Destaca Zoé robledo lealtad y doctrina del Ejército mexicano


Intervención en tribuna del senador Zoé Robledo A., del Grupo Parlamentario del PRD, para a nombre de la fracción a la conmemoración del Día del Ejército.

 

Zoé Robledo A., (ZRA): Con el premiso de la Presidencia; compañeras y compañeros legisladores:

 

Una vez más celebramos el Día del Ejército, nuestro Ejército mexicano que  se ha distinguido de otras Instituciones castrenses en América Latina por dos elementos fundamentales: por su doctrina y por su lealtad.

 

Es el Ejército que cumple 102 años sin un solo golpe de Estado, un record que no tienen en otros países de nuestro continente. Quizá por eso, en comparación con otros países de Latinoamérica, según el Latinobarómetro, nuestro Ejército se encuentra entra las cinco fuerzas castrenses con mayor confianza en toda la región.

 

Son las Fuerzas Armadas mexicanas que tuvieron una actuación ejemplar por su neutralidad en la transición a la democracia, en ese sentido no es descabellado decir que el Ejército mexicano también fue un factor de la democratización y la alternancia partidista en nuestro país.

 

Y lo fue porque en 102 años el Ejército mexicano no ha amenazado al frágil sistema político y eso es de destacar.

 

Como también es de destacar ciertos sucesos que no debieron de haber acontecido. Es inevitable hoy recordar el 68, es inevitable hoy recordar la dramática Guerra Sucia de los años 70, el caso Radilla y por supuesto Tlatlaya.

 

Pero hay que decirlo también, todos fueron episodios siempre ordenados por civiles, por paisanos, como ellos los llaman. Tampoco se puede soslayar el hecho de que el Ejército se haya convertido en un garante de la transición de un régimen en guerra a la estabilidad política y pacífica.

 

Me refiero por supuesto a sus funciones de policía rural, a la ejecución de campañas de salud, a la realización d  obra social y cómo no destacar el Plan DN-III.

 

El Ejército mexicano fue el que defendió la expropiación petrolera en los tiempos lejanos hoy, en los que los bienes nacionales se valoraban y se consideraban riqueza que nos pertenecía a todos.

 

Una de las grandes obras que realiza el Ejército mexicano en pro, no sólo de los mexicanos, sino de todo el planeta, y es justo reconocerlo, es el conjunto de las recientes actividades a favor del medio ambiente cuya situación actual exige medidas urgentes.

 

Pero hay que decirlo también, las Fuerzas Armadas mexicanas realizan una cantidad de misiones enormes porque se han sometido ante la Constitución y ante actores políticos que han optado por asignarle labores que no le competerían si no tuviéramos instituciones extremadamente débiles y extremadamente frágiles.

 

En México, las fuerzas civiles de seguridad son débiles, no son profesionales, están mal pagadas y en muchas de sus estructuras son completamente corruptas. Y por ello, las Fuerzas Armadas son llamadas todo el tiempo, y en cada nuevo desafío, se vuelve a llamar al Ejército.

 

Esa condición de tener al Ejército haciendo cosas que no le corresponden abren para el Ejército también una serie de retos y de desafíos, el primero es sabe convivir en la esfera civil sin contaminarse de los vicios que ahí se encuentran.

 

El segundo es modernizar su doctrina en temas que hasta hace poco le eran ajenos, principalmente derechos humanos o las operaciones militares en áreas urbanas contra enemigos poco definidos.

 

El reto de profesionalizar y de dignificar la labor del soldado de tropa. Hay que recordar algunos datos de 2011 que nos decían que el Ejército cuenta con 67 mil 706 efectivos que trabajan de manera permanente nueve meses del año en los que no cuentan con vacaciones ni tiempo para visitar a las familias. Muchas veces, los miembros del Ejército no cuentan con las mejores condiciones para vivir. Sólo hay que recordar que el sueldo mensual de un soldado raso es de 6,101 pesos con 12 centavos.

 

También hay que destacar que un reto de actualización tiene que ver con prácticas de transparencia y rendición de cuentas en el ejercicio de recursos públicos del Ejército.

 

Pero lo importante es que el Ejército logre mantener la reputación como el principal guardián de la estabilidad del país.

 

Las Fuerzas Armadas mexicanas que tenemos hacen su lucha por contribuir al servicio de la patria. Si bien es vulnerable a casos de corrupción y de abusos de poder, éste no es un comportamiento sistemático ni mucho menos institucional. No podemos dejar de ser críticos de los casos negativos, pero no podemos dejar tampoco de reconocer que el Ejército mexicano ha evolucionado junto con la ciudadanía constituyendo un México más democrático. Tampoco podemos dejar de reconocer que sus mandos son consientes de los cambios que vive el país y han demostrado su lealtad a las instituciones y que esto debe continuar.

 

Compañeras y compañeros senadores, las Fuerzas Armadas mexicanas se refundaron hace 102 años en los momentos más cruentos de la Revolución, son las que son y han hecho un gran esfuerzo por combatir las expresiones más amenazantes de la seguridad nacional, las externas y las internas también, las humanas y las naturales.

 

En este siglo, por eso el desafío de las Fuerzas Armadas será adaptarse al régimen de derechos humanos y acostumbrarse al escrutinio externo, acostumbrarse a un régimen pleno de transparencia, porque éstas son las características fundamentales de la democracia que hasta hoy han defendido y que confiamos continuarán defendiendo.

 

Esa debe ser reflexión, esa es la invitación que les hago a reflexionar en este nuevo aniversario: que construyamos y consolidemos juntos al gran Ejército Democrático Mexicano.

 

Es cuanto, muchas gracias.