El impuesto a las bebidas azucaradas ha funcionado: Robles Montoya


Intervención en tribuna del senador Benjamín Robles Montoya, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar en contra del dictamen que contiene proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley del Impuesto sobre la Renta, de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, del Código Fiscal de la Federación y de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

 

Benjamín Robles Montoya, (BRM): Gracias, Senador Presidente.

 

Con su permiso y con el permiso de mis compañeras, compañeros Senadores.

 

Qué bueno que aquí en este Senado se ha hecho lo correcto, y me refiero a lo realizado en el IEPS para bebidas saborizadas, con azúcares añadidos.

 

Qué bueno, de verdad que esta soberanía ha mostrado voluntad política, ha mostrado entereza moral, para enmendar lo que al respecto nos remitieron desde la Colegisladora.

 

Claro, sí, me refiero, por supuesto a esa intención de eliminar la reducción de cuota en un 50 por ciento, que se pretendía establecer  en el artículo 2º de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios para las bebidas hasta con 5 gramos de azúcares añadidos por cada 100 mililitros.

 

Creo que el Senado ha sido congruente y, sin duda, eso debemos celebrarlo.

 

Hay que reconocer, y yo lo hago desde esta tribuna, que como  en un inicio ya se ha hecho, este impuesto ha funcionado.

 

En el 2014, había que recordarlo, se redujo el consumo de bebidas azucaradas en un 6 por ciento y aumentó el consumo de agua potable en un 5 por ciento, según los datos del Instituto Nacional de Salud Pública, más aún, con la modificación que las refresqueras impulsaban, el precio del producto no iba a bajar,  es decir, en los hechos, esto no era más que un regalo de 500 millones de pesos al año para las refresqueras. Se frenó muy bien, sin embargo, compañeras y compañeros, que estamos desperdiciando la oportunidad de seguir avanzando en el camino correcto.

 

De verdad les digo, que creo que podemos abonar  en la construcción de una verdadera estructura de incentivos. Les pido que avancemos de manera gradual con este impuesto, pero sobre un monto mayor, no sobre niveles que  marginalmente son pequeños, y que difícilmente van a ser un incentivo para provocar cambios en la industria.

 

Esta industria, compañeras y compañeros es, y coincido plenamente con mis compañeros de los grupos parlamentarios  que discutieron el tema en Comisiones Unidas, es como el equivalente a lo que fue la industria del cigarro en el siglo pasado, tanto por su impacto en la salud pública, como por los esfuerzos que se hacen por ocultar los daños  que provoca.

 

Las cifras, compañeros y compañeras, son contundentes.

 

Uno de cada tres niños en nuestro país, sufre sobrepeso y sufre obesidad, uno de cada tres niños en México tendrá diabetes, el consumo de bebidas azucaradas aumenta en 60 por ciento la probabilidad de que un niño sea obeso.

 

Por eso digo que en eso nos quedamos cortos.

 

Creo que estamos desaprovechando una gran oportunidad.

 

Este dictamen, esta Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, debiese contener, desde mi punto de vista, con respecto a las bebidas saborizadas con azúcares añadidos, lo propuesto por la propia Organización Mundial de la Salud, me refiero a un impuesto de 2 pesos.

 

Sí, aumentar el impuesto, pero aún, algo mucho más importante, y aquí creo que ya se ha hablado algo al respecto, que esa recaudación sí se utilice en bebederos y otros instrumentos para consumo del agua potable en escuelas, para generar un proceso de transformación de la cultura del consumo de nuestros niños.

 

Por eso digo, nos quedamos cortos, pudimos avanzar más, pero no lo hemos hecho, y por eso esta postura  crítica, respetuosa, pero crítica de nuestra parte.

 

Hay otro tema que también quiero abordar, y que sustenta, Senador  Presidente, el voto en contra de mi parte, respecto de este dictamen, y es lo que tiene que ver con el mecanismo para establecer los precios máximos de las gasolinas y el diesel.

 

Hay que recordar que a partir de enero próximo, el precio por litro, como lo plantea el dictamen, fluctuará, se dice, en una banda de valores; el precio de la banda será igual a la suma de factores, compañeras y compañeros, a la suma de factores que el gobierno no controla.  Esos factores son el precio de la referencia internacional y el margen constituido por los costos de comercialización, de flete, de transporte, de comercialización, de manejo y calidad.

 

Y a estos valores, se deberán agregar los cobros de impuestos, tales como el IEPS del producto, el IEPS por carbono, más los IEPES estatales y el IVA.

 

En pocas palabras, Senadoras y Senadores, la propuesta del gobierno federal radica en implementar un IEPS al precio de las gasolinas de manera fija, pero con base en los montos internacionales de este combustible.

 

Creo, y concluyo Presidente, que hay que hablar claro, por supuesto que el precio de la gasolina aumentará, habrá más gasolinazos, no tratemos de engañar a la gente, la ley contempla que el límite superior a la banda será regido por la tasa de inflación, y esto, tan sólo esto último, habrá de garantizar un aumento en el precio del litro de la gasolina para el próximo año.

 

Es por esto, Senador Presidente, porque se miente al decir que ya no habrá más gasolinazos, y porque sí lo sabrá que el voto de un servidor, lo reitero, será en contra del dictamen.

 

Gracias.

 

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