Eraclio Zepeda, hombre de viejas letras que construye nuevas palabras y una literatura renovadora


  • Las palabras de Eraclio Zepeda sirven hoy, en este momento difícil del país, para mantener vivas las buenas semillas

 

Intervención en tribuna del Senador Zoé Robledo, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar sobre el acuerdo por el que se confiere la Medalla de Honor Belisario Domínguez, correspondiente a 2014 al escritor Eraclio Zepeda Ramos.

 

Zoé Robledo A. (ZRA). Muchas gracias senador Presidente.

 

Hago uso de la palabra a nombre del Grupo Parlamentario del PRD, de este lado porque estamos acompañados de Don Belisario Domínguez.

 

Don Belisario Domínguez que en 1913 fue asesinado y cuyo único delito había sido que en épocas de tribulación convirtió la verdad en argumento y su voz libre en arma de combate, a pesar de que en ese momento quizá era una voz que iba a contracorriente.

 

Huerta lo mató pero las acciones de Belisario Domínguez continúan como un paradigma de la Nación Mexicana en general y por supuesto para el Senado de la República como uno de nuestros compañeros al que más hay que imitar, ese es el origen de la Medalla Belisario Domínguez.

 

Hoy han cambiado los tiempos y las realidades nacionales, pero el ideal permanece y Don Belisario Domínguez es actual y, por eso mismo, su nombre sigue siendo intenso y sigue siendo el referente máximo para reconocer a los mexicanos de mayor valía en todos los órdenes de la vida nacional.

 

La Medalla Belisario Domínguez convierte a quienes la reciben en miembros de la Orden de la Conciencia Crítica de los mexicanos, por eso hoy nos honramos en anunciar que la Comisión Medalla Belisario Domínguez ha tenido a bien que sea Eraclio Zepeda Ramos quien la reciba este año.

 

Eraclio mejor conocido como Laco Zepeda, es un mexicano de creaciones literarias universales. Su dominio de la lengua castellana le ha permitido como a pocos a usar los aportes idiomáticos de los pueblos indios y mestizos vivientes en el estado de Chiapas.

 

Es un hombre de ideas y de pensamientos con una excelente capacidad para convertirlos en una narrativa vigente, prometedora y atractiva.  Su creación no es de panfletos sino una comunión de inducciones para reflexionar sobre nuestras raíces o lo que se nos ha legado Belisario Domínguez.

 

Eraclio  Zepeda es un hombre que convierte las letras pacíficas en razonamientos contestatarios y simultáneamente lúdicos.

 

Laco no inventa mundos, sino que nos recrea los que ha visto, así sea un poblado en los desiertos africanos o en la regiones próximas para los Altos de Chiapas.

 

Laco Zepeda no nos recita un discurso a favor de alguna utopía,  sino que nos induce a pensar críticamente con un sustrato profundo y él transita impávido y divertido, hace viajes y sus travesías las convierte en postales inquietantes.

 

Introduce un lenguaje que no copia al realismo mágico ni a las expresiones del costumbrismo.  Como él mismo lo ha dicho, no hace una narrativa indigenista, sino que nos describe una comunión de vivencias.

 

Nos habla de los indios y de los chinos. También de los nómadas del desierto y de las aventuras y desventuras de un joven escritor en San Cristóbal de la Casas en Chiapas y en el mismísimo corazón de China con la misma intensidad.

 

Él no pontificó sobre las ideas de justicia o de libertad aún cuando, ocasionalmente, tomó las armas para defender su compromiso, lo hizo en Cuba cuando siendo un profesor de la Universidad de Santiago le sorprendió la invasión de Bahía de Cochinos y no dudó en tomar su fusil, si máuser para combatir a lado de Fidel Castro y del Che Guevara ante esa invasión.

 

Lo hizo incluso para el cine, Eraclio Zepeda como actor tiene el récord que pocos mexicanos pueden presumir de haber sido el único actor mexicano que ha dado vida dos veces a el papel de Pancho Villa en:Reed, México Insurgente, de 1973; y en Campanas Rojas, de Felipe Cazals.

 

Cuando ingresó en 2012 a la Academia Mexicana de la Lengua, Vicente Quirarte dijo lo siguiente en su discurso de bienvenida: A lado de poetas hermanos por elección.

 

La Espiga Amotinada fue creada por Eraclio Zepeda, su juventud vivió cambios trascendentales de la historia, quiso y logró estar en primera fila, fue testigo y actor de las grandes utopías formuladas por las Revoluciones en Rusia, China y Cuba, desde ahí manifestó sus calidades de militante, maestro y comunicador hipnótico.

 

Cuando se lo ha exigido México ha ocupado cargos de responsabilidad pública y ha enfrentado las asperezas de quienes no recuerdan con frecuencia e intensidad debidas una frase lapidaria de José Martí “quienes no tienen el valor de sacrificarse han de tener al menos el pudor de callarse ante los que se sacrifican”.

 

Militante del Partido Obrero Campesino del Partido Comunista, fundador del Partido Socialista de México, fundados del Partido de la Revolución Democrático, Eraclio Zepeda no es una persona que ha hecho militancia con su literatura, ha hecho de su literatura una forma de acción política.

 

Para los chiapanecos es un referente moral y de compromisos vitales con las ideas. Su literatura, a pesar de todo, nunca ha sido panfletaria, es una literatura que si se tiene que describir de una forma, es una literatura humana, referente inicial y pionero de lo que se ha llamado el “realismo mágico”.  Hay magia en la idea de cambiarse de nombre para remontar carencias y discriminaciones, pero también hay magia en la resurrección de una madre y la realización de un culto del mundo y del inframundo.

 

En las creaciones Eraclio Zepeda viven y reviven, en un juego solar, las relaciones entre el mundo y el inframundo.

 

Por eso es digno de la Medalla Belisario Domínguez como Juan Rodríguez Benzulul piensa que es posible liberarse y alcanzar la plenitud, Juan Rodríguez Benzulul lo apuesta todo y Laco nos llama igual que él a no tener temores.

 

Es un hombre de palabras libres, un hombre que ha seguido la consigna de Belisario. Es necesario decir la verdad, pero es atractivo que las palabras libres se hagan ver como una literatura que atrae y que, sobre todo, una literatura que preocupa.

 

Los personajes de Eraclio son hombres o mujeres de carne y hueso y también son recreaciones del más allá que regresan al mundo para hacer algunos prodigios, personajes de Laco no viven en paz y que nos inducen a pensar que las realidades de México y que las realidades de Chiapas no son como para echarse a descansar.

 

Eraclio Zepeda es un hombre de viejas letras que construyen nuevas palabras y una literatura renovadora.

 

Don Belisario también fue un hombre de palabra, de honor y de letras, murió por decir la verdad y pagó su vida por la osadía de llamar a las cosas por su nombre.

 

Por eso las palabras de Eraclio Zepeda sirven hoy, en este momento difícil del país, para mantener vivas las buenas semillas, sirvan como epilogo de esta alocución el valor de las palabras de Eraclio Zepeda dichas por uno de sus personajes, el Tata Juan, una de sus voces conjuradas y a las cuales les ha sabido mantenerse fiel.

 

Tata Juan, el personaje de Eraclio, que nos dice: quien dice la verdad tiene la boca fresca como si masticara hojitas de yerbabuena y tiene los ojos limpios y blancos porque no hay lodo en su corazón.

 

Enhorabuena, muchas gracias.