El alza de tarifas y la depredación social / Milenio


El verdadero rostro de la reforma energética está a la vista: se trata de un depredador social. Así como ya es imposible parar la revisión de la reforma educativa, es absolutamente necesaria la revisión de la reforma energética. No existe justificación técnica al aumento en el precio de la gasolina y de las tarifas eléctricas. Las alzas tienen propósitos recaudatorios, es decir, cargar en los hombros de la sociedad mexicana los déficits de captura de recursos por parte de la Federación debido a razones de ineficacia y corrupción. Queda demostrado que los argumentos del gobierno federal para que el pueblo aceptara la reforma energética eran mentiras perversas.

México paga una gasolina 23 por ciento más alta de la que se paga en Estados Unidos, más que en Guatemala, más que en España, que es un país no productor. No hay razón de esta decisión que, insisto, solo tiene como objetivo equilibrar las finanzas públicas. El aumento en sí tiene impactos directos e indirectos en la inflación, esto se debe a que la gasolina es un producto que forma parte del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) y, por tanto, incide en la formación de muchos otros precios al ser un insumo clave para el transporte de mercancías, por lo cual afecta a todos los mexicanos y no solo a los propietarios de automotores.

La electricidad cuesta entre 5.2 y 7.5 por ciento más en el sector industrial con respecto a agosto del año pasado, y entre 7.8 y 9 por ciento más en el sector comercial. Para los hogares con tarifas de alto consumo, el precio de la electricidad es 8.9 por ciento más alto que en agosto de 2015. Si bien el aumento en las tarifas domésticas no afecta directamente a 90 por ciento de los hogares mexicanos, sí perjudica de manera directa a 10 por ciento de la población y de manera indirecta a todos los demás a través del aumento de costos en la actividad económica de tipo comercial e industrial.

Depredación social y engaño al pueblo de México. Durante la primera mitad de esta administración, el gobierno y sus voceros impulsaron y promocionaron la reforma energética, no solo como necesaria, sino como una panacea. Desde su campaña y después, en reiteradas ocasiones, el Presidente ha repetido que con los cambios constitucionales y legales en materia energética se tendrían combustibles y electricidad a bajo costo. Hoy la mentira quedó al descubierto y sus consecuencias las padecerá la inmensa mayoría de la población.

A la regresiva reforma energética se agrega su implementación con corrupción por parte de los hombres del poder. Hoy los señoritos, es decir, los hijos de los hombres poderosos, se han convertido en los enlaces con las empresas nacionales y extranjeras con beneficios particulares.

El próximo martes los titulares de Energía, Pemex, CFE y funcionarios de la SHCP tendrán que explicar a la Comisión Permanente las razones de este aumento y, principalmente, cómo se apoyará a la población afectada.

Senador Miguel Barbosa Huerta

Coordinador parlamentario del PRD en el Senado de la República

Twitter: @MBarbosaMX