

 

No somos dóciles, ni dejados. La resignación no es nuestra política, ni la parálisis nuestra estrategia. No vamos a esperar sentados en nuestros escaños a ver como hunden al país.

 

Lo siento señores, pero mientras estos 22 hombres y mujeres ocupemos un lugar en esta Cámara, nunca tendrán un PRD modosito, bien portado y cómplice del Poder.

 

No vamos a esperar pasivos  el juicio de la Historia, vamos a luchar para cambiar lo que hoy dan como un hecho consumado.

 

Los rostros que hoy se ríen cada que mencionamos la palabra “pueblo” o que se mofan cuando decimos que la sociedad revertirá esta reforma, no olviden lo que bien saben los marineros: “cuando el mar parece en mayor tranquilidad, es justo antes de la tormenta.”

 

La ciudadanía está lista para ejercer de manera directa, sin intermediación de los partidos, su soberanía sobre temas de interés nacional y lo hará plenamente el siguiente año, en la Consulta Popular.

 

Con la fuerza de la sociedad, nos vemos en la Consulta.

 

¡Viva el petróleo soberano!, ¡viva el General Lázaro Cárdenas!, ¡viva México!

 

Es cuanto.