En las democracias, la única forma de resolver los problemas es hablándolos y analizándolos: Luis Humberto Fernández


Intervención del senador Luis Humberto Fernández Fuentes, del Grupo Parlamentario del PRD, durante la inauguración del Simposio “Reforma a la justicia penal: cuando los transitorios nos alcancen”.

 

Luis Humberto Fernández Fuentes, (LHFF): Buenos días a todos, bienvenidos.

 

Ya nos damos todos por saludados ya que nos saludamos varias veces.

 

Me da mucho gusto y más allá de la obviedad y del lugar común de iniciar con estas palabras, me da mucho gusto este diálogo porque si tuviéramos un consignado o un sentenciado por cada discurso sobre el sistema legal, pues yo creo que hubiéramos resuelto el problema.

 

Pero sin embargo en las democracias y la paz, la única forma de resolver los problemas es hablándolos y analizándolos, pero no en las obviedades, no en los lugares comunes, no en ese espacio mágico que es el que te doy un diagnóstico con dos datos internacionales y lo convierto en una declaración, que han saturado los medios y han saturado los espacios públicos.

 

Los problemas se atienden y se resuelven en debates como éste, con personas que conocen, con personas que se han comprometido, con personas que han estudiado, que van más allá de la sentencia y de la frase ágil y oportuna, de los que tienen que leer los libros, leer los estudios, hacer todos estos trabajos para tener una opinión madura, una opinión certera.

 

Por eso realmente me da mucho gusto este diálogo. Pero además es un diálogo que no deja de preocuparnos, ya nos comentaba la senadora de la Peña y la doctora María, porque al parecer esto no va a mejorar antes de empeorar un poquito.

 

Nos tenemos certezas de que el nuevo sistema vaya a dar los resultados que esperamos, no tenemos certezas de que haya más justicia; de hecho si platicamos con muchos de los abogados litigantes en materia penal, reciben con mucho agrado todas las reformas, yo he escuchado a abogados muy prestigiados que están muy contentos porque dicen que con esta reforma a nadie dejan adentro, que les parece muy fructífero en términos económicos.

 

Y estos comentarios, que a lo mejor parecen ligeros, pues tienen su fondo. Y el tema es precisamente con estas inteligencias tan lúcidas y brillantes, la del doctor Carbonell, la de la senadora Angélica, el senador Benjamín, la doctora María, Alejandro Encinas, cómo abordamos un problema para evitar precisamente que las instituciones se conviertan en algo contario a lo fueron creadas.

 

Decía Douglass E. North en un libro muy bueno, se llama Violence and Social Orders, que las instituciones, cuando dejan de cumplir su objetivo, se vuelven exactamente funcionales a lo contrario; una institución que busca justicia y no lo hace, se vuelve un agente de la injusticia.

 

Entonces el tema de fondo es cómo hacemos que esta reforma no se convierta en un agente de la injusticia, cómo logramos un equilibrio muy preciso entre los derechos humanos, entre los derechos ya ganados, inalienables e innegociables, contra una operatividad mermada de un Estado.

 

Cómo va a operar el Estado un modelo técnico cuando en la mayoría de los estados las autopsias se siguen haciendo en funerarias, cuando no hay equipos técnicos.

 

Entonces lleva muchos retos y, nuevamente, muchos retos que van más allá de la sentencia y de la frase aguda y ágil.

 

Y, bueno, como todas las participaciones se han agradecen, pero sólo las breves se agradecen de corazón, no me queda más que reconocer el trabajo de tan notables inteligencias, no de ahorita, el trabajo de muchos años que han venido realizando en estos estudios.

 

Reconocer el compromiso de la senadora Angélica de la Peña, no de ahorita, sino también de hace muchos años; de mi amigo, el senador Benjamín; y a nombre de la Mesa Directiva, a nombre del senador Gil, declaramos formalmente inaugurados estos trabajos.

 

Felicidades y enhorabuena.

 

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