En el parlamento mexicano hemos creado todo un sistema de derechos para niños, niñas y adolescentes: Miguel Barbosa


Discurso del senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la ceremonia de premiación del Concurso Nacional de Dibujo “México, te quiero”.

 

Miguel Barbosa Huerta, (MBH): Gracias, buenos días a todas, a todos quienes hoy nos reunimos para hacer la entrega de este concurso de dibujo “México, te quiero”.

 

Sólo decirles que en el parlamento mexicano hemos creado todo un sistema de derechos para niños, niñas y adolescentes. Habíamos estado en falta por cerca de 20 años, frente a las legislaciones de otros países, inclusive de América Latina.

 

Ya había ordenamientos legales sobre esta materia y en el caso de México no es que no hubiera referencias en distintos ordenamientos, no existía una ley que aglutinara cada uno de ellos desde la visión de más avanzada a nivel internacional. Hoy lo hay.

 

Hoy se logró una ley muy vanguardista que requiere ser armonizada en los estados de la República; ya estamos en falta, por cierto, ya las comisiones del Senado y de la Cámara de Diputados están haciendo talleres en todo el país.

 

Junto con la Secretaría de Gobernación, ya hay un modelo de ley que debe ser puesto a consideración de las legislaturas locales sobre niñas, niños y adolescentes y esperemos que pronto haya un sistema integral sobre los derechos de las niñas, de los niños y de los adolescentes.

 

Sin embargo, lo que va a requerir para los siguientes meses en este año y para los siguientes años, son los recursos públicos.

 

Hasta mil millones de pesos costará la implementación de este sistema de derechos de niños, niñas y adolescentes.

 

El paradigma es haber considerado a los derechos de ustedes, las niñas, los niños, los adolescentes, un derecho humano.

 

Y con esa visión integral que nuestra Constitución tiene en el Artículo Primero, es como se crea este gran paradigma alrededor de una visión garantista sobre lo que es el derecho del niño, las menores, los menores y adolescentes.

 

Yo quiero decirles que quiero atraer la atención de los niños y las niñas. A ver si puedo. Quiero que me escuchen; todos los adultos me escuchan, pero a ver si puedo conseguir atraer la atención de los niños y de las niñas:

 

Primero decirles que en México, las familias mexicanas, o la naturaleza de las mexicanas y de los mexicanos, yo no tengo duda en decirlo, no tengo ninguna referencia, en decirlo que somos las personas más amorosas con los niños, las niñas y los adolescentes.

 

Yo no tengo duda, ¿eh?, que nuestra cultura, nuestros valores, nuestra formación nos hacen ser los mayores padres o no padres, madres o no madres, los más amorosos con ustedes. Damos la vida hasta por nuestros niños. No tenemos duda, ¿eh?

 

Basta habernos puesto en un momento de salud complicado, o medianamente complicado, o alguna intervención quirúrgica a nuestros hijos para hablarle a Dios, si es que cree uno en Dios, y decirle: “Aquí estoy yo. Tómame, en lugar de mi hijo, mi hija o a quien uno ame”.

 

De verdad que sí. Ese es un asunto que ustedes deben de tener presente.

 

Siéntanse amados por los mayores, y ustedes amen a sus mayores.

 

Yo a los padres les he dicho muchas veces, a mis amigos, algo que me dijo un hombre mayor que yo. Por cierto yo soy de los que mantengo relaciones de amistad con hombres y mujeres mayores que yo, ya algunos no son tan mayores, ya como que ya llegué allá:

 

“Si quieres hijos cariñosos, sé cariñoso con ellos”.

 

Hay padres que se quejan que sus hijos, sus hijos, no son cariñosos cuando son grandes.

 

¿Y saben por qué no son cariñosos? Porque ellos fueron padres que no fueron cariñosos cuando los niños lo eran. ¿Verdad que sí?

 

Entonces yo quiero por eso decirles que el amor a los niños se les ama y por eso se les cuida. Se les ama y por eso se les educa. Se les ama y por eso se le infunden valores.

 

Por eso busca uno que sean, cuando lleguen a ser hombres, hombres y mujeres de bien.

 

Pero sobre todo una cosa: sean felices. Yo quiero hijos felices. Yo sólo quiero hijos felices: Esa idea ejerce ver el deseo del padre de ver en el hijo el reflejo de lo que uno quiso ser, o del éxito de los que todos queremos ver en las gentes que queremos, es algo equivocado

 

No es totalmente equivocado, pero es algo que debe verse a partir: yo quiero hijos felices y quiero ver niños felices, quiero ver adolescentes mayores, hombres de la tercera edad felices. Para mí eso es lo ideal.

 

Se les corrige también para hacerlos hombres de bien y para hacerlos felices. También se les corrige, ¿eh?

 

Yo no soy también de los partidarios que solamente a los niños se les aplaude; ¡no! A los niños también se les habla, ¿verdad?, se les corrige, no se les maltrata; no se les maltrata.

 

Héctor y yo, y mi tocayo, y Juan Carlos Romero Hicks, y Burgos, que está esperando su libro de los que hoy regalamos, y Luis Sánchez, y Eviel, venimos de la generación en que éramos corregidos hasta con severidad.

 

Bueno, Diva; Diva que hoy es un pan con los niños, Diva, para ser como es de recta, tuvo que haber sido corregida pero innumerables veces, pero muchas veces.

 

También se les corrige porque se les ama, porque se les ama, a las niñas y a los niños, y a los adolescentes.

 

Pero sobre todo lo que buscamos los padres de hoy, los mayores de hoy, es verlos, repito, felices. Ese es el secreto, esa es la virtud. Yo no quiero hijos ricos; no, yo quiero hijos felices. Es lo que debemos de ver.

 

Ustedes reaccionen para poder generar también la felicidad de sus padres. Y hoy para nosotros tiene mucho significado la premiación de este concurso porque es cuando vemos que la institución del Senado es sensible, es sensible a estos asuntos.

 

Talento, creatividad en los pequeños artistas, las y los artistas, para que Diva no me regañe. Las y los artistas; talento.

 

Yo me he preguntado de dónde nace el talento del pueblo de México. Y nace del alma, proviene del alma, proviene del espíritu, proviene de lo que nos rodea, de nuestros valores.

 

Así se construye el imaginario de las personas desde que son niños, niñas, adolescentes. Así se construye, ¿sí? Así se alimenta el imaginario que poco a poco se va convirtiendo en arte; esto ya es arte, esto es arte. Esto ya puede ver tiene rasgos de arte histórico, arte plástico el que podemos hoy ver, disfrutar y que se ha calificado.

 

Sin duda son niñas, niños talentosos. Hay otros talentos que no tienen que ver con esto. Hay muchos talentos que hay que estimular.

 

Entonces los saludo con mucho respeto. Les doy la bienvenida a esta sede del Senado de la República.

 

Felicito a las comisiones organizadoras.

 

Agradezco la presencia de las y los senadores que están presentes, pero más agradezco la presencia de estos chamacos, de ellos, para que sepan, tengan también presente en su imaginario que el Senado es una institución del Estado que sirve, que es sensible, que es cercana, que no es una élite, que no es una élite; que no es algo lejano frente a lo que todos los días se vive en las casas, en la calle, en la realidad que todo el tiempo nos rodea, nos aqueja, nos maltrata o nos impulsa.

 

Les agradezco mucho y felicito la idea de llevar a cabo este evento.

 

Son senadoras muy activas, senadores muy activos.

 

Yo me siento muy orgulloso de ser parte de este gran equipo que se llama Senado de la República.

 

Buenos días a todas y a todos.