Intervención en tribuna del senador Zoé Robledo, del grupo parlamentario del PRD, para presentar su voto particular a favor del dictamen por el que se expide la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
Senador Zoé Robledo A., (ZRA): Muchas gracias, senador Presidente.
Sin duda comparto plenamente las voces de mis compañeras y de mis compañeros que han dicho que ésta es una iniciativa, una nueva ley inédita y sin precedentes por diferentes razones, por el carácter de preferente que decidió el Ejecutivo federal imprimirle, por el gran número de comisiones que participaron, la pluralidad de sus presidencias y el consenso al que se alcanzó, como ya lo decía el Senador Encinas, también, por el hecho de que haya sido una de las iniciativas del Ejecutivo que han sufrido más cambios en su redacción, volviéndola prácticamente una ley totalmente diferente a la que había llegado, se le dejó de lado, se extirpó -si me permiten esa expresión- esta visión francamente paternalista que tenía originalmente, y hoy tiene un enfoque totalmente de derechos humanos, y además, un espíritu garantista, lo cual es de celebrarse.
Se celebra también el hecho de que se hayan incluido para su dictaminación, y se hayan tomado y se haya abrevado de otras 48 iniciativas que había aquí en el Senado de la República.
Yo deseo hacer uso de la palabra para destacar tres temas muy particulares. Sin duda uno de los que me parece más relevantes que tiene que ver con los niños y niñas migrantes no acompañados que están cruzando por nuestro país, y que haberlos dejado fuera de esta ley, hubiera significado un terrible error, celebro que no haya sido así.
Como ustedes saben, apenas del 2010 a la fecha, en cuatro años, el incremento de menores no acompañados que han sido detenidos, asegurados por las instituciones de migración en nuestro país se ha incrementado en 139 por ciento, de ese tamaño es este fenómeno del flujo migratorio que tiene que ver con regulaciones, con normatividad en los Estados Unidos, y en particular en algunos estados de los Estados Unidos que hoy tienen y generan este incentivo para que menores, particularmente de Honduras y de Guatemala tengan la intención de llegar a los Estados Unidos, y después pedir allá una protección consular mientras se resuelve su asunto.
Esto, a México no nos podía mantener como simples espectadores del fenómeno, y hoy, no lo somos porque la regulación para niñas y niños tanto nacionales como extranjeros es sin duda de avanzada, y protege por igual a las personas sin distinguir su nacionalidad.
El otro tema tiene que ver con la niñez indígena, el hecho de que se hayan incluido disposiciones genéricas que combaten la discriminación, plantea el enorme reto de que en el reglamento se detallen las acciones de política pública que permitan su cumplimiento eficaz.
Como Senador por el Estado de Chiapas estoy obligado a reconocer y hablar sobre el tema de niños indígenas en nuestro país, que según la última encuesta nacional de discriminación, es uno de los elementos que generan mayor discriminación; hoy ya se mandata que las autoridades federales de las entidades federativas y municipales y también las demarcaciones territoriales del Distrito Federal todas en el ámbito de sus respectivas competencias adopten las medidas necesarias para garantizar estos derechos a todas las niñas, a todos los niños y adolescentes sin discriminación de ningún tipo.
Y, por último, algo que yo celebro es, que se haya incluido la preferencia sexual como un derecho de los niños para no ser discriminados por esta razón.
Como ustedes lo saben existen diversos instrumentos internacionales, signados por el Estado mexicano que lo que buscan es justamente es consolidar derechos para la niñez en el mundo, uno de ellos destacadamente la declaración de los derechos del niño, la cual hace hincapié en su artículo décimo y en el principio primero de la importancia que tiene para los niños ser protegidos y no fomentar la discriminación de cualquier índole, entre ellos.
Sin duda esta redacción de vanguardia, esta redacción avanzada que toma en cuenta, que está tomada en cuenta dentro de esta ley general, y que toma y alcanza a todos los menores de 18 años, justamente en la etapa donde según la Organización Mundial de la Salud, entre los diez y los 19 años es cuando se comienza el proceso de maduración sexual y se comienza a definir la orientación de la misma, por eso es de verdad importantísimo que haya quedado la orientación sexual, las preferencias sexuales como parte de los derechos que se consagran a la no discriminación de los niños.
Lo digo de verdad con una enorme emoción y que le dediquemos parte de esta ley al niño Sergio Alonso, aquel menor de Hermosillo que tomó la trágica decisión de quitarse la vida porque era objeto de discriminación de bullying en su escuela, motivo de su orientación sexual, tenía 14 años y no tenía un amparo de una ley como está que hubiera podido proteger su decisión de tener una orientación sexual diferente a la de sus compañeros.
Por eso estas tres razones para mí son suficientes, son válidas, para votar a favor y celebrar y reconocer el trabajo de todos los senadores y senadoras que formaron parte del equipo de dictaminación.
Es cuanto, presidente.
