México vive una gran y dolorosa paradoja, pues millones de sus habitantes padecen carencias alimentarias y pobreza extrema, mientras que un tercio de los alimentos que produce el país se tiran como una práctica de especulación, afirma el senador Luis Humberto Fernández Fuentes (PRD), promotor de una iniciativa de reformas para regular el desperdicio de comida.
El legislador plantea disposiciones adicionales en la Ley General de Salud a fin de inhibir, prohibir y sancionar la práctica de tirar, destruir y desperdiciar los alimentos.
Considera fijar este control en la industria alimentaria desde la cosecha, elaboración, fabricación, preparación, transportación, comercialización y almacenamiento de alimentos.
Se trata, dice el senador perredista, de incentivar que empresarios de la industria alimentaria, en vez de desechar productos en condiciones de consumo humano, lo destinen a bancos de alimentos para su distribución en la población marginada.
Subraya que en la actualidad no hay ninguna norma que “regule los desperdicios alimentarios en buen estado con posibilidad de consumirse”.
Fernández Fuentes señala que “hay dos prácticas comerciales que son francamente abominables: una que se tiran los alimentos para el control de precios, como un acto de especulación, y otra, el desecho de productos por tener una mancha o magulladura leve”.
Propuso que se regule, se sancione y se otorgue un recibo de deducibilidad a quien done estos alimentos.
Refirió que se llevan a cabo prácticas de utilización de alimentos en buenas condiciones para el consumo, recibidos y distribuidos por bancos de comida, como uno que funciona en la Central de Abasto de la Ciudad de México, donde antes se tiraban los productos, y en la actualidad se han aprovechado más de 520 toneladas por iniciativa de sus propios empresarios.
