Con Ley de Transparencia se perdió la oportunidad de tener una fuente de legitimidad política: Zoé Robledo


Intervención en tribuna del senador Zoé Robledo A., del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar voto general sobre la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

 

Zoé Robledo A., (IPC): Muchas gracias, Senador Presidente.

 

Compañeras y compañeros: Me parece que hay que pensar mucho en el otro México, el que nos está viendo, el que construyen otros mexicanos que están alejados de la política, y que hoy lo que pueden estar observando es a un grupo de políticos, de políticas, que están hablando de transformación, y yo creo que hay que ser muy autocríticos.

 

Los ciudadanos cuando escuchan a un grupo de políticas y de políticos hablando de transformación sospechan de que estén en realidad buscando formas para preservar las cosas como están, que sean preservadores del status quo, ¿es legítima esa sospecha de los ciudadanos?, claro que sí es legítima, han sido engañados tantas veces que sería injusto reclamarles que no sospechen, es certera, es verdad esa sospecha hoy ante lo que está ocurriendo? no, yo creo que no, por lo menos no lo es de manera total.

 

Este dictamen sí cambia cosas, cambia cosas de fondo, ¿todas?, no, no todas, pero no podemos dejar de reconocer que sí es un buen arranque y quizá hay que pensar que esa es parte del signo de nuestra democracia, de la democracia mexicana del siglo XXI, la desconfianza, la desconfianza permanente casi como un mecanismo de defensa.

 

Yo creo que somos una democracia, no lo creo, lo dice el pasado Latinobarómetro, somos la democracia Latinoamericana que genera menos confianza entre sus ciudadanos, y cómo no va a ser así. Heredamos problemas como la corrupción, la desigualdad, la impunidad, pero en democracia crecieron, en democracia se arraigaron, en democracia se reprodujeron estos problemas, problemas que hoy amenazan a la democracia: corrupción, desigualdad, impunidad, tiene la capacidad para destruir a la democracia mexicana.

 

La buena noticia es que hoy en el Senado se está discutiendo cuál puede ser el remedio, y el remedio sí puede ser justamente la transparencia, si la corrupción pude destruir a la democracia, la transparencia puede salvarla.

 

¿Por qué lo pienso? Recordemos a aquellos liberales del siglo XVIII que planteaban y entendían como uno de los principios rectores del ejercicio del poder justamente la publicidad de la cosa pública; la publicidad como una condición necesaria para generar justamente confianza, y hoy yo aquí en esta tribuna lo digo con todas sus letras, yo confío en quien dictaminaron en las comisiones este dictamen; yo confío en la sociedad civil que participó.

 

Yo confío también en muchos asesores parlamentarios que le dedicaron horas, muchas horas, no escribir un discurso para venir a decirlo hoy, no, que le dedicaron muchas horas a trabajar en este dictamen; confío en ellos, por supuesto, que sí, y justamente porque hay confianza, se los digo, se quedaron cortos, justamente porque confío y los reconozco es que hoy  hay que decir que hizo falta, qué hizo falta para que este dictamen no solamente fuera de nuevas reglas para el ejercicio del poder, sino generara nuevas reglas para los propios ciudadanos y le otorgáramos a los ciudadanos otras formas para relacionarse con la política.

 

Voy a decir dos, y le suplico, Senador Presidente, tenga tolerancia con el tiempo porque son las dos reservas que he presentado, y que simplemente entregará y ya no las expondré de la misma manera como lo hizo mi compañero el Senador Corral.

 

Dos temas que me parece hubieran sido fundamentales que hoy estuviéramos aprobando en el Senado de la República, y que para mí ahí está el detalle, cada quien tiene derecho a decir, como dijo el clásico, ahí está el detalle, para mí el detalle está ahí.

 

Primero, en tres de tres. Sí seguiré insistiendo en tres de tres, seguiré insistiendo porque la promesa reiterada es que no ven esta ley que ven la que sigue, que no era en la general, que era en la federal, y así nos podemos ir postergando y proponiendo, tres de tres como un compromiso  de los políticos, olvídense de los grupos parlamentarios, de los políticos, de hacer públicas sus declaraciones, la patrimonial, la de intereses y la de impuestos, ahí estaba esa enorme oportunidad para que ante la sospecha, para que ante la desconfianza, la transparencia fuera una nueva fuente de legitimidad política.

 

Que los ciudadanos puedan verificar que nuestras motivaciones para estar en esta tarea no tienen que ver con crecer nuestro patrimonio, y que los que tienen un patrimonio bien habido, por grande que este sea, no tengan vergüenza de decirlo y que pueden compaginar este patrimonio e incluso algunos intereses con la actividad  pública.

 

Perdimos esa oportunidad. El tres de tres pudo haber sido la respuesta al 73 por ciento de los mexicanos que cree que todos o que la mayoría de la clase política es corrupta.

 

El tres de tres pudo haber sido la respuesta al 36 por ciento de los mexicanos que ve a la corrupción como el problema  más grave del país.

 

Perdimos esa oportunidad, por eso es que la reserva va en ese mismo sentido, en que no vuelva a ser solamente una referencia el dictamen a la ley general que solamente otorga a los funcionarios públicos la discrecionalidad de hacer público su patrimonio; porque volvemos a lo mismo, le estamos privilegiando a quienes deberían de ser observados en absoluto en su patrimonio, a sus intereses y a sus impuestos.

 

Miren, déjenme decírselos y felicitarlos, aprovechando esta ocasión, hubo 7 senadores, 6 adicionales que no compitieron este año en ninguna elección, y que hicieron su tres de tres, Laura Rojas, Marcela Torres, Ernesto Ruffo, Luis Fernando Salazar y también David Ávila Ruiz. No compitieron e hicieron su tres de tres.

 

Hubo otros que lo hicieron cuando estaban en competencia electoral, y es válido; hubo otros que hicieron su tres de tres, ya que eran candidatos, compañeros Senadores como Luisa María Calderón, como Sonia Mendoza, como Ivonne Álvarez, como la propia Layda Sansores.

 

Qué bueno que hicieron su tres de tres. Lo hayan hecho en el momento y con la motivación que haya sido.

 

Hoy debemos estar orgullosos de dos compañeros Senadores que son gobernadores y que hicieron su tres de tres.

 

Ahí está Pancho Domínguez, el gobernador de Querétaro, ahí está nuestro amigo Carlos Mendoza, hicieron tres de tres, y hoy son gobernadores transparentes.

 

¿Por qué no lo pusimos en la ley de una vez?, ¿por qué no?, si nosotros éramos de los impulsores, aquí se creó ese diseño con la Senadora Rojas, con  transparencia mexicana, con el IMCO, nos hubiéramos atrevido a dar el paso adicional.

 

Y finalmente, quiero decir que nos quedamos cortos en informantes, en Whistleblower.

 

Hay muchos, no muchos, la mayoría de los mexicanos que no acepta esa condición humana ni  mucho menos la condición cultural de la corrupción.

 

La mayoría de los mexicanos son honestos, y muchos de esos mexicanos honestos trabajan para el gobierno o trabajan para los partidos, o trabajan en sindicatos.

 

No debimos de haberles dado protecciones para cuando veían que alguna información estaba siendo reservada de manera incorrecta, porque la reserva iba con intención de echarle opacidad para encubrir fraudes, actos de corrupción, violaciones a los derechos humanos.

 

Si estos mexicanos honestos iban a tener el valor de hacerlo público, por qué no les dimos las herramientas, las garantías, la protección; no es una locura, no es una ocurrencia; es también de las cosas que estuvieron originalmente en el dictamen, y como se ha señalado aquí, justamente la negociación sacó, dejó fuera.

 

Yo sólo les voy a decir, que si esa iniciativa original, en ese espíritu verdaderamente audaz y revolucionario les iba a otorgar esas garantías, esos mexicanos no van a callar, algunos buscarán otras plataformas que garantices su anonimato ante la incapacidad nuestra de otorgárselos en la ley.

 

Otros, sí, desafortunadamente ante nuestra incapacidad de hacer de este acto moral, valiente, de coraje, como lo es una denuncia que pone en riesgo la estabilidad laboral, incluso muchas veces hasta la vida, no lo logramos hacer y estamos en deuda con ellos.

 

Yo, déjenme decírselos, compañeras y compañeros, dejo las promesas, los retos y la invitación a que esa nueva promesa de que no active otra ley, la  hagamos realidad, que realmente logremos que en esta legislatura nosotros seamos la generación de políticos que embonamos nuevamente las dos tuercas de la democracia: la ciudadanía y la política. Tuercas que hoy están separadas, que están divorciadas, que están alejadas, y que tuvimos la oportunidad de acercar por esta vía.

 

Se los digo con afecto, yo sí les creo a mis compañeros Senadores en la buena voluntad que tienen que esta ley cambia las cosas; lo creo porque la conozco, y porque les tengo confianza, y  les digo, nos hicieron falta el tres de tres, y los Whistleblower.

 

Seamos capaces de conformarnos como la generación de políticos que confía también en la transparencia, y que confía que la transparencia es la única forma como los mexicanos y su clase política podemos sacar de la penumbra a la democracia mexicana, y a la política mexicana en la que hoy vive.

 

Muchas gracias.

 

Es cuanto, señor Presidente.

 

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