Debemos ser promotores activos de la paz y manifestar de manera abierta nuestra solidaridad con Francia


  • Ataques terroristas son un agravio contra Francia, contra Europa y contra el mundo

 

Intervención en tribuna del Senador Rabindranath Salazar Solorio, del Grupo Parlamentario del PRD, para dar su posicionamiento sobre los atentados terroristas en París, Francia.

 

Rabindranath Salazar Solorio (RSS). Con el permiso de la Mesa Directiva, compañeras y compañeros senadores.

 

El terrorismo constituye unas de las amenazas más graves para la paz y la seguridad internacional, supone una de las mayores violaciones a los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como los principios fundamentales de democracia y de respeto al estado de derecho.

 

A lo largo de los últimos años hemos sido testigos de cómo el terrorismo internacional ha cimbrado la estabilidad de sociedades enteras alrededor del mundo, casi 70 mil víctimas.

 

Lamentablemente hoy somos nuevamente testigos de un terrible acontecimiento, el pasado viernes 13 de noviembre la ciudad de París sufrió una serie de atentados terroristas en los que fallecieron alrededor de 129 personas, con ello el mundo occidental fue testigo de uno de los hechos de violencia más lamentables de los últimos años.

 

Los atentados se llevaron a cabo de forma simultánea en diferentes puntos de la ciudad, en restaurantes y en alrededores del estadio Sain Denis, donde se encontraba como espectadores de un partido amistoso de futbol entre Francia y Alemania, el presidente de la República Francesa, Francois Hollande, junto con el ministro de relaciones exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier.

 

Minutos después alrededor de la media noche, el presidente Hollande ofreció una conferencia de prensa en la que anunció que el Consejo de Ministros había aprobado el estado de emergencia en todo el país, la movilización de más fuerzas militares y declaró el cierre total de fronteras.

 

Señaló que en ese momento estaba en curso una operación de asalto en alusión a la toma de rehenes en la sala de conciertos Bataclán, en el Distrito 11 de París, que fue escenario de otro de los tiroteos.

 

Lo rehenes de la sala de conciertos Bataclán fueron rescatados la madrugada del sábado y tres terroristas fallecieron durante el asalto de las fuerzas policiales. El operativo comenzó pasada la media noche y concluyó con la evacuación de heridos en la sala de fiestas, en la que había al menos una centena de muertos.

 

Hechos de extrema violencia por lo que la comunidad internacional elevó una enérgica condena y se solidarizó con la nación francesa y particularmente con los familiares de las víctimas fallecidas en estos ataques.

 

Nuestro país no es ajeno a estos acontecimientos y además de acompañar con nuestra solidaridad como nación, también sufrimos la pérdida de las ciudadanas mexicanas Nohemí González, y Michelle Gil Jaimes, quienes se suman a las miles de víctimas que sufren las consecuencias del terrorismo mundial.

 

En adición a lo sucedido el pasado 13 de noviembre, en la madrugada de hoy, el suburbio de Saint Denis en el norte de la capital francesa, se vio sacudido por disparos y explosiones cuando la policía realizó una redada en un apartamento en búsqueda de los sospechosos de los ataques en París.

 

El gobierno francés confirmó que el principal objetivo de la operación era el autor intelectual detrás de los ataques. Durante estos enfrentamiento entre fuerzas policiales y terroristas, dos personas murieron, incluida una atacante suicida.

 

También se informó que cinco policías resultaron heridos y siete personas fueron arrestadas, incluidos tres sujetos que estaban en el apartamento, de los cuales no se revelarán las identidades hasta que se realicen las investigaciones correspondientes.

 

Esta serie de ataques son un agravio contra Francia, contra Europa y contra el mundo.

 

A lo largo de la historia, Francia ha dado las conquistas más importantes para la libertad, ha sido ejemplo mundial en la defensa y promoción de los Derechos Humanos Universales, así como del modelo de república apegada a los más altos valores de la democracia, la soberanía y la representación popular como forma de gobierno y estándar del orden social.

 

El trágico y vergonzoso acto de terrorismo contra Francia debe ser visto en su justa dimensión. Todas y todos los mexicanos debemos sentirnos agraviados y solidarizarnos con la causa de los franceses, por ello es necesario que exista solidaridad internacional, además de un sentido de responsabilidad por parte de todos los Estados de consolidar la paz y la seguridad mundial.

 

México tiene una emblemática tradición e imagen internacional de ser un activo promotor de la no violencia, y de la búsqueda de la solución de conflictos mediante el diálogo, asimismo hemos sido intensos y activos impulsores de tratados y acuerdos que permiten generar las condiciones para que el mundo sea un lugar seguro y sustentable para las próximas generaciones.

 

No obstante nuestro país ha sufrido el embate de hechos de violencia por parte de grupos organizados de la delincuencia que han lesionado la tranquilidad, la estabilidad y bienestar lo mismo de familias que de comunidades enteras.

 

Precisamente porque nuestro país conoce de primera mano que la violencia solo genera violencia es que debemos de ser promotores activos de la paz y manifestar de manera abierta y decidida nuestra solidaridad con Francia.

 

La lucha por la paz es esfuerzo constante y permanente, es construcción inacabada en la que todas y todos tenemos una responsabilidad que empieza por la conciencia social y la solidaridad entre hermanos.

 

Sólo de esta forma podremos dimensionar los nuevos problemas a los que el mundo se enfrenta, como el terrorismo, y solo así estaremos en condiciones de enfrentarlo, sabedores de que es una lucha permanente, es la lucha de todos los pueblos del mundo libre.

 

Me gustaría finalizar con una frase de Karol Wojtyla, mejor conocido como Juan Pablo II, que nos enseña la importancia de buscar las vías de diálogo para resolver los conflictos para así alcanzar la paz mundial, él decía:

 

“Los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, están llamados a construir la paz”.

 

Es cuanto, señor Presidente.

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