El inicio del gobierno de Donald Trump


La patria se hace con los que estemos. Iniciará el gobierno de Donald Trump, marcará una nueva era de desequilibrios en el orden mundial y con claras consecuencias para nuestra patria.

El optimismo de no va a pasar se agotó y pensar que cambiará en el poder es tan ingenuo como absurdo, no lo comparo. Su reelección depende de la deportación de mexicanos o de que construya el muro. Que además, tiene una agenda clara y específica.

El gobierno de Trump no se trata de un hecho aislado, ni siquiera como una pesadilla de cuatro años. Es posible que tenga consecuencias de largo plazo y de trascendencia global.

Es un cambio en el poder que significará un realineamiento de las fuerzas económicas, sociales y políticas en todo el mundo, una nueva geopolítica basada en visiones diferentes de lo humano y lo público.

Trump no está solo en esta lucha, pero no serán los aliados tradicionales de los Estados Unidos, como sería México, quienes lo acompañen. Hoy parece más cómodo con Putin que con Europa y a los organismos internacionales les tiene un profundo despreció y no le representan utilidad.

La designación de su equipo cercano del presidente electo, como Stephen Bannon y Rience Priebus muestra un contenido ideológico ultraconservador, racista, antisemita, islamofóbico y mexicanofóbico.

Pero sin embargo, me preocupa más lo que pasa en México y es la suma de tres fuerzas desestabilizadoras que nos van a llevar a una condición delicada.

La debilidad y falta de credibilidad de las instituciones, en particular del gobierno, la fragilidad estructural de la economía mexicana y el elemento que tendrá Trump.

 

Pero frente a esta tormenta y los que nos preocupa es de aquí a dónde, y qué tenemos que hacer. Tenemos un gobierno que mantiene un optimismo tan peligroso como absurdo.

En este espacio coincidimos, no hay espacio para la ocurrencia y la estridencia, ni la sentencia ni el epigrama. Pero tampoco para la tibieza o la omisión.

En esta delicada hora de la nación, el gobierno ha tenido más que un papel de víctima, sin propuesta, ni acción, salvo la humillante y torpe visita del señor.

 

Más allá de esto, ha decidido seguir esta política errónea. Un grave error, apostar a la simpatía y la cercanía de quien nos desprecia. El credo de Trump es la fuerza y la ventaja…  ¿Con todo ello seguimos esperando su benevolencia?

 

La muestra de esto es el nombramiento del Señor Videgaray, quien no tiene más credencial ni experiencia, que la amistad con la familia Trump. No ubicamos en su expediente capacidad negociadora o diplomática, el mismo reconoce su carácter de novicio.

 

¿Cómo va a negociar? Sin autoridad moral, patriotismo

¿Cuándo ha negociado en condiciones de desventaja?

¿Cómo va a estar negociando él, sí lo más probable es que esté pensando que acabe en unos meses y se va a ir a trabajar a una empresa norteamericana?

 

¿A quién va a representar? A México o a la familia de sus amigos. Sus declaraciones lo acreditan, ya que mientras Trump amenaza a las empresas que invierten en México, ve en él a un hombre amable y negociador. Creo que es evidente que no ve la realidad o no la quiere ver.

 

Y lo digo con claridad, no hay firmeza, ni la habrá del canciller. Sólo hay silencio, vacío y condescendencia.

Lo sensato es construir una posición de negociación sólida, basada en principios y diplomacia. Pero eso no, no lo hemos visto.

Es el de pasar a la acción con dignidad, sentido de oportunidad y patriotismo. Actuar para mostrar que México busca la prosperidad compartida, que no responde, ni se amedrenta frente amenazas, que cree en la igualdad de los Estados y los principios de la política exterior.

 

México debe iniciar la acción, por qué no pensamos en los espacios del derecho internacional, donde se deben litigar las decisiones que nos afecten, teniendo posición clara. Por ejemplo, paso el Foro de Davos y no hubo ninguna una posición, ni cabildeo del gobierno mexicano.

 

La negociación se tiene que realizar con respeto a los principios de de Política Exterior y del Derecho Internacional.

 

México debe convocar al debate internacional sobre el libre comercio, la libre empresa, la economía global y el derecho a la igualdad de los pueblos.

 

La negociación no se puede basar en dogmas, sino en qué es lo más conveniente para ambos países, por eso es de la mayor trascendencia integrar un foro binacional con académicos, que muestren cuál es la razón de éstas lógicas.

 

Por la delicadeza del asunto, también consideramos que es importante que el Senado de la República, defina y apruebe los límites e integración de las delegaciones.

 

Los equipos de negociación deben integrarse por la gente más competente, con lo que tengan mejores credenciales, no los puede prestigiar la única cercanía o incondicionalidad con el Presidente.

 

Además de esto, es fundamental que no sólo sean negociadores expertos, que hasta la fecha no los han mostrado. También tienen que ser gente integra. Imagínense que vergonzoso que el knockout  de entrada, sea que sean descalificados por corrupción o por que no puedan explicar sus bienes o el origen de sus casas.

 

Al final del día, México debe pasar al activismo, tener principios, fortaleza y dignidad. México representa hoy el mayor dilema en el orden mundial, entre lo que prevalecerá si el Derecho Internacional o el abuso del poder, el libre mercado o el proteccionismo, los derechos humanos o las políticas de “Estado”.

 

Hoy México debe de tomar el liderazgo en estos éstos principios.

 

México y en especial su pueblo, somos grandes, hemos remontado terribles tragedias, momentos difíciles, terremotos, inundaciones, invasiones, dictaduras, asonadas, revoluciones y muchos malos gobiernos.

 

Pero siempre, el pueblo ha salido adelante y ha salido antes del gobierno.

 

Hoy como órganos del Estado Mexicano, estamos obligados a plantear de manera urgente y aprobar, una agenda de fortalecimiento a las instituciones, un paquete de medidas económicas, pero también una estrategia diplomática para afrontar el reto que hasta ahora, no está sobre la mesa.

 

Ya las contrapartes, ya plantearon sus agendas y sus demandas. Nosotros seguimos en el vacío. Estoy seguro que saldremos de esto más fuertes y más orgullosos, con mayor prosperidad, pero tenemos que trabajar para ello. La estrategia actual no funciona.

 

Quiero concluir, con que seamos muy claros, México no va a pagar ese muro, ni hoy, ni fiado. No va a pagar el muro ni hoy, ni nunca. Al final del día, refrendo el pronunciamiento de nuestra compañera, México no se quiebra, ni se dobla. Y a México se le respeta. Muchas gracias.

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