Crear polos de desarrollo es el enfoque adecuado para disminuir la desigualdad regional: Benjamín Robles Montoya


Intervención en tribuna del senador Benjamín Robles Montoya, del Grupo Parlamentario del PRD, para fijar posicionamiento a nombre de la fracción sobre el dictamen con proyecto de decreto por el que se expide la Ley para Impulsar el Incremento Sostenido de la Productividad y la Competitividad de la Economía Nacional, y se adiciona el artículo 21 Bis de la Ley de Planeación.

 

Benjamín Robles Montoya (BRM): Muchas gracias, senador presidente.

 

Compañeras y compañeros senadores:

 

Como todos sabemos, la Ley para Impulsar el Incremento Sostenido de la Productividad y la Competitividad de la Economía Nacional, como todos sabemos, es reglamentaria a la reforma constitucional en materia de competitividad aprobada el 15 de mayo de 2013.

 

Tiene por objeto expedir la normatividad enfocada a la promoción permanente de la competitividad, al incremento continuo de la productividad y la implementación de una política nacional de desarrollo industrial, y lo quiero subrayar, que incluya vertientes sectoriales y regionales.

 

Varios, como aquí se han expresado también, son los puntos a destacar, aspectos que sin duda son positivos y que con mucho gusto también vemos con agrado en el grupo parlamentario del PRD, por su carácter innovador; y aunque sin duda pueden ser perfectibles, creo que vale la pena mencionarlos:

 

Según la minuta que nos llega de la Cámara de los Diputados, el Ejecutivo Federal se encargará de implementar una Política Nacional de Fomento Económico en concertación con los sectores privado y social, en coordinación con los estados, con la participación de los municipios y, en su caso, con órganos autónomos;

 

Esta  política se efectuará a través de un Programa Especial para la Productividad y la Competitividad, y deberá enlistar los aspectos, pero también objetivos que deberá considerarse en el Programa referido en materia de políticas, insisto, transversales, sectoriales y regionales.

 

Y repito, políticas Regionales, algo que vale la pena repetir, porque viene a romper paradigmas.

 

Nuevos, modernos, e innovadores polos de desarrollo regional es lo que necesitamos en México  y particularmente en las zonas más atrasadas del país.

 

Por ello implica concebir eso en las actividades económicas del polo de desarrollo como demanda potencial de bienes y servicios, que puedan reactivar e integrar los potenciales productivos regionales, detonarlas en favor de la creación de empleos y lograr aprovechar los recursos productivos disponibles.

 

Debemos superar, así lo vemos en el PRD, debemos superar las limitadas experiencias nacionales de Polos de desarrollo industrial como el de Lázaro Cárdenas, como el de Bahías de Huatulco, o el de las maquiladoras en la frontera norte del país.

 

Si, compañeras y compañeros, aunque a algunos actores políticos le cueste trabajo entenderlo, el esquema de desarrollo a partir de de maquiladoras ha sido un fracaso, sueldos de hambre, sin detonar el desarrollo regional, ni mejorar las condiciones de vida de las comunidades donde estás se ubican.

 

Eso es lo único que ha significado la maquila del norte del país.

 

Para nosotros estas experiencias fallidas que hoy tratamos de superar con instrumentos como los que se proponen en esta ley, tuvieron, reitero, escasos impactos regionales positivos, ya que dependen de las importaciones extra-regionales.

 

Y creo que esta minuta que estamos a punto de votar va en este sentido, y nosotros lo celebramos.

 

Celebramos además que esta ley parte de un análisis serio, de un análisis frío y objetivo, ajeno a subjetividades, a consideraciones e inclusive a prejuicios personales.

 

Por eso, sostenemos, compañeras y compañeros, que resulta fundamental desarrollar un nuevo instrumento de política industrial, lo insistimos, para detonar el desarrollo regional, específicamente en el Sur-Sureste del país, así lo reiteramos nosotros y varios senadores de esta región.

 

Pero compañeras y compañeros, no nos equivoquemos, aquí no hay diferencias, en materia de competitividad, en materia de productividad, hay que reconocerlo con firmeza, todo el país está reprobado. El Norte y el Sur.

 

Y hay que ser muy claros, la diferenciación económica y social que puede existir entre el norte y el sur del país, presente por cierto en mucho otros países también, no responde de ninguna manera a vicisitudes locales o regionales.

 

No es resultado de características orográficas o condiciones estipuladas por la misma naturaleza o mucho menos es producto del carácter de la población de uno u otro.

 

Las razones, compañeras y compañeros, que actualmente explican los altos índices de pobreza y marginación en el sur del país son, ante todo, por la errada estrategia de desarrollo regional.

 

Un esquema, que por cierto, ha sido particularmente injusto con nuestras culturas originarias, me refiero al México profundo y que actualmente sitúa a varias a varias entidades federativas en un claro estado de postración económica.

 

Es por eso, compañeras y compañeros senadores, que estamos a favor de esta ley, porque para nosotros significa un buen primer paso hacia el cambio de paradigma que todos buscamos.

 

Es tiempo, lo queremos subrayar de que veamos a México en su justa dimensión, aunado a la unidad nacional a partir de un progreso incluyente; es decir, un proceso para todos.

 

No  olvidemos, compañeras y compañeros legisladores, que el proyecto original de discusión de la reforma constitucional en la materia se basó precisamente en la construcción de una nueva política industrial para un mundo globalizado.

 

Señalando claramente, así se dijo entonces, que la competitividad es el “conjunto de condiciones necesarias para generar un mayor crecimiento económico, promoviendo la inversión y la generación de empleo”.

 

Esta ley, sin duda alguna, honra el espíritu original de la reforma constitucional.

 

Algo reitero, que nosotros en el Grupo Parlamentario del PRD vemos con mucho agrado, es la clara motivación de crear polos de desarrollo, o zonas económicas estratégicas.

 

Siento que este es el enfoque adecuado para disminuir la desigualdad regional a partir  estratégicas regionales que se basen en ventajas competitivas dinámicas;  promoviendo polos de desarrollo en las zonas más rezagadas; concentrando infraestructura física y logística; incentivando la instalación de empresas  para el desarrollo de capacidades tecnológicas.

 

Este es el primer paso, así lo entendemos, y así lo celebramos. Después, espero que muy pronto, vendrá la Ley de Zonas Económicas Especiales. Iniciativa que ya hemos presentado varios senadores, de diverso grupos parlamentarios.

 

Compañeras y compañeros, creo que hoy tenemos pues, ante nosotros un buen producto legislativo. No uno perfecto, claro, porque no existe tal cosa, pero si uno bueno.

 

Algo que quiero señalar antes de dejar la tribuna señor presidente, algo sumamente importante, más allá de que en el Programa Especial para la Productividad y la Competitividad se contará con un mecanismo concreto de seguimiento y evaluación del impacto en competitividad y en productividad de las políticas públicas del gobierno, es el hecho de que varias recomendaciones del Comité Nacional de Productividad, serán de carácter vinculatorio.

 

En fin, compañeras y compañeros, este dictamen para nosotros es también muy  importante, porque aspira, ni más ni menos, a cimentar una política de estado que realmente contribuya al incremento de la productividad y la competitividad nacional. Algo que con urgencia necesita el país.

 

Felicito el esfuerzo que estamos haciendo todos en este sentido,

 

Muchas gracias